Por profesar el cristianismo, condenan a la horca a sudanesa embarazada
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Un tribunal sudanés condenó a muerte a una mujer cristiana con ocho meses de embarazo por renunciar a la fe musulmana que estaba obligada a abrazar de nacimiento.Meriam Yehya Ibrahim, de 27 años, permanece detenida con su hijo de año y medio.
“Le hemos dado tres días para que se retractara, pero como usted insiste en no volver al islam la condeno a morir en la horca”, sentenció el juez Al-Khalifa en un tribunal de Jartum, la capital de Sudán, cita un despacho de la agencia de noticias AFP.
La mujer fue declarada culpable de “adulterio” y “apostasía” el pasado 15 de mayo.
Al menos un centenar de personas se desplazaron hasta el tribunal para escuchar el veredicto, sobre todo diplomáticos de embajadas extranjeras.
El martes 13, las embajadas de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Holanda se dijeron preocupadas por el caso de la sudanesa.
“Hacemos un llamamiento al gobierno de Sudán para que respete el derecho a la libertad de religión, y en particular el derecho de cambiar de fe o de creencia”, escribieron en un comunicado conjunto, reportó AFP.
Sudán tiene una amplia mayoría musulmana, principalmente afincada en el norte, y una minoría cristiana que tradicionalmente ha vivido en el sur, agrega AFP.
De acuerdo con Amnistía Internacional (AI), el “crimen” de Ibrahim, quien está embarazada de su segundo hijo, es no querer renunciar a su fe.
La organización rechaza que Meriam haya cometido adulterio pues se casó con un hombre cristiano de Sudán del Sur.
Sin embargo, según la sharia (ley islámica) tal y como se aplica en Sudán, las mujeres musulmanas no pueden contraer matrimonio con hombres no musulmanes. Dicho matrimonio se considera adúltero y Meriam fue denunciada por un familiar. La condena: flagelación.
AI detalla que Meriam fue educada como cristiana ortodoxa, la religión de su madre, porque su padre, musulmán, estuvo ausente durante toda su infancia.
Amnistía Internacional considera que Meriam es una presa de conciencia, declarada culpable por sus creencias religiosas y su identidad, y debe ser liberada de inmediato.
“La criminalización del adulterio viola los derechos a la libertad de expresión y de asociación, y su aplicación discrimina invariablemente a las mujeres”, indica AI.
“El hecho de que una mujer haya sido condenada a muerte por su elección religiosa, y a flagelación por estar casada con un hombre de una religión presuntamente diferente es atroz y abominable. El adulterio y la apostasía son actos que no deben considerarse delitos en modo alguno. Es una vulneración flagrante del derecho internacional de los derechos humanos”, dijo Manar Idriss, investigador de Amnistía Internacional sobre Sudán.
La organización lanzó una campaña en las redes sociales, a través de su centro de activismo, para pedir la liberación de la mujer al ministro de Justicia de Sudán, Mohamed Bushara Dousa.
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