Siria en la mirilla del Pentágono
Foto: EPA
Los detalles de estas potenciales operaciones
están descritos en la misiva enviada el pasado 22 de julio al senado por
Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU. El jefe del
Estado Mayor Conjunto de EEUU declaró que todas las opciones son del
conocimiento del presidente.
Entre los planes
estudiados está la entrega de armas a los rebeldes, golpes aéreos a las
tropas gubernamentales, la implementación de un área de exclusión aérea
sobre Siria, la creación de zonas de protección en las zonas de Turquía y
Jordania fronterizas con Siria. Y finalmente, el uso de tropas
especiales de EEUU para la captura de armas químicas.
En
un principio, nada nuevo. Todos estos planes ya habían sido barajados
con anterioridad. Lo curioso es que por alguna razón fueron hechos
públicos, de esta manera y con estos comentarios.
La
carta de tres páginas del general Dempsey es una respuesta a las
amenazas del senador republicano John McCain. El principal promotor de
la intervención militar en Siria amenazó con boicotear la próxima
renovación del mandato del general en su alto puesto militar de EEUU, en
el caso de que no fuesen presentados planes en un plazo de varias
semanas. Tres días antes de la publicación de la carta ambos tuvieron
una intensa confrontación en el senado.
Son muy raras
las ocasiones en que los generales estadounidenses hacen públicas
valoraciones políticas sobre planes del Pentágono. En esta ocasión
Dempsey se apartó de esta regla no escrita y completó la carta con
severos comentarios políticos. “De iniciarse las acciones, debemos estar
preparados para las consecuencias”, advirtió Dempsey: “Resultará
difícil impedir la escalada de la injerencia. Podemos propiciar
involuntariamente el incremento de las fuerzas extremistas o el uso de
las mismas armas químicas que queremos controlar.”
El
general Dempsey declaró que a veces el uso de la fuerza militar puede
desencadenar consecuencias inesperadas y la situación puede empeorar:
–Expliqué
mis puntos de vista al presidente. Pusimos sobre su mesa todas las
variantes de acción posible, y dimos a puertas cerradas todos los
detalles a los miembros del comité de las fuerzas armadas, valorando los
posibles riesgos de las diversas variantes de acción. La decisión de
aplicar o no la fuerza será tomada por personalidades oficiales
elegidas.
Dempsey insinúa en su carta que una
injerencia en Siria se convertirá automáticamente para EEUU en un
segundo Afganistán u otro Iraq. Según los cálculos del Pentágono, los
gastos de cualquiera de las variantes propuestas de acciones bélicas en
Siria superarán los quinientos millones de dólares anuales (simple
abastecimiento de armas y entrenamiento de los rebeldes), alcanzando el
millardo de dólares al mes. La Casa Blanca no se siente muy animada ante
tales gastos en la situación actual de recortes de presupuesto.
La
oposición siria pretende que EEUU se inmiscuya directamente en el
conflicto. El jefe del Consejo Militar Superior del ELS, Salim Idriss,
arribó dos días atrás a Nueva York. Según sus declaraciones, Washington
podría comenzar el suministro de armas y municiones a los rebeldes en
agosto, utilizando los canales de la CIA. Aunque ni el Departamento de
Estado ni la Casa Blanca se han referido en modo alguno a las posibles
reuniones con Idriss, la prensa norteamericana escribe que seguramente
se reunirá con el secretario de Estado John Kerry, y que, incluso, visite Washington.
Mientras tanto, como colofón al encuentro entre el viceprimer ministro sirio Qadri Jamil y el canciller Serguéi Lavrov, el funcionario ruso recalcó una vez más que es imposible resolver el conflicto en Siria por medios militares:
–Estamos
convenciendo a todos de la necesidad de asumir lo antes posible la
iniciativa norteamericano-rusa de convocar sin condiciones previas una
conferencia internacional sobre Siria. Lamentablemente, a diferencia del
gobierno de Siria, la mayoría de los representantes de la oposición,
incluyendo la Coalición Nacional, no se declaran dispuestos a
participar. Sabemos que el gobierno sirio está dispuesto a dialogar con
las fuerzas de la oposición y le invitamos a continuar esforzándose en
esa dirección, para que ninguno de los grupos opositores con posiciones
constructivas quede excluido de la venidera conferencia, que espero se
realice pronto.
Todavía no queda claro quienes
participarán en la conferencia sobre el conflicto sirio Genova-2, ni
cuando se llevará a cabo. La representante oficial del Departamento de
Estado Jen Psaki declaró en Washington que la oposición eligió dos
semanas atrás una nueva dirección y es preciso esperar a que el nuevo
mando defina sus posturas respecto a la conferencia.
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
fs/kg
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