El mundo feliz de Peña Nieto. El México que se pretende ocultar
Editorial razacero
A menos de un año de gobierno, ya se percibe que este sexenio será igual o peor que el anterior, con la variante de que el actual Poder Ejecutivo pretende a toda costa, y con nuestros impuestos por supuesto, maquillar lo que realmente sucede en nuestro país.A la denuncia hecha recientemente por el Observatorio de los Procesos de Información Pública de la Violencia sobre un oscuro pacto financiero celebrado entre el gobierno federal y la mayoría de los medios de comunicación de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México para que dejen de publicar noticias relacionadas con los enfrentamientos sangrientos que suceden entre los grupos de la delincuencia organizada y las fuerzas armadas y policíacas gubernamentales, se suma la lapidaria declaración de Javier Hernández Valencia, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien el pasado 11 de abril declaró que la aparente reducción de homicidios relacionados con el crimen organizado no se debe a la nueva estrategia de seguridad del gobierno de Enrique Peña Nieto, sino a los reacomodos y acuerdos entre grupos criminales, y advirtió que esta supuesta disminución de crímenes se puede deber a que los diversos grupos del crimen organizado ya han tomado el control absoluto de algunas regiones del país, “han consolidado su hegemonía ante otros grupos que se disputaban la plaza”, apunta.
Y Javier Hernández remató diciendo que también era notoria la baja cobertura que los medios dan a los hechos sangrientos que se siguen suscitando en varios puntos del territorio mexicano.
Así las cosas, estamos frente a un escenario fantasioso, fabricado con los recursos de los contribuyentes por el gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto, en el que la actuación y la simulación parecen ser las mejores cartas que tiene para ofrecerle el pueblo de México.
¿Cuántos miles de millones de pesos nos estará costando a los ciudadanos mexicanos esta campaña para silenciar a los voraces propietarios de los medios masivos de comunicación y nos muestren un panorama que simplemente no existe?
“Engañosa baja de homicidios en México”, ha declarado la ONU a sabiendas de lo que realmente está pasando en nuestro país, pero esto no es motivo para que nuestros gobernantes dejen de mentir y sigan pagando costosísimos contratos publicitarios a los dueños de las televisoras, estaciones de radio y periódicos impresos. Así, tanto el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, como su gabinete y la mayoría de los gobernadores, en coordinación impecable no paran de mencionar que efectivamente están abatiendo los índices delictivos, no solo en lo referente al crimen organizado sino también en la delincuencia común, cuando las experiencias de la ciudadanía son totalmente contrarias a este discurso triunfalista.
Y a la par que nuestros gobernantes difunden con nuestro dinero la noticia de que vamos muy bien en materia de seguridad, aprovechan la factura para pedirle a los medios que ataquen y desvirtúen a quienes se atrevan a criticarlos y a oponerse a las reformas arbitrarias que pretenden imponer a toda costa en materia energética y educativa (en el terreno laboral ya se llevó a cabo el atropello a la clase trabajadora sin que ninguno de los “líderes” de los partidos de “oposición” convocara a un Paro Nacional o a la Resistencia Civil Pacífica). Es por esta razón que leemos en medios impresos y escuchamos en la radio y la televisión a “comunicadores” oficialistas exigiendo una sanción ejemplar a los miles de profesores de la CNTE que están marchando por las calles del país exigiendo respeto y una reforma educativa que tome en cuenta sus propuestas y no los ponga en riesgo de perder sus empleos, como pretende hacerlo el gobierno federal de Enrique Peña Nieto para abrirle paso a la privatización de la educación.
Todo esto, y la insultante “Cruzada contra el hambre”, no son más que un falso paisaje de película mediocre que los ciudadanos debemos rechazar exigiendo resultados concretos e inmediatos que nos brinden seguridad en nuestras casas y calles y no nos saquen el dinero de nuestros bolsillos con los aumentos al precio de la gasolina, la energía eléctrica e impuestos abusivos.
El tráfico de drogas sigue y seguirá mientras nuestros gobernantes sean corruptos y sigan sometidos a las políticas perversas de los hipócritas gobiernos estadounidenses que hacen como que combaten el narcotráfico, pero permiten que todo tipo de sustancias tóxicas circulen a lo largo y ancho de su país. Y la alta corrupción y los millonarios montajes teatrales continuarán mientras los ciudadanos no les exijamos a nuestros gobernantes que legislen para evitar que toneladas de dinero de nuestros impuestos vayan a dar a los bolsillos de los magnates de la comunicación para hacernos creer que vivimos en un mundo feliz… el mundo feliz de Enrique Peña Nieto.
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