Alija Izetbegovic, "el padrino" de los Balcanes
Fotо: EPA
Los novecientos millones acabaron en las
cuentas especiales y secretas del trío musulmán. Hoy día, Sarajevo tiene
cuentas secretas a las que llegan millones de dólares y euros
procedentes de países islámicos. Todas estas transferencias se hacen
bajo la tapadera de "fundaciones humanitarias".
Me
centraré en uno de los tres, Alija Izetbegovic (1925-octubre de 2003).
En 1946 fue encarcelado por primera vez para cumplir una pena de tres
años por sus actividades durante la Segunda Guerra Mundial. En 1983
entró en prisión por segunda vez por actividades contrarrevolucionarias.
En un principio, el tribunal le condenó a catorce años en régimen
cerrado, aunque posteriormente rebajó la pena a nueve años. Es
amnistiado en noviembre de 1988 y en 1989 funda el Partido de Acción
Democrática. En 1991 se convierte en presidente y en abril de 1992
comienza la guerra civil contra los serbios y los croatas, que a partir
de marzo de 1994 es solo contra los serbios.
Izetbegovic
se transforma paulatinamente de un demócrata a un fundamentalista. Era
muy amigo del líder espiritual de los musulmanes de Bosnia y
Herzegovina, el efendi Mustafá Ceric, que siempre destacó por su
intolerancia hacia otras religiones. Alija Izetbegovic, quien cumplía a
rajatabla los preceptos del islam, seguía muy atento los consejos del
señor Ceric. Los dos compartían la creencia de que el origen del mal y
del odio que inundaban Bosnia radicaba en la incomprensión y el rechazo
hacia el islam en Europa.
Alija Izetbegovic tuvo tres
hijos, Lejla, Sabina y Bakir. Lejla se licenció en Matemáticas, Sabina
en Lenguas Extranjeras y Bakir en Arquitectura.
Aún en
vida, Alija Izetbegovic procuró que tanto sus camaradas como familiares,
cercanos y lejanos, se unieran al jugoso pastel de los fondos públicos.
Su único hijo varón, Bakir, construyó durante los años del bloqueo un
túnel debajo del aeródromo de Sarajevo, ingresando cantidades
astronómicas por sacar a través de él a gente de la ciudad sitiada o
entrar mercancías de "lujo" desde Croacia y Eslovenia, como tabaco,
alcohol, mariscos, etc. Mientras los bosnios de a pie pasaban hambre, en
los restaurantes donde se reunían la clase política y las mafias, se
servían prestigiosos vinos europeos, pescado fresco del Adriático y
otras exquisiteces inaccesibles para la gran mayoría en esos tiempos de
guerra. Con su negocio del túnel, Bakir se embolsó varios millones de
dólares. Aunque los estadounidenses reprocharon a Izetbegovic, en más de
una ocasión, el insaciable apetito comercial de su hijo, Bakir nunca
quiso apartarse del poder ni de las oportunidades de negocio que ello
suponía.
El sobrino de Izetbegovic, Emin Skopljak, ocupó
durante la guerra un alto cargo en la inteligencia bosnia y después se
hizo empresario. La Administración de Correos y Telecomunicación pasó
bajo control del yerno de Izetbegovic y marido de su hija mayor Lejla,
Jasminko Aksamija. La propia Lejla se refugió de la guerra en Turquía,
mientras que la menor y preferida de las hijas de Izetbegovic, Sabina,
estuvo junto a su padre para el que trabajó como intérprete, puesto que
el presidente bosnio no hablaba ningún idioma europeo. El señor
Izetbegovic tampoco se olvidó del resto de sus sobrinos ni de otros
familiares, contratando a la mayoría para su gabinete. Uno de estos
parientes presidenciales, Bakir Sadovic, nieto de una hermana del
mandatario, se desempeñó como oficial de enlace responsable de las
comunicaciones con el Ejército y se encargó de las misiones más
confidenciales de Alija Izetbegovic.
Otra persona que se
merece una mención especial es el portavoz del presidente Mirza Hajric,
que asistía a todos los encuentros internacionales de Izetbegovic y
supervisaba los contactos con las organizaciones islámicas. Se hablaba
de que fue él quien junto a Hasan Cengic se encargó de organizar la
visita de Osama bin Laden a Sarajevo en 1993. Los dos también estuvieron
presentes en la reunión entre Bin Laden e Izetbegovic. Llegué a conocer
a Mirza durante mis viajes a Sarajevo, ya que me autorizó varias
entrevistas con Izetbegovic entre 1992 y 2001. La última vez que lo vi
fue en Sarajevo en 2002. En aquel entonces, Mirza era director general
de la empresa Foreign Investment Promotion Agency of Bosnia and
Herzegovina.
Uno de los grandes amigos de Alija
Izetbegovic era Hasan Muratovic. Decían que había obtenido el grado de
doctor, a cambio de una importante cantidad de dinero, en Liubliana y no
en Sarajevo. Tenía una empresa de marketing registrada a su nombre que
en realidad regentaba su hijo. En su juventud, Hasan Muratovic había
sido secretario del comité del Komsomol en una de las pedanías de
Sarajevo. En sus años de primer ministro, amasó ilegalmente una fortuna
de unos doscientos millones de dólares con todo tipo de actos benéficos y
comisiones del narcotráfico a través del monte Igman y del túnel debajo
del aeródromo de Butmir. Fue miembro del Parlamento y presidente de la
delegación bosnia en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, lo
que le dio una excelente oportunidad de establecer contactos con los
albaneses y en primer término con el actual primer ministro de Albania,
Sali Berisha. Fui testigo de sus charlas amistosas en la trastienda de
la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en la primavera de
2004.
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
mk/kg/sm
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