México, segundo país más privatizado en América Latina
Natalia Antezana Bosques /@Natalia3_0
(05 de agosto, 2013).- El discurso oficialista mexicano equipara los conceptos de apertura a la inversión privada y modernización.
Desde el año 1982 se abrieron las puertas para que la iniciativa
privada empezara a invertir en áreas exclusivas y prioritarias del
Estado.
Para tales efectos se han llevado a cabo
reformas constitucionales, a leyes secundarias y reglamentos, entre
otras estrategias legales. Así es como México se convirtió en el segundo
país más privatizador de América Latina, según el economista Julián
Castaño.
En 30 años México ha privatizado
sectores como la siderúrgica, la banca, teléfonos y ferrocarriles, entre
otros. Según un estudio del Banco Mundial, en la década del 90, el
gobierno mexicano transfirió activos por 31 mil 458 millones de dólares a
particulares. Esto representa el 20.4 por ciento de la venta total de
empresas propiedad del Estado en Latinoamérica, según la tesis doctoral
del economista Julián Castaño Guillén, de la Universidad de Extremadura.
Según Castaño, entre 1988 y 1993 el
Estado transfirió al sector privado el 50 por ciento de sus empresas, de
las cuales 18 eran entidades financieras. Los bancos fueron
recapitalizados y dotados de reservas para afrontar la deuda vencida y
la interbancaria. El economista Emilio Sacristán, de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que años después, con el
rescate de la banca, el Estado gastó dos o tres veces más el valor de lo
que obtuvo por su venta.
Otro ejemplo de las privatizaciones en
México es la industria siderúrgica. Sidermex, un conjunto de tres
siderúrgicas de administración federal –Altos Hornos, S.A., Fundidora
Monterrey, S.A. y Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, S.A. de
C.V.–, fue vendida a la iniciativa privada por un total de 755 millones
de dólares. No obstante el costo en pasivos de las tres empresas
superaba los 6 mil millones de dólares, según el economista Emilio
Sacristán.
Por lo
menos 15 comunidades en el territorio mexicano están en pleito con
empresas que tienen concesiones para la explotación minera en sus
territorios, puesto que contaminan su medio ambiente e inhabilitan las
tierras para su cultivo, tema particularmente grave al tratarse de
pueblos con altos índices de pobreza.
Teléfonos de México gozó de “un lapso de
privilegio monopólico”. Actualmente sus tarifas están por encima de
otros países, incluso de algunos con mayor poder adquisitivo.
En el caso de los ferrocarriles, la
privatización empezó con los talleres de mantenimiento y la flota
locomotora que estaba asignada a ellos, en el año 1994. Un año después
se reformó el artículo 28 constitucional, en el cual se especificaba que
los ferrocarriles eran exclusivos del Estado. Actualmente, el sistema
ferroviario mexicano cuenta con dos ferrocarriles en manos extranjeras y
otros dos en manos estatales.
El pasado 29 de julio, el ex candidato
presidencial Andrés Manuel López Obrador señaló que el 50 por ciento de
la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se encuentra en manos
privadas. Asimismo, informó que en los últimos seis meses se han
registrado pérdidas de hasta 35 mil millones de pesos.
Para que se llevara a cabo la
privatización del 50 por ciento de la CFE, el tabasqueño señaló que se
tuvo que reformar la ley secundaria al artículo 27 constitucional en el
año 1992, cuando aún era presidente Carlos Salinas de Gortari. Con esta
modificación se permitió entregar contratos a empresas extranjeras para
la generación de energía eléctrica en el país. Esto no ha resuelto los
cobros excesivos por consumo de luz, sino que van en aumento, explicó el ex jefe de gobierno del Distrito Federal.
Ejemplos como los anteriores se multiplican a lo largo de la historia mexicana reciente.
El economista Emilio Sacristan señaló
que sólo en algunos casos se han alcanzado parcialmente los objetivos
planteados ante las privatizaciones de las empresas en México, mas no en
la mayoría. Hay casos, especialmente los bancarios, en que la operación
resultó ser menos eficiente y más costosa en manos privadas que
estatales.
Aunque el economista señaló que es
difícil emitir un juicio objetivo al respecto, explicó que bajo la
experiencia adquirida en las últimas tres décadas en privatizaciones, no
se recomienda seguir con el mismo modelo económico.
bien ahi
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