miércoles, 27 de noviembre de 2013

Científico ucraniano a juicio por vender tecnología militar a China

Científico ucraniano a juicio por vender tecnología militar a China

Científico ucraniano a juicio por vender tecnología militar a China

El Servicio de Seguridad ucraniano acusó al científico Víctor Chumakov, de la Universidad Nacional de Járkov, de haber entregado a una empresa mixta ucraniano-china información clasificada sobre la estructura de aceleradores electromagnéticos, también conocidos como cañones de riel. El científico se encuentra en pleno proceso judicial en Járkov por alta traición. El experto Vasili Kashin, del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, da más detalles sobre el caso.

Los cañones de riel son unos aceleradores electrodinámicos que en un futuro próximo pueden servir de prototipo para el desarrollo de poderosas armas electromagnéticas. Permiten acelerar el proyectil hasta velocidades inalcanzables para los cañones tradicionales que usan la energía de los gases de pólvora. Víctor Chumakov dice que ha estado desarrollando los cañones de riel desde 2005.
En 2008, su exalumno Alexéi Rud le propuso promover su trabajo a nivel internacional. El científico, que tenía serios problemas financieros, aceptó. Rud le puso en contacto con la empresa mixta chino-ucraniana Top Science Ukraine, dirigida por un hombre llamado Serguéi Chichotka. En 2009, Chumakov les entregó datos de su labor a manera de ejemplo y demostración. Desde 2010, Rud y Chichotka también se encuentran bajo investigación judicial.
El Servicio de Seguridad ucraniano afirma que, aparte de sus propios estudios, Chumakov entregó a la compañía chino-ucraniana información clasificada del trabajo de otros científicos ucranianos en los años noventa del pasado siglo, y lo acusa de socavar la seguridad nacional a través de una novedosa tecnología militar a China.
El daño que la tecnología vendida a los chinos pueda causar a la seguridad de Ucrania es bien cuestionable. Es poco probable que las armas electromagnéticas empiecen a fabricarse en serie en un futuro previsible. Sin embargo, la tecnología de aceleración electrodinámica ya tiene aplicación práctica. Sirve de base para desarrollar catapultas electromagnéticas de portaaviones. Estos sistemas que aseguran el despegue de los aviones emplazados en el mar deben sustituir las actuales catapultas de vapor que son más complejas y pesadas y mucho menos eficaces.
Hasta hace poco, el único país que fabricaba catapultas electromagnéticas era EEUU. Un sistema de ese tipo, destinado a los novísimos portaaviones de la clase General Ford, fue sometido a pruebas terrestres en 2010. El segundo país que trata de hacer semejantes equipos es China. A comienzos de 2012 se supo que hay notables avances en el desarrollo del tema, por lo que el director del grupo de especialistas chinos recibió un importante galardón de Estado.
Si las acusaciones del Servicio de Seguridad son justas y los datos, facilitados por Chumakov, realmente, han contribuido de manera palpable al éxito del programa militar chino, los beneficios que ha perdido Ucrania son enormes. Al contactar con un científico concreto, los chinos pudieron comprar por un monto ínfimo una tecnología muy sensible que abre nuevas perspectivas para el desarrollo de su programa de portaaviones. A diferencia de sus análogos de vapor, las catapultas electromagnéticas rinden mucho más y prácticamente no tienen limitaciones de masa para el avión que lanzan. De esta manera pueden lanzar incluso dronesligeros.
Chumakov comentó que unos de los agentes de seguridad que estaban registrando su apartamento le dijo con odio que “merecía ser fusilado”. No sabemos hasta qué punto eran confidenciales los datos que el científico traspasó a los chinos, pero su transferencia tuvo lugar en un momento crucial para el desarrollo de semejante proyecto pudiendo contribuir al éxito del mismo. No es de extrañar, por lo tanto, que Ucrania, que no ha ganado nada en este asunto, se sienta fuertemente decepcionada y molesta.
nv/sk/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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