Ni al IMSS ni al ISSSTE, ahí sólo los pobres y los “jodidos”
I. Con puntualidad nos informan que
internaron de urgencia al señor Mancera, jefe de gobierno del Distrito
Federal, para practicarle una cirugía a corazón abierto. Y no obstante
la propaganda de que los hospitales públicos, como los del Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) o del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) son
competentes para atender hasta los males más graves, el doctor en
derecho sin partido, pero postulado por el Partido de la Revolución
Democrática (PRD) de Marcelo Ebrard, López Obrador y los chuchos,
fue llevado a un centro médico particular en donde de inmediato fue
visitado por Osorio Chong. La cuestión es que nuestros gobernantes no
predican con el ejemplo. Que esperen turno los pobres y los jodidos,
quienes excepcionalmente son atendidos en Urgencias y deben pedir
consulta que, por la excesiva demanda de enfermos, les dan para dentro
de 1 semana si bien les va. Y al llegar con el médico general, éste los
turna con el especialista… Para dentro de otra semana.
http://contralinea.info/archivo-revista/wp-content/uploads/2012/06/Conjeturas-e1349911595538.jpgII.
Los médicos, técnicos y enfermeras de los hospitales públicos, en su
mayoría, están capacitados y cumplen con su deber, pero los rebasa la
cantidad de pacientes que deben atender y eso baja la calidad del
servicio. La mayoría de los galenos del ISSSTE, el IMSS, el Hospital
General, de Nutrición, de Cardiología, etcétera, para completar sus
salarios ejercen como médicos en hospitales privados, como en la
poderosa cadena de Olegario Vázquez Raña, donde las consultas y renta de
consultorios son a precio de oro, entregándoles a los médicos y
enfermeras cuando mucho un 20 por ciento; y al resto del personal no más
del 10 por ciento. Olegario también es dueño del periódico Excélsior
y tiene negocios en radio y televisión que lo hacen millonario, igual
que su hermano Mario; ambos catalanes naturalizados mexicanos, quienes
–dicen– tienen rencillas de carácter capitalista. Pasa igual en los
demás hospitales, como el ABC, donde se hospitalizó el señor Mancera
que, con éste mal, aunque se reponga, nada tiene que hacer en la
política y menos para competir por la candidatura presidencial.
III. Los hombres y mujeres del gobierno
van a hospitales privados que pagan con el dinero del pueblo, aunque sea
por medio de seguros médicos que tienen como prestación. Los jodidos
y los pobres que tienen derecho a servicios médicos se atenderán en el
IMSS o el ISSSTE, que les ofrecen, con gran propaganda en autobuses que
recorren la ciudad capital, atender la salud de los jodidos y,
como no hay medicinas, les dan en un papel alguna pastilla sin marca. La
elite gobernante goza de prestaciones que le permite atenderse en
hospitales privados para asegurarse de estar atendidos a cuerpo de rey.
Ambulancias, patrullas y guardaespaldas se movilizaron para llevar a
Mancera a cirugía. Lo cuidan como supuestamente se merece, mientras en
los hospitales públicos los pobres y los jodidos se amontonan en
las salas de espera –si tienen cita previa–, y para volver a consulta
sin que les resuelvan sus problemas porque no hay abasto de medicinas,
no hay camas y sí pocas ganas de atenderlos. Es la diferencia entre
apellidarse Mancera y López… Es nuestro país de pobres y ricos.
*Periodista
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