martes, 12 de agosto de 2014

Human Rights Watch acusa a Egipto de planear la matanza de islamistas

Human Rights Watch acusa a Egipto de planear la matanza de islamistas

La masacre de manifestantes el pasado 14 de agosto fue premeditada, según la ONG



Manifestantes pro Morsi huyen de los gases lacrimógenos. / khaled desouki (afp)


La ONG Human Rights Watch (HRW), con base en EE UU y especializada en la defensa de los derechos humanos, ha hecho público este martes un informe muy crítico con las autoridades egipcias por el brutal desalojo del campamento islamista de protesta de Rabá al-Audawia el 14 de agosto del año pasado. Aquel día murieron en El Cairo centenares de partidarios de Mohamed Morsi, primer presidente elegido democráticamente en Egipto y despuesto un mes antes en un golpe de Estado. De acuerdo con el documento, la masacre de manifestantes fue premeditada, situando su responsabilidad en varios altos cargos del Gobierno, incluido el actual presidente Abdelfattah al Sisi, por lo que sostiene que probablemente constituye un crimen contra la humanidad.
El informe, de 188 páginas y titulado “Todo según lo planeado: la masacre de Rabá y la matanza masiva de manifestantes en Egipto”, pudo identificar 817 víctimas mortales, pero estima que la cifra real de muertos podría superar las 1.150 personas. Para elaborarlo, los investigadores de la ONG entrevistaron a más de 200 testigos presenciales, revisaron docenas de grabaciones de vídeo y analizaron las declaraciones de los mandatarios egipcios. El Ejecutivo egipcio ha reaccionado calificando el documento de “sesgado” y censurando el hecho de que los testimonios a los que alude sean anónimos.

“En la plaza de Rabá, las fuerzas de seguridad egipcias cometieron en un solo día una de las matanzas de manifestantes más masivas de la historia reciente”, dijo el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, en la presentación del informe, que compara esta masacre con la que tuvo lugar en la plaza Tiananmen de Pekín en 1989. A Roth y a la directora de HRW para Oriente Medio, Sarah Leah Whitson les fue denegada su entrada a Egipto el pasado domingo después de pasar doce horas retenidos en el aeropuerto de El Cairo.
El texto reconoce que algunos manifestantes estaban armados —se encontraron 15 armas de fuego en el campamento—, el principal argumento de las autoridades para explicar la violencia empleada por la policía. Sin embargo, HRW considera que el uso de la fuerza fue completamente desproporcionado, pues los civiles armados eran una pequeña minoría. “Las pruebas muestran que las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra la multitud desde los primeros minutos de la dispersión”, apuntó Roth. No fue hasta horas después del inicio del desalojo que las autoridades abrieron corredores seguros para la salida de los manifestantes del cerco policial.
Habida cuenta de que la justicia egipcia no ha abierto diligencias contra los responsables de la matanza, la ONG urge al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a abrir una comisión internacional de investigación. Asimismo, insta a la comunidad internacional a suspender la venta y el envío de cualquier tipo de armamento a Egipto, así como a fiscalizar los hechos en los tribunales nacionales de acuerdo con el principio de justicia universal en casos de crímenes contra la humanidad. Egipto firmó el tratado que creó el Tribunal Penal Internacional, pero aún no lo ha ratificado. Esta corte, basada La Haya, desestimó el pasado mes de mayo una denuncia presentada por los Hermanos Musulmanes, el movimiento al que pertenece Morsi.

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