El Vaticano espera impaciente al presidente de Rusia
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Sin embargo, la actual visita del mandatario ruso al Estado de la Ciudad del Vaticano tiene un significado especial.
El destacado vaticanista Marco Politi contó a La Voz de Rusia en una entrevista exclusiva los ánimos reinantes en la Santa Sede en vísperas de la visita del presidente ruso:
–En
la Santa Sede aguardan mucho este encuentro, porque en las últimas
décadas las relaciones entre el Vaticano y Moscú se desarrollaron de
forma bastante zigzagueante. Hubo un período de acercamiento durante la
presidencia de Gorbachov. Luego las relaciones se congelaron, dado que
Juan Pablo II era visto como la encarnación de la política de la Polonia
católica, dirigida a la conquista de territorios que otrora formaron
parte de la Unión Soviética. Después, durante el pontificado de
Benedicto XVI, tuvo lugar una fase más moderada en las relaciones
bilaterales. Y ahora todo genera una gran expectativa, ya que se quiere
comprender si se logrará cristalizar el sueño dorado de muchos papas que
anhelaban visitar Moscú. Precisamente por ello se presta gran atención
al encuentro del presidente Putin con el nuevo pontífice.
–El
primer contracto “indirecto” entre Putin y Bergoglio tuvo lugar durante
la reciente cumbre del G-8 en San Petersburgo, cuando el papa Francisco
escribió su célebre carta el presidente ruso en la que reconocía el
papel dirigente de Rusia en la arena internacional. A su juicio, ¿la
visita de Putin puede provocar un giro radical en las relaciones entre
Rusia y El Vaticano?
–Supongo
que el presidente Putin comprendió que a diferencia de Benedicto XVI,
que no era muy activo a nivel internacional, el papa Francisco, por el
contrario, se propone que la Santa Sede retorne al sistema de relaciones
internacionales. Esto lo ha demostrado abiertamente al condenar con
rigor la posible injerencia de países occidentales en Siria. Por una
parte, el Papa expuso en voz alta la opinión reinante en la sociedad
occidental, incluido EEUU. Tengo en cuenta las aspiraciones de la
mayoría de la gente corriente y no la de sus gobiernos. Por otro lado,
su postura coincidió con la estrategia de la Federación de Rusia, que
propuso una solución pacífica al problema sirio. Como consecuencia,
actualmente se está intentando sacar el arma química de Siria, a la vez
que no se prevé ninguna intervención contra ese país.
–En
la antesala del encuentro de Vladímir Putin y el papa Francisco los
dignatarios de la Iglesia tanto ortodoxa como católica, incluyendo al
cardenal Angelo Scola, se refirieron en reiteradas ocasiones a los
“retos comunes” que afrontan. ¿De qué se trata concretamente? Supone
usted que semejantes declaraciones pueden ser contempladas como señal
positiva, en función de la cual las relaciones entre las dos Iglesias
serán, por fin, más sólidas y productivas.
–El
cardenal Angelo Scola siempre fue muy activo en el desarrollo de las
relaciones “universales”. Y supongo que tiene toda la razón, cuando dice
que en la sociedad laica los cristianos, a pesar de las discrepancias,
deben manifestarse como miembros activos de ella. Todos saben
perfectamente que la Iglesia ortodoxa rusa siempre también seguía de
cerca la doctrina social de la Iglesia católica. En su ejemplo se
observaba que la comunidad religiosa no se concentra solo en el culto y
la liturgia, sino que sabe intervenir con eficiencia en la vida laica,
para ayudar al hombre a superar la crisis existencial que le abruma en
la sociedad contemporánea.
–Días
atrás, durante su visita a Roma, el jefe del Departamento de Relaciones
Exteriores de la Iglesia ortodoxa rusa, metropolitano de Volokolamsk,
Hilarión, dijo que actualmente “se está trabajando en el encuentro entre
el papa Francisco y el patriarca de Moscú y toda Rusia, Kiril. ¿Cree
usted que esto podría tener lugar en un futuro a corto plazo? ¿Dónde y
cuándo, en tal caso, será posible este encuentro realmente histórico?
–El
Vaticano acaricia la esperanza de que pueda organizase un encuentro
entre el Papa y el Patriarca en territorio neutral, o sea ni en Rusia ni
en El Vaticano. Es posible que se celebre en Austria o en Hungría. Pero
lo indudable es que el papa Francisco se propone resucitar el diálogo
con todas las Iglesias ortodoxas.
mj/kg/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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