Por Lianet Arias Sosa* La
Habana (PL) La lucha en Cuba por los derechos de las féminas tuvo lo
que muchos consideran uno de sus motores esenciales en el surgimiento de
la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el 23 de agosto de 1960.
Esa organización, que aglutina a cuatro millones 200 mil féminas,
deviene mecanismo nacional para el adelanto de las mujeres en esta
nación, explicó su secretaria general, Teresa Amarelle, en declaraciones
exclusivas a Prensa Latina.
Probablemente, uno de los
resultados más ilustrativos del lugar que hoy ocupan ellas, y por el que
ha luchado la FMC, sea la presencia femenina en importantes cargos
políticos, una realidad palpable en la composición del Parlamento y del
Consejo de Estado.
De hecho, las cubanas constituyen el 48,86
por ciento de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y
13 de los 31 integrantes del Consejo de Estado, detalló la dirigente.
Además, resultan el 42 por ciento de los miembros del Comité Central
del Partido Comunista, y la mitad de los integrantes de los gobiernos
provinciales, refirió Amarelle, quien añadió que 10 mujeres son
presidentas de las asambleas provinciales y 59 encabezan gobiernos
municipales.
Tal realidad no se debe a "la voluntad política de
ponernos una cifra", sino que emerge como el producto de la
participación de las mujeres en diversos sectores, entre ellos, la
economía y las labores científicas, afirmó.
De acuerdo con la
secretaria general de la Federación, las cubanas representan actualmente
el 37,5 por ciento de la fuerza ocupada del país, pero el 74 por ciento
de ellas tiene nivel medio superior o superior.
"Cuando lo
comparamos con un 55 por ciento que alcanzan los hombres ocupados en la
economía, nos damos cuenta de la creciente participación de la mujer" en
este aspecto, señaló Amarelle, al destacar además que en la matrícula
universitaria, seis de cada 10 inscritos son féminas.
Asimismo,
el 53 por ciento de los investigadores y más del 70 por ciento de los
educadores y del sector judicial en el país, son mujeres, informó la
dirigente, quien atribuyó estos resultados a la voluntad política del
Estado y los esfuerzos de la FMC.
Obtuvimos tales logros dentro
del proceso revolucionario iniciado en 1959, y al participar en eventos
internacionales y apreciar las duras realidades de otros países sentimos
el orgullo de pertenecer a una organización que lucha por nuestros
intereses, dijo.
En ese sentido, mencionó que el Estado cubano
hizo posible, además, la existencia de varias legislaciones que protegen
los derechos de las mujeres, entre ellas, el Código de familia, el
Código de la niñez y la juventud, y la Ley de maternidad.
Tales
instrumentos jurídicos y otros programas defienden y armonizan la lucha
por la verdadera igualdad de oportunidades para las féminas, a lo cual
se une la aprobación en 1997, por el Consejo de Estado, del Plan de
Acción Nacional de la República de Cuba de Seguimiento a la IV
Conferencia de la ONU sobre la Mujer, agregó.
ELLAS EN FOROS INTERNACIONALES
El énfasis del Gobierno de la isla y de la FMC, por impulsar el
desarrollo de ellas en todas las esferas del país, también encontró su
reflejo en los vínculos con instancias internacionales.
Como
parte de esas relaciones, sobresalen las existentes con la Federación
Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), en la que la organización
femenina coordina la oficina regional para América y el Caribe, con sede
en Cuba.
En este sentido, no asombra que la isla fuera la
primera en rubricar y la segunda en ratificar la Convención de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la Mujer.
Tampoco sorprende
que la FMC posea en la actualidad más de dos mil contactos con
organizaciones del mundo y mujeres que ostentan una trayectoria y
reconocimiento internacional, en más de 120 naciones del orbe, precisó
Amarelle.
Durante el diálogo en la capitalina sede de la
institución, destacó que las cubanas juegan también un rol importante
desde su participación, como ONG con estatus consultivo, en las sesiones
del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en defensa de los derechos
de las mujeres y otras causas en el mundo.
Con respecto a la
presencia de ellas en foros internacionales, señaló que "no son sólo las
dirigentes de esta organización (FMC)", sino que las representantes de
otros sectores de la sociedad también muestran una participación activa
en eventos fuera del país.
Resaltó, además, que "un gran por
ciento de los cubanos que ayudan solidariamente a otros países del
mundo, son mujeres", lo cual -consideró- también constituye un logro del
proceso revolucionario en esta nación.
LOS NUEVOS DESAFÍOS
En medio de transformaciones del modelo económico impulsadas en el
país, la secretaria general de la organización que reúne al 89 por
ciento de las cubanas mayores de 14 años, señaló la importancia de
contar con ellas en este proceso.
El 66 por ciento de la fuerza
técnica y profesional de Cuba hoy son mujeres, por lo que resulta
imposible actualizar nuestro modelo económico sin su participación
activa, dijo Amarelle, quien aseguró que ellas están "asumiendo la
responsabilidad que les corresponde".
La isla emprendió un
proceso de actualización económica que busca potenciar el desarrollo de
las fuerzas productivas, sin renunciar al modelo socialista y a los
resultados de índole social de las últimas décadas.
Para ello,
promueve el perfeccionamiento en la gestión y la eficiencia de la
empresa socialista y, paralelamente, el incentivo a las cooperativas y
al sector no estatal, en el cual se desempeñan ya unas 400 mil personas.
La dirigente refirió que de los ocupados en ese sector, más del 27 por
ciento son mujeres y constituyen casi el total de los arrendadores de
viviendas, una de las actividades de ese ámbito con mayor auge en el
país.
Mientras, añadió, las Casas de orientación a la mujer y a
la familia existentes en esta nación, que entre otros propósitos buscan
adiestrarlas en distintas labores, evalúan sus programas para ajustarlos
también a las necesidades de capacitación en el ámbito del trabajo por
cuenta propia.
Además, esas trabajadoras fueron favorecidas
también con la Ley de maternidad y la seguridad social, lo cual difiere
de las especificidades en esa esfera de otros países, donde sus
integrantes adquieren ingresos sólo a partir de lo que produzcan, sin
otros beneficios, ilustró.
La actualización económica y otros
desafíos alientan las acciones de las federadas, inmersas en un proceso
de debates previo al IX Congreso que celebrarán los días 7 y 8 de marzo
del año venidero.
A juicio de Amarelle, la prioridad reside en
contar con dirigentes de base y un voluntariado preparado sobre cuáles
son los propósitos de la organización y "cómo logramos que su
funcionamiento cada vez más se vaya transformando junto con el modelo
económico", apuntó.
Nuestro principal reto, dijo, radica en
conseguir que cada delegación funcione bien y las mujeres encuentren
respuesta a sus preocupaciones.
Lo cierto es que las murallas
levantadas históricamente contra la igualdad de derechos de la mujer
parecen haber cedido muchísimo ante el empuje del Estado y el pueblo de
Cuba, un país que próximamente, en el Examen Periódico Universal ante el
Consejo de Derechos Humanos de la ONU, expondrá seguramente orgulloso
esa realidad.
*Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina
jhb/wmr/las |
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