Por Luis Brizuela Brínguez
Damasco,
16 may (PL) El Gran Mufti de la República Árabe Siria, Ahmad Badr
Al-Din Hassoun, afirmó que la agresión contra la nación busca destruir
el Estado laico que permite la convivencia pacífica y respetuosa entre
distintas religiones y sectas.
En nuestro país se quiere materializar una estrategia del imperialismo,
que es fragmentar naciones y crear Estados basados en la religión,
analizó la máxima figura religiosa siria al conversar con Prensa Latina.
Rechazó ciertas posturas que tildan de negativo al secularismo, y más
bien lo consideró expresión de que se respetan todas las creencias y no
se inmiscuye o persigue a ninguna.
Es muy peligroso jugar a la
política usando la religión, advirtió en referencia a los gobiernos que
intentan exacerbar en Siria el enfrentamiento entre confesiones y
estimular los asesinatos por motivos religiosos.
Recordó que
aunque el presidente Bashar al-Assad proviene de una minoría -la
alauita-, y reza según los preceptos de su secta, él representa a los 23
millones de ciudadanos sirios sin distinción.
Igual ocurre conmigo, que en mi condición de Mufti represento a todos los sirios, incluso a los no creyentes, aclaró.
Consideramos a las personas primero por su condición de ciudadano, pues las relaciones con Dios son un asunto personal, agregó.
Sobre el fanatismo e intolerancia de una gran parte de los integrantes
de las bandas mercenarias que pretenden con la ayuda de gobiernos de
Occidente y regionales derrocar al gobierno, el líder religioso ofreció
su testimonio personal.
Hace un año, los irregulares asesinaron a mi hijo, como una forma de presionarme y obligarme a desertar de mi cargo, relató.
Señaló que le ofrecieron incluso palacios en algunos países de la
región a donde irse a vivir con su familia, rodeado de lujos, pero se
negó a traicionar a su patria.
Al pie del cadáver de mi hijo
juré que perdonaba a sus asesinos, con tal de que accedieran a sentarse a
la mesa de negociaciones con las autoridades para dialogar y dejar de
destruir el país, destacó.
Sin embargo, ellos mandaron a decir que me asesinarían a mí también, expuso.
Recordó los numerosos ataques y sabotajes contra mezquitas, iglesias y
lugares sagrados, al igual que los asesinatos contra imanes,
predicadores y líderes religiosos, como el de Mohammed Saed Ramadan
al-Bouti, presidente de la Federación de Ulemas Musulmanes del Levante,
el 21 de marzo.
Los opositores armados asesinaron a al-Bouti por
sus ideas ecuménicas y por ser defensor de la paz y rechazar la
violencia, argumentó.
El Mufti se mostró dispuesto a viajar a
cualquier país del mundo, en especial a América Latina, para dialogar y
ofrecer conferencias con el objetivo de que se conozca la verdad sobre
la agresión contra esta nación del Levante.
En este sentido,
mostró su pesar por el deceso del presidente Hugo Chávez, "comparable a
la muerte de Gamal Abdel Nasser y de Hafez al-Assad", manifestó.
De igual forma, transmitió un mensaje de respeto y admiración por el
líder de la Revolución cubana Fidel Castro, y confesó que oraba todos
los días por su salud.
Convino en que si viajara a
Latinoamérica, "una región cuya enorme riqueza es su diversidad cultural
y ciudadana", le gustaría reunirse sobre todo con los jóvenes, pues son
quienes están llamados a cambiar al mundo y resulta necesario sembrar
conciencia en ellos, estimó.
Valoró que su papel resulta
convencer a las personas de que es el hombre quien está al servicio de
la religión, y no al revés, "pues las creencias no se imponen".
Cuando visito ciudades o poblados, me alegra más que ver mezquitas e
iglesias, atestiguar que las personas viven en armonía, que se aman,
respetan y ayudan, concluyó.
tgj/lr |
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