martes, 23 de julio de 2013

Alija Izetbegovic, "el padrino" de los Balcanes

Alija Izetbegovic, "el padrino" de los Balcanes

Алия Изетбегович Сараево Босния и Герцеговина

La cúpula de Sarajevo —Alija Izetbegovic, Hasan Cengic Haris y el exprimer ministro Haris Silajdzic— lograron desviar novecientos millones de los mil ochocientos millones de dólares que EEUU y el mundo árabe concedieron a mediados de los años noventa para la reconstrucción del país devastado por la guerra.

Los novecientos millones acabaron en las cuentas especiales y secretas del trío musulmán. Hoy día, Sarajevo tiene cuentas secretas a las que llegan millones de dólares y euros procedentes de países islámicos. Todas estas transferencias se hacen bajo la tapadera de "fundaciones humanitarias".
Me centraré en uno de los tres, Alija Izetbegovic (1925-octubre de 2003). En 1946 fue encarcelado por primera vez para cumplir una pena de tres años por sus actividades durante la Segunda Guerra Mundial. En 1983 entró en prisión por segunda vez por actividades contrarrevolucionarias. En un principio, el tribunal le condenó a catorce años en régimen cerrado, aunque posteriormente rebajó la pena a nueve años. Es amnistiado en noviembre de 1988 y en 1989 funda el Partido de Acción Democrática. En 1991 se convierte en presidente y en abril de 1992 comienza la guerra civil contra los serbios y los croatas, que a partir de marzo de 1994 es solo contra los serbios.
Izetbegovic se transforma paulatinamente de un demócrata a un fundamentalista. Era muy amigo del líder espiritual de los musulmanes de Bosnia y Herzegovina, el efendi Mustafá Ceric, que siempre destacó por su intolerancia hacia otras religiones. Alija Izetbegovic, quien cumplía a rajatabla los preceptos del islam, seguía muy atento los consejos del señor Ceric. Los dos compartían la creencia de que el origen del mal y del odio que inundaban Bosnia radicaba en la incomprensión y el rechazo hacia el islam en Europa.
Alija Izetbegovic tuvo tres hijos, Lejla, Sabina y Bakir. Lejla se licenció en Matemáticas, Sabina en Lenguas Extranjeras y Bakir en Arquitectura.
Aún en vida, Alija Izetbegovic procuró que tanto sus camaradas como familiares, cercanos y lejanos, se unieran al jugoso pastel de los fondos públicos. Su único hijo varón, Bakir, construyó durante los años del bloqueo un túnel debajo del aeródromo de Sarajevo, ingresando cantidades astronómicas por sacar a través de él a gente de la ciudad sitiada o entrar mercancías de "lujo" desde Croacia y Eslovenia, como tabaco, alcohol, mariscos, etc. Mientras los bosnios de a pie pasaban hambre, en los restaurantes donde se reunían la clase política y las mafias, se servían prestigiosos vinos europeos, pescado fresco del Adriático y otras exquisiteces inaccesibles para la gran mayoría en esos tiempos de guerra. Con su negocio del túnel, Bakir se embolsó varios millones de dólares. Aunque los estadounidenses reprocharon a Izetbegovic, en más de una ocasión, el insaciable apetito comercial de su hijo, Bakir nunca quiso apartarse del poder ni de las oportunidades de negocio que ello suponía.
El sobrino de Izetbegovic, Emin Skopljak, ocupó durante la guerra un alto cargo en la inteligencia bosnia y después se hizo empresario. La Administración de Correos y Telecomunicación pasó bajo control del yerno de Izetbegovic y marido de su hija mayor Lejla, Jasminko Aksamija. La propia Lejla se refugió de la guerra en Turquía, mientras que la menor y preferida de las hijas de Izetbegovic, Sabina, estuvo junto a su padre para el que trabajó como intérprete, puesto que el presidente bosnio no hablaba ningún idioma europeo. El señor Izetbegovic tampoco se olvidó del resto de sus sobrinos ni de otros familiares, contratando a la mayoría para su gabinete. Uno de estos parientes presidenciales, Bakir Sadovic, nieto de una hermana del mandatario, se desempeñó como oficial de enlace responsable de las comunicaciones con el Ejército y se encargó de las misiones más confidenciales de Alija Izetbegovic.
Otra persona que se merece una mención especial es el portavoz del presidente Mirza Hajric, que asistía a todos los encuentros internacionales de Izetbegovic y supervisaba los contactos con las organizaciones islámicas. Se hablaba de que fue él quien junto a Hasan Cengic se encargó de organizar la visita de Osama bin Laden a Sarajevo en 1993. Los dos también estuvieron presentes en la reunión entre Bin Laden e Izetbegovic. Llegué a conocer a Mirza durante mis viajes a Sarajevo, ya que me autorizó varias entrevistas con Izetbegovic entre 1992 y 2001. La última vez que lo vi fue en Sarajevo en 2002. En aquel entonces, Mirza era director general de la empresa Foreign Investment Promotion Agency of Bosnia and Herzegovina.
Uno de los grandes amigos de Alija Izetbegovic era Hasan Muratovic. Decían que había obtenido el grado de doctor, a cambio de una importante cantidad de dinero, en Liubliana y no en Sarajevo. Tenía una empresa de marketing registrada a su nombre que en realidad regentaba su hijo. En su juventud, Hasan Muratovic había sido secretario del comité del Komsomol en una de las pedanías de Sarajevo. En sus años de primer ministro, amasó ilegalmente una fortuna de unos doscientos millones de dólares con todo tipo de actos benéficos y comisiones del narcotráfico a través del monte Igman y del túnel debajo del aeródromo de Butmir. Fue miembro del Parlamento y presidente de la delegación bosnia en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, lo que le dio una excelente oportunidad de establecer contactos con los albaneses y en primer término con el actual primer ministro de Albania, Sali Berisha. Fui testigo de sus charlas amistosas en la trastienda de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en la primavera de 2004. 
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia
mk/kg/sm

No hay comentarios.:

Publicar un comentario