martes, 12 de agosto de 2014

México, segundo país más privatizado en América Latina

México, segundo país más privatizado en América Latina

revoluciontrespuntocero.com
Natalia Antezana Bosques /@Natalia3_0 
(05 de agosto, 2013).- El discurso oficialista mexicano equipara los conceptos de apertura a la inversión privada y modernización. Desde el año 1982 se abrieron las puertas para que la iniciativa privada empezara a invertir en áreas exclusivas y prioritarias del Estado.
Para tales efectos se han llevado a cabo reformas constitucionales, a leyes secundarias y reglamentos, entre otras estrategias legales. Así es como México se convirtió en el segundo país más privatizador de América Latina, según el economista Julián Castaño.
En 30 años México ha privatizado sectores como la siderúrgica, la banca, teléfonos y ferrocarriles, entre otros. Según un estudio del Banco Mundial, en la década del 90, el gobierno mexicano transfirió activos por 31 mil 458 millones de dólares a particulares. Esto representa el 20.4 por ciento de la venta total de empresas propiedad del Estado en Latinoamérica, según la tesis doctoral del economista Julián Castaño Guillén, de la Universidad de Extremadura.
Según Castaño, entre 1988 y 1993 el Estado transfirió al sector privado el 50 por ciento de sus empresas, de las cuales 18 eran entidades financieras. Los bancos fueron recapitalizados y dotados de reservas para afrontar la deuda vencida y la interbancaria. El economista Emilio Sacristán, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que años después, con el rescate de la banca, el Estado gastó dos o tres veces más el valor de lo que obtuvo por su venta.
Otro ejemplo de las privatizaciones en México es la industria siderúrgica. Sidermex, un conjunto de tres siderúrgicas de administración federal –Altos Hornos, S.A., Fundidora Monterrey, S.A. y Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, S.A. de C.V.–, fue vendida a la iniciativa privada por un total de 755 millones de dólares. No obstante el costo en pasivos de las tres empresas superaba los 6 mil millones de dólares, según el economista Emilio Sacristán.
Por lo menos 15 comunidades en el territorio mexicano están en pleito con empresas que tienen concesiones para la explotación minera en sus territorios, puesto que contaminan su medio ambiente e inhabilitan las tierras para su cultivo, tema particularmente grave al tratarse de pueblos con altos índices de pobreza.
Teléfonos de México gozó de “un lapso de privilegio monopólico”. Actualmente sus tarifas están por encima de otros países, incluso de algunos con mayor poder adquisitivo.
En el caso de los ferrocarriles, la privatización empezó con los talleres de mantenimiento y la flota locomotora que estaba asignada a ellos, en el año 1994. Un año después se reformó el artículo 28 constitucional, en el cual se especificaba que los ferrocarriles eran exclusivos del Estado. Actualmente, el sistema ferroviario mexicano cuenta con dos ferrocarriles en manos extranjeras y otros dos en manos estatales.
El pasado 29 de julio, el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador señaló que el 50 por ciento de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se encuentra en manos privadas. Asimismo, informó que en los últimos seis meses se han registrado pérdidas de hasta 35 mil millones de pesos.
Para que se llevara a cabo la privatización del 50 por ciento de la CFE, el tabasqueño señaló que se tuvo que reformar la ley secundaria al artículo 27 constitucional en el año 1992, cuando aún era presidente Carlos Salinas de Gortari. Con esta modificación se permitió entregar contratos a empresas extranjeras para la generación de energía eléctrica en el país.  Esto no ha resuelto los cobros excesivos por consumo de luz, sino que van en aumento,  explicó el ex jefe de gobierno del Distrito Federal.
Ejemplos como los anteriores se multiplican a lo largo de la historia mexicana reciente.
El economista Emilio Sacristan señaló que sólo en algunos casos se han alcanzado parcialmente los objetivos planteados ante las privatizaciones de las empresas en México, mas no en la mayoría. Hay casos, especialmente los bancarios, en que la operación resultó ser menos eficiente y más costosa en manos privadas que estatales.
Aunque el economista señaló que es difícil emitir un juicio objetivo al respecto, explicó que bajo la experiencia adquirida en las últimas tres décadas en privatizaciones, no se recomienda seguir con el mismo modelo económico.

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