Corrupción en Salud en calderonismo / Sobreejercicio y desvío en publicidad / Carlos Olmos acusa a Sota y Cortázar
En
las últimas semanas, el exjefe de prensa en la Secretaría de Salud y
exvocero del Senado de la República, Carlos Olmos Tomasini, se reunió
con funcionarios del gabinete de Enrique Peña Nieto con el propósito de
aligerar su proceso por faltas administrativas que podrían convertirse
hasta en delitos penales.
El
exfuncionario ha tratado por todos los medios que la Secretaría de la
Función Pública no ejerza sus facultades para sancionarlo
económicamente, inhabilitarlo y acusarlo penalmente ante la Procuraduría
General de la República (PGR) por supuestas irregularidades en las que
incurrió cuando se desempeñaba como titular de la Coordinación General
de Comunicación Social de la Secretaría de Salud, en el sexenio del
panista Felipe Calderón Hinojosa.
El
cabildeo para pactar su impunidad se intensificó después de que, a
inicios de noviembre pasado, el senador priísta Raúl Cervantes Andrade
ordenó su relevo del cargo como titular de Comunicación Social de la
Cámara de Senadores para evitar mantener en esa importante labor a un
funcionario acusado de tráfico de influencias, abuso de confianza y mal
manejo de recursos públicos. Y es que su salida se debió justo a los
problemas que Olmos Tomasini podría enfrentar por el supuesto fraude
cometido y que supera los 700 millones de pesos.
Según
los expedientes que obran en la oficina de Julián Olivas Ugalde,
encargado del despacho anticorrupción del gobierno de Enrique Peña
Nieto, Olmos contrató de forma irregular y sin licitación a más de 300
medios de comunicación entre 2010 y 2012. Como lo ha informado esta
columna desde abril pasado, las auditorías oficiales revelan que el
perjuicio para las finanzas públicas ya acreditado asciende a 797
millones 150 mil 408 pesos, correspondientes a sobreejercicios en esos
tres años.
De
acuerdo con el amplio expediente acumulado en la Función Pública, se han
documentado otras anomalías atribuidas a Olmos Tomasini: la auditoría
005/13 descubrió que “no se acreditó ni se sustentó la justificación y
el dictamen para la adjudicación directa de los contratos para la
prestación de servicios de difusión en medios complementarios de las
campañas Adicciones Versión Alcohol y Fomento a una Nueva Cultura de
Salud Versión Mortalidad Materna 2010”.
Aunado
a ello, determinó el “incumplimiento a las condiciones establecidas en
los contratos de medios complementarios” relacionados con ambas
campañas. A decir de la Función Pública, Olmos Tomasini no acreditó la
urgencia por la cual asignó decenas de contratos sin licitaciones de por
medio.
Sin
embargo, todo parece indicar que las reuniones entre Olmos Tomasini y
distintos representantes del gobierno federal le han dado resultado al
exservidor público, pues no obstante que en su reporte final de
auditoría la Función Pública determinó su responsabilidad en las
adjudicaciones directas de los contratos, Olmos Tomasini no ha sido
llamado a cuentas y sus expedientes, concluidos desde julio pasado,
empiezan a empolvarse y “olvidarse”.
En
esos archivos consta que los auditores documentaron plenamente la
responsabilidad del exvocero del Senado, pues fue éste quien autorizó
por puño y letra las contrataciones de más de 300 medios de comunicación
fuera del presupuesto autorizado por la Cámara de Diputados.
Así,
en los documentos se incluyen oficios firmados por Olmos Tomasini que
posibilitaron la contratación directa y masiva –que constituyó el
sobreejercicio presupuestario– de los medios al cierre de 2010.
“Con
fechas 1 de septiembre y 4 de noviembre de 2010, Carlos Olmos Tomasini,
director general de Comunicación Social, emitió los documentos
denominados ‘Justificación y dictamen para la excepción de licitación
pública, conforme a la fracción I del artículo 41 de la Ley de
Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, para
contratar mediante adjudicación directa los servicios de producción,
difusión en televisión, radio, medios complementarios y evaluación
cuantitativa de medios de campaña, solicitados por la Dirección General
de Comunicación Social’”, señala la auditoría.
La
firma de esos documentos y los sobreejercicios ya documentados por los
auditores no son los únicos motivos de preocupación para Olmos. Durante
su gestión en la Secretaría de Salud se ejercieron de forma discrecional
más de 5 mil millones de pesos en campañas de publicidad. Varios de
esos millones fueron a parar a empresas fantasma y a personas físicas
supuestamente ligadas a él. Aquí también investiga la Función Pública
los señalamientos del cobro de comisiones que en algunos casos podría
haber alcanzado hasta el 50 por ciento del monto pagado.
Sobre
este tema, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ya investiga –por
medio del Servicio de Administración Tributaria (SAT)– la creación y
operación de ocho empresas y prestadores de servicios contratados por la
Coordinación General de Comunicación Social de la Secretaría de Salud
durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa, de los cuales
hasta ahora no se han encontrado indicios de existencia real, lo que
sognificaría que esas empresas de papel fueron constituidas por
funcionarios para apoderarse del presupuesto público destinado al pago
de publicidad gubernamental.
Las
ocho contrataciones para “difundir” campañas publicitarias datan del
ejercicio de 2010, cuando el panista José Ángel Córdova Villalobos se
desempeñaba como titular de la dependencia y Olmos Tomasini, de la
Coordinación de Comunicación Social; sin embargo, las autoridades no
descartan que se extiendan a otros años, por lo cual mantienen abiertas
las líneas de investigación.
La
indagatoria ha acreditado que los contratos involucran al menos 4
millones 149.9 mil pesos del erario de Salud, dependencia que destinó 5
mil 285 millones en 6 años a campañas publicitarias por órdenes de
Alejandra Sota, entonces vocera de la Presidencia de la República, según
la versión que Carlos Olmos dio al semanario Contralínea. En la Función
Pública consideran llamar a cuentas a la exvocera de Calderón y el SAT y
la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ya investigan las cuentas y
propiedades de Sota y Olmos, con el fin de determinar si durante los
seis años de gobierno de Calderón se enriquecieron ilícitamente.
En
abril pasado y cuando aún era vocero del Senado de la República, Olmos
Tomasini aseguró que las campañas publicitarias se decidían en la
Presidencia “por Alejandra [Sota] o Max [Cortázar]. Ellos eran la
primera instrucción; pasaba a [la Secretaría de] Gobernación y
Gobernación instruía a todas las áreas”. Sin embargo, aceptó que de esas
órdenes no hay registro documental: “Presidencia nunca te va a dar
nada, porque son [instrucciones] verbales”, dijo Olmos para que el
gobierno de Peña Nieto también investigue a sus exjefes Sota y Cortázar y
no como siempre sucede que el hilo se rompe por lo más delgado.
Los contratos
En la
lista de las ocho empresas y prestadores de servicios investigados por
el SAT se encuentra El Despertador, SA de CV; Crealo Producciones, SA de
CV; Especialistas en Imagen Pública, SA de CV; XYZ Ediciones
Publicitarias, SA de CV; Análisis y Comunicación Integral, Asesores en
Prensa, Relaciones Públicas y Publicidad, SA de CV; Celia García
González; Claudia Patricia Ching Pérez y Humberto Cervantes Bravo.
La
documentación –a la que se tuvo acceso– da cuenta de que fueron los
auditores de la Función Pública adscritos a la Subsecretaría de Control y
Auditoría de la Gestión Pública quienes los denunciaron. Y es que, tras
visitar 22 empresas y particulares que obtuvieron contratos directos
supuestamente irregulares de la Secretaría de Salud, descubrieron que
esos ocho no tenían relación con sus domicilios fiscales y, en la
mayoría de casos, nadie los conocía.
Más
aún, dos de esas empresas cuentan con el mismo representante legal: José
Félix Sánchez Navarro. Según las investigaciones oficiales, se trata de
Especialistas en Imagen Pública y de XYZ Ediciones Publicitarias, que
en conjunto cobraron 1 millón 300 mil pesos del presupuesto público. La
primera, con domicilio fiscal en Luz Saviñón 13, despacho 701, colonia
Del Valle; la segunda, en calle Albert 27, casa 3, colonia Albert,
delegación Benito Juárez.
Según
los auditores, la sede de Especialistas en Imagen Pública se encuentra
deshabitada. La información fue corroborada por Gabriel Carrasco,
encargado de la vigilancia del edificio, quien les informó que éste fue
desocupado desde hacía poco más de 1 año. La empresa en cuestión celebró
el contrato 367-DGCS-2010 con la Secretaría de Salud, por 400 mil
pesos.
La
segunda compañía, XYZ Ediciones Publicitarias, se adjudicó dos contratos
(363-DGCS-2010 y 438-DGCS-2010) por 900 mil pesos, a pesar de que en su
domicilio fiscal tampoco reside nadie, de acuerdo con los reportes de
los contralores de la Función Pública.
Otro
caso similar es el de la empresa El Despertador, supuestamente ubicada
en Avenida México número 49, colonia Hipódromo Condesa, delegación
Cuauhtémoc. Con ésta, Salud firmó los contratos 380-DGCS-2010 y
444-DGCS-2010, por un total de 800 mil pesos. Sin embargo, cuando los
auditores visitaron el lugar sólo localizaron la empresa Pet Central.
Según los archivos de la Función Pública, la licenciada Blanca Viridiana
Covarrubias Morelos, directora general de dicha firma, manifestó que El
Despertador, SA?de?CV, no se encuentra ubicado en ese domicilio y que
el ciudadano Óscar Vicente González González, representante del mismo,
nunca ha trabajado en Pet Central.
La
visita al domicilio de Crealo Producciones –calle Juan Sánchez Azcona
1603, interior 303, colonia del Valle, delegación Benito Juárez– tampoco
fue exitosa, pues nadie respondió a los llamados de los contralores. La
empresa, representada por María de Jesús Estela Livera Corona, signó
con la Secretaría de Salud los contratos 325-DGCS-2010 y 446-DGCS-2010,
por 400 mil pesos.
Análisis
y Comunicación Integral, Asesores en Prensa, Relaciones Públicas y
Publicidad, representada por Víctor Daniel Sánchez Baños, obtuvo el
contrato 336-DGCS-2010, por 200 mil pesos. Sin embargo, su domicilio
–avenida Baja California 333, colonia Hipódromo Condesa, delegación
Cuauhtémoc– fue reportado como inexistente. Asimismo, en la dirección
manifestada en la cédula de identificación fiscal –Circuito Economistas
105, Ciudad Satélite, Naucalpan de Juárez, Estado de México– “se
encuentra una tienda de disfraces”. El encargado de ésta manifestó a los
auditores no conocer a Sánchez Baños ni haber oído de la empresa.
Respecto
de los prestadores de servicios, Humberto Cervantes Bravo fue quien
celebró los contratos más redituables: 316-DGCS-2010 y 437-DGCS-2010,
por 1 millón de pesos. Sin embargo, los auditores no lo localizaron en
su domicilio: Manuel Ávila Camacho 48, lote 20, colonia Lázaro Cárdenas,
Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México. Por este motivo, “nos
comunicamos con él vía telefónica y nos informó que se encontraba fuera
de la ciudad hasta el lunes 17 de junio de 2013, por lo que se dejó
citatorio en su buzón. El viernes 14 de junio de 2013 se comunicó con
nosotros Flor Quesada, mencionando que sería el enlace de Humberto
Cervantes Bravo, ya que posiblemente él estaría fuera de la ciudad más
tiempo del programado, y toda vez que fueron posponiendo la cita hasta
el 25 de junio, y que Cervantes Bravo, quien firmó los contratos
referidos, no podría presentarse a desahogar la diligencia, no fue
posible realizarla”.
Los
representantes de la Secretaría de la Función Pública también
descubrieron que el domicilio fiscal –Georgia 52, colonia Nápoles,
delegación Benito Juárez– de Celia García González (contrato
326-DGCS-2010, por 300 mil pesos) corresponde al despacho contable
Eljure Consultores, SC. El licenciado Eljure López Raxid, dueño de éste,
informó que “dicha persona nunca ha trabajado en esa empresa y que la
conoce de vista por ser suegra de Adriana Elizabeth Arellano Embriz,
quien fue su empleada en ese despacho, de 2007 a mediados de 2011”.
En el
caso de Claudia Patricia Ching Pérez, desde hace años el domicilio
fiscal –Revillagigedo 95, edificio G, departamento 1, colonia Centro,
delegación Cuauhtémoc– se utiliza como bodega. No obstante, dicha
prestadora de servicios celebró con Salud el contrato 326-DGCS-2010, por
149 mil 999 pesos.
Las
ocho personas morales y físicas referidas formaron parte de una muestra
de 22. El universo total de la auditoría 005/13 a la Secretaría de Salud
fue de 329 contratos, en los cuales se incurrió en sobregiro
presupuestal durante el ejercicio 2010 por 480 millones 171 mil pesos.
Como
lo informó esta columna desde abril pasado, la Función Pública también
documentó otro sobregiro presupuestal en el ejercicio de 2012,
relacionado con el gasto en la publicidad de la Secretaría de Salud: 316
millones 979 mil 408 pesos vinculados a 260 contrataciones fuera del
presupuesto, que aún no se liquidan a los medios de comunicación.
Las
irregularidades que indagan tanto la Secretaría de la Función Pública
como la de Hacienda y Crédito Público se centran en el gasto de las
campañas publicitarias para los ejercicios de 2010, 2011 y 2012. Tan
sólo en ese trienio, Salud –encabezada entonces por José Ángel Córdova y
Salomón Chertorivski– gastó 4 mil 605 millones 802 mil pesos en
publicidad oficial, revela la Secretaría de Gobernación en la respuesta a
la solicitud de información ciudadana 0000400091513.
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