jueves, 16 de octubre de 2014

El miedo a la recaída golpea a los mercados

El dinero huye de las Bolsas y corre a cobijarse en los cuarteles de invierno, a saber: bonos alemanes, estadounidenses y el refugio por excelencia, el oro. No hay movimiento en el mercado más gráfico que este para ilustrar cómo el miedo vuelve a tomar a la comunidad inversora, que, tras varios días de fuerte volatilidad, aplicó hoy un correctivo generalizado. El temor a una recaída económica lastró las grandes bolsas de América y Europa —la española vivió su peor jornada desde enero— y volvió a subir el coste de la deuda pública de los países periféricos del euro.
El cóctel que sacudió los mercados incluía el riesgo de una tercera recesión en la zona euro, que la ralentización asumida en Alemania está azuzando, la desconfianza sobre que Grecia pueda dejar el programa de rescate antes de lo previsto y nuevas dudas en EE UU: el efecto miedo que pueda implicar el brote de ébola, el día que se supo que había un segundo contagiado en el país, y varios datos macroeconómicos negativos menores (ventas minoristas, manufacturas, precios industriales), pero que apuntan toos en la dirección de que la recuperación no está consolidada.
La Bolsa española acabó la sesión con una caída del 3,59% que le hizo bajar de la barrera de los 10.000 puntos —acabó en 9.838 puntos— y entrar en pérdidas en lo que va de año, del 0,79%. Para encontrar una caída más abrupta ha que retroceder al 24 de enero, cuando se desplomó un 3,64%. A la rebaja de previsiones de crecimiento del Gobierno alemán para este año y el próximo, se sumaba hoy un mal dato español: las exportaciones sufrieron en agosto su peor descenso desde 2009. No hubo un solo valor del Ibex 35 que se librara de las caídas.
Sin embargo, el peor dato lo registró la Bolsa de Milán, con un descalabro del 4,4%; seguida de París, que se dejó un 3,63%. Fráncfort cayó el 2,87% y Londres un 2,83%. Todos los grandes parqués europeos registran pérdidas desde el arranque del año.
Si el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertaba la semana pasada de que los mercados parecían “demasiado cómodos” con las incertidumbres globales de la economía, como ajenos a lo anémico de la recuperación mundial, hoy los inversores actuaron como si realmente temieran que se produzca otra recesión en la eurozona. El PIB del club de la moneda común se estancó en el segundo trimestre del año y el Fondo ve un 40% de posibilidades de una nueva caída.
Este miedo disparó el apetito por los bonos germanos, a pesar de que precisamente es esta economía la que constató su parón esta semana. Los inversores reclamaban en el mercado secundario a los títulos a 10 años un interés de tan solo el 0,70%, lo que supone el nivel más bajo de la historia del euro. La presión de la demanda en este mercado secundario, el que intercambia títulos ya emitidos, también dejó la rentabilidad exigida a los bonos estadounidenses por debajo del 2% por primera vez desde junio de 2013, aunque luego repuntó para volver a colocarse unas centésimas por encima. Y la onza de oro alcanzó su mayor precio desde mediados de septiembre, con 1.234 dólares. El petróleo siguió bajando, hasta los 84,6 dólares por barril de Brent, lo que refleja una demanda muy débil.
Y es que a las dudas propias de la recuperación se ha añadido el miedo al efecto de que el brote de ébola puede tener. Por ejemplo, según los datos recopilados por Bloomberg, la media de las compañías de transporte —que incluye a Southwest Airlines Co. y JetBlue Airways Corp— ha perdido un 8,7% desde el 18 de septiembre.
El índice industrial Dow Jones, la principal referencia de Wall Street, aminoró las pérdidas durante la sesión hasta cerrar con una caída del 1,06%, y la sacudida también afectó a mercados emergentes como el de Brasil (el Bovespa cedió un 3,24%). Solo Japón, horas antes, logró subir y arañó el 1%, pero los futuros apuntaban a una caída para este jueves.
Mientras, los bonos de los países periféricos del euro sufrieron un revés en el mercado. A los títulos españoles se les exigía un 2,1%, frente al 2,04% del día anterior, lo que amplió su diferencial con respecto al bono alemán hasta los 133 puntos básicos (o 1,3 puntos porcentuales), 12 más. Esta comparación, que constituye la llamada prima de riesgo, también creció para Italia hasta los 166 puntos básicos, 20 más.
Por si el estancamiento europeo no fuese suficientemente motivo para las dudas, hoy además emergió un viejo fantasma del pasado, el peligro de Grecia. El mercado tiene dudas de que el Gobierno del país sea capaz de abandonar el programa de rescate el próximo año y su bolsa lo expresó con una caída del 6,25%.
Fuente El País

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