Viernes 26 de Julio de 2013, 04:29 am
Falleció el reconocido artista plástico argentino León Ferrari
Uno de los artistas plásticos argentinos más
importantes y provocadores de los últimos años, León Ferrari, falleció
este jueves a los 92 años en la ciudad de Buenos Aires, luego de una
prolífica trayectoria signada por la defensa de los derechos humanos y
el cuestionamiento al accionar de algunos sectores de la Iglesia durante
la dictadura en su país.
Durante su carrera, Ferrari cosechó el reconocimiento local e internacional, alcanzando su punto máximo en el año 2007, cuando fue elegido mejor artista en la Bienal de Arte de Venecia, donde se le otorgó el "León de Oro", el mayor galardón de una de las bienales más prestigiosas del mundo.
Ferrari ofreció una singular mirada sobre la política, la guerra, el arte y el sexo, provocando tantos elogios como críticas. Su obra fue expuesta en algunos de los sitios más destacados del mundo, como el MOMA de Nueva York (Estados Unidos), el Museo Reina Sofía de Madrid (España) y la Pinacoteca do Estado de Sao Paulo (Brasil).
La producción de Ferrari gozó de visibilidad privilegiada este año, en una muestra integrada por más de 500 piezas que exhibió el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, en la capital argentina
Paralelamente, una serie de once obras de Ferrari, pertenecientes al acervo del Museo Nacional de Bellas Aires, se expusieron en el stand de la Secretaría de Cultura de la Nación en el marco de la última edición de la feria de arte contemporáneo ArteBA, en mayo pasado.
Ferrari nació el 3 de septiembre de 1920 y era hijo de Susana y Augusto, un artista italiano que había realizado unos frescos en un tempo de Turín y una vez radicado en Argentina, reformó la iglesia de San Miguel donde pintó 120 cuadros y también construyó iglesias en la provincia central de Córdoba.
A principios de los años 50 viajó a Italia, donde realizó esculturas de cerámica y su primera exhibición individual en Milán (norte). En 1955 regresó a Argentina, para dedicarse a realizar tallas en madera y estructuras de alambres, primero entrelazados y luego soldados.
Una de sus obras más impactantes data de 1965, “La Civilización Occidental y Cristiana”. Se trata de una escultura que muestra a Cristo Crucificado sobre un avión bombardero estadounidense, que en su momento aludía a la guerra de Vietnam, pero que ha recobrado significado a lo largo del tiempo.
En 1976 recopiló un grupo de noticias sobre la represión de la dictadura militar, que luego publicaría con el título de “Nosotros no sabíamos”, frase que una parte de la ciudadanía argentina utilizó frente a las pruebas de la tortura y de los centros de detención.
Con la instauración de la dictadura se radicó en Sao Paulo, donde retomó las esculturas metálicas y realizó experiencias con diversas técnicas como fotocopia, arte postal, heliografía, microficha, video-texto y libro de artista, entre otras.
En 1991 regresaría a Buenos Aires en 1991, para continuar con sus críticas al poder de la Iglesia Católica a través de su arte.
En 2004, se expuso en el Centro Cultural Recoleta (Buenos Aires) una retrospectiva de su obra que abarcaba 50 años de producción, provocando la ira de grupos ultra religiosos, protestas, la rotura de obras, la clausura y reapertura de la muestra y uno de los más intensos debates en la historia del arte argentino.
Durante su carrera, Ferrari cosechó el reconocimiento local e internacional, alcanzando su punto máximo en el año 2007, cuando fue elegido mejor artista en la Bienal de Arte de Venecia, donde se le otorgó el "León de Oro", el mayor galardón de una de las bienales más prestigiosas del mundo.
Ferrari ofreció una singular mirada sobre la política, la guerra, el arte y el sexo, provocando tantos elogios como críticas. Su obra fue expuesta en algunos de los sitios más destacados del mundo, como el MOMA de Nueva York (Estados Unidos), el Museo Reina Sofía de Madrid (España) y la Pinacoteca do Estado de Sao Paulo (Brasil).
La producción de Ferrari gozó de visibilidad privilegiada este año, en una muestra integrada por más de 500 piezas que exhibió el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, en la capital argentina
Paralelamente, una serie de once obras de Ferrari, pertenecientes al acervo del Museo Nacional de Bellas Aires, se expusieron en el stand de la Secretaría de Cultura de la Nación en el marco de la última edición de la feria de arte contemporáneo ArteBA, en mayo pasado.
Ferrari nació el 3 de septiembre de 1920 y era hijo de Susana y Augusto, un artista italiano que había realizado unos frescos en un tempo de Turín y una vez radicado en Argentina, reformó la iglesia de San Miguel donde pintó 120 cuadros y también construyó iglesias en la provincia central de Córdoba.
A principios de los años 50 viajó a Italia, donde realizó esculturas de cerámica y su primera exhibición individual en Milán (norte). En 1955 regresó a Argentina, para dedicarse a realizar tallas en madera y estructuras de alambres, primero entrelazados y luego soldados.
Una de sus obras más impactantes data de 1965, “La Civilización Occidental y Cristiana”. Se trata de una escultura que muestra a Cristo Crucificado sobre un avión bombardero estadounidense, que en su momento aludía a la guerra de Vietnam, pero que ha recobrado significado a lo largo del tiempo.
En 1976 recopiló un grupo de noticias sobre la represión de la dictadura militar, que luego publicaría con el título de “Nosotros no sabíamos”, frase que una parte de la ciudadanía argentina utilizó frente a las pruebas de la tortura y de los centros de detención.
Con la instauración de la dictadura se radicó en Sao Paulo, donde retomó las esculturas metálicas y realizó experiencias con diversas técnicas como fotocopia, arte postal, heliografía, microficha, video-texto y libro de artista, entre otras.
En 1991 regresaría a Buenos Aires en 1991, para continuar con sus críticas al poder de la Iglesia Católica a través de su arte.
En 2004, se expuso en el Centro Cultural Recoleta (Buenos Aires) una retrospectiva de su obra que abarcaba 50 años de producción, provocando la ira de grupos ultra religiosos, protestas, la rotura de obras, la clausura y reapertura de la muestra y uno de los más intensos debates en la historia del arte argentino.
teleSUR-Télam-PL/MARL
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