Científico ucraniano a juicio por vender tecnología militar a China
Foto: aucc.org.ua
Los
cañones de riel son unos aceleradores electrodinámicos que en un futuro
próximo pueden servir de prototipo para el desarrollo de poderosas
armas electromagnéticas. Permiten acelerar el proyectil hasta
velocidades inalcanzables para los cañones tradicionales que usan la
energía de los gases de pólvora. Víctor Chumakov dice que ha estado
desarrollando los cañones de riel desde 2005.
En
2008, su exalumno Alexéi Rud le propuso promover su trabajo a nivel
internacional. El científico, que tenía serios problemas financieros,
aceptó. Rud le puso en contacto con la empresa mixta chino-ucraniana Top
Science Ukraine, dirigida por un hombre llamado Serguéi Chichotka. En
2009, Chumakov les entregó datos de su labor a manera de ejemplo y
demostración. Desde 2010, Rud y Chichotka también se encuentran bajo
investigación judicial.
El
Servicio de Seguridad ucraniano afirma que, aparte de sus propios
estudios, Chumakov entregó a la compañía chino-ucraniana información
clasificada del trabajo de otros científicos ucranianos en los años
noventa del pasado siglo, y lo acusa de socavar la seguridad nacional a
través de una novedosa tecnología militar a China.
El
daño que la tecnología vendida a los chinos pueda causar a la seguridad
de Ucrania es bien cuestionable. Es poco probable que las armas
electromagnéticas empiecen a fabricarse en serie en un futuro
previsible. Sin embargo, la tecnología de aceleración electrodinámica ya
tiene aplicación práctica. Sirve de base para desarrollar catapultas
electromagnéticas de portaaviones. Estos sistemas que aseguran el
despegue de los aviones emplazados en el mar deben sustituir las
actuales catapultas de vapor que son más complejas y pesadas y mucho
menos eficaces.
Hasta
hace poco, el único país que fabricaba catapultas electromagnéticas era
EEUU. Un sistema de ese tipo, destinado a los novísimos portaaviones de
la clase General Ford, fue sometido a pruebas terrestres en 2010. El
segundo país que trata de hacer semejantes equipos es China. A comienzos
de 2012 se supo que hay notables avances en el desarrollo del tema, por
lo que el director del grupo de especialistas chinos recibió un
importante galardón de Estado.
Si
las acusaciones del Servicio de Seguridad son justas y los datos,
facilitados por Chumakov, realmente, han contribuido de manera palpable
al éxito del programa militar chino, los beneficios que ha perdido
Ucrania son enormes. Al contactar con un científico concreto, los chinos
pudieron comprar por un monto ínfimo una tecnología muy sensible que
abre nuevas perspectivas para el desarrollo de su programa de
portaaviones. A diferencia de sus análogos de vapor, las catapultas
electromagnéticas rinden mucho más y prácticamente no tienen
limitaciones de masa para el avión que lanzan. De esta manera pueden
lanzar incluso dronesligeros.
Chumakov
comentó que unos de los agentes de seguridad que estaban registrando su
apartamento le dijo con odio que “merecía ser fusilado”. No sabemos
hasta qué punto eran confidenciales los datos que el científico traspasó
a los chinos, pero su transferencia tuvo lugar en un momento crucial
para el desarrollo de semejante proyecto pudiendo contribuir al éxito
del mismo. No es de extrañar, por lo tanto, que Ucrania, que no ha
ganado nada en este asunto, se sienta fuertemente decepcionada y
molesta.
nv/sk/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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