Otro pederasta protegido por El Vaticano
El nuncio apostólico Josef Wesolowski. Foto: Especial |
En agosto de 2013 la justicia de la República
Dominicana investigaba al nuncio apostólico Josef Wesolowski por
pederastia –en su computadora había miles de fotografías y decenas de
videos de menores de edad sosteniendo relaciones sexuales con adultos–.
El sacerdote huyó de la nación caribeña y buscó la protección del
Vaticano, donde ahora supuestamente será juzgado. Sin embargo hay
pruebas de que ese sacerdote vive y pasea cómodamente por Roma y se sabe
que, de ser hallado culpable, sólo cumpliría siete años en una prisión
vaticana. Éste sería sólo uno de decenas de miles de casos similares
archivados en la Santa Sede, según un informe de la ONU.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Pese a que formalmente lo degradó
al estado laico y lo someterá a un proceso penal, de hecho El Vaticano
sigue protegiendo a su exnuncio en la República Dominicana, el polaco
Josef Wesolowski, acusado de abusar sexualmente de menores de edad y de
pertenecer (o incluso de haber creado) una red de pornografía infantil
en esa isla caribeña.
Wesolowski, ya sin rango eclesiástico, evadió la acción de
la justicia dominicana gracias a la protección de la Santa Sede. Ahora
las autoridades vaticanas lo juzgarán en su territorio dándole todo tipo
de privilegios: Lo mantendrán en “arresto domiciliario” mientras dura
el juicio y en caso de hallarlo culpable sólo lo condenarán a siete años
de prisión.
Así el caso Wesolowski –de resonancia internacional por
ser la primera vez que a un representante papal se le degrada para
juzgarlo y por ser un intento del Papa Francisco de mostrar que aplicará
la “tolerancia cero” a los sacerdotes pederastas– podrá quedar en un
simple acto de simulación.
El religioso Darío Taveras, quien en la República
Dominicana ha venido exigiendo justicia para las víctimas del exnuncio,
comenta a Proceso en entrevista telefónica: “No entiendo por qué El
Vaticano tiene tantas consideraciones con Wesolowski. Él ya no es
representante del Papa aquí, ni siquiera es eclesiástico. No es una cosa
ni la otra. Es un laico. Y aun así se le va a juzgar en El Vaticano con
muchas consideraciones”.
Taveras menciona que estos privilegios básicamente
consisten en que Wesolowski enfrentará el proceso en arresto
domiciliario y se le impondrán sólo siete años de cárcel en caso de
encontrarlo culpable.
“Me parece muy poco tiempo. En la República Dominicana,
por delitos menores sentencian a muchos más años de prisión a una
persona. Pero aquí estamos ante un caso gravísimo, ante un verdadero
escándalo.”
–¿Hay antecedentes de algún nuncio involucrado en actos de abuso sexual al que se le degrade y se le lleve a juicio?
–No los hay. No conozco ningún caso de un representante
papal en un país al que se le haya sometido a un proceso de este tipo.
Es un caso sin precedente.
Para el clero dominicano y para la Iglesia en general,
señala Taveras, el caso Wesolowski es “como una dolorosa espina clavada
en el corazón”. De ahí que, dice, él ha estado pidiendo que “se llegue a
la verdad y se haga justicia”, a través de declaraciones a los medios
dominicanos. Ahora lo tranquiliza un poco el anuncio del proceso contra
el exdiplomático polaco.
“Esa noticia me apaciguó. Me hizo ver que por lo menos las
cosas no estaban dormidas, como suponía. Pero El Vaticano está llevando
las cosas con mucho secreto y lentitud, quizá por lo doloroso del caso y
porque no hay un precedente. Es la explicación que me doy ”, comenta.
“Arresto domiciliario”
En agosto del año pasado El Vaticano sustrajo de la
justicia dominicana a Wesolowski, tan pronto supo que se le estaba
investigando por abusar de menores de edad. Se le encontraron entonces
87 mil fotografías y decenas de videos de niños desnudos a quienes
obligaba a realizar actos sexuales ante la cámara. A algunos de estos
niños se los llevó a su natal Polonia. La Santa Sede sólo dijo entonces
que ya tenía en su territorio al prófugo, quien escapó de incógnito de
la isla (Proceso 1930).
Después El Vaticano mantuvo un silencio de casi un año
hasta que el pasado 27 de junio informó escuetamente que lo había
degradado al estado laico.
El 23 de septiembre el portavoz de la Santa Sede, Federico
Lombardi, informó que a Wesolowski se le abrirá un proceso penal en El
Vaticano; agregó que mientras dure el juicio, el polaco quedará en
“arresto domiciliario” por instrucciones del Papa, quien pidió abordar
el caso “con el justo y necesario rigor”.
Lombardi, en declaraciones publicadas el 24 de septiembre
por el sitio de internet Vatican Insider –especializado en asuntos
eclesiásticos y manejado por el prestigiado diario italiano La Stampa–,
detalló que a Wesolowski se le aplicarían dos tipos de castigo: el
canónico y el penal. El primero, dijo, ya le fue aplicado al reducirlo
al estado laico.
El proceso penal empezará “a finales de este año” o “a
principios” de 2015, adelantó y reveló que El Vaticano puso un abogado
defensor a disposición de Wesolowski, aunque “naturalmente puede ejercer
el derecho de defensa mediante un abogado de confianza al que puede
nombrar”.
En cuanto al castigo penal, Lombardi adelantó que “podría
ser condenado a seis o siete años de prisión, más eventuales
agravantes”, pues se le juzgará, dijo, según las normas vigentes antes
de la reforma penal de 2013, que eran menos severas.
Se creía que las autoridades de la República Dominicana
solicitarían su extradición para juzgarlo en el país caribeño, como
ellas mismas lo planteaban antes; sin embargo, pese a que a Wesolowski
se le degradó, dieron marcha atrás en esa pretensión.
Corren versiones de que Roma presionó al gobierno dominicano para desechar esa petición de extradición.
Lo cierto es que el pasado 24 de septiembre, tan pronto
Lombardi anunció que la Santa Sede llevará el proceso, el procurador
general de la República Dominicana, Francisco Domínguez Brito, descartó
así la extradición:
“Lamentablemente, debido a los convenios internacionales,
incluida la Convención de Viena, de los cuales el país es partícipe, no
será posible juzgar al exnuncio Wesolowski en República Dominicana.”
En entrevista telefónica, la encargada de prensa del
procurador, Noemí Herrera, explica a este semanario que su país está
“amarrado de pies y manos” por esos acuerdos internacionales.
Y enfatiza: “Definitivamente el gobierno dominicano no puede hacer nada. No pedirá la extradición. Eso es un hecho”.
–¿Cuál recurso jurídico les queda?
–Colaborar con el Estado Vaticano en el proceso.
Aportaremos las pruebas necesarias para que allá se haga justicia. Eso
ya lo estamos haciendo. Y si es necesario que un Ministerio Público de
República Dominicana viaje al Vaticano, así lo hará.
Agrega que por el momento no tiene “precisado” el “dato”
de cuántas víctimas de Wesolowski han declarado en la procuraduría
dominicana ni cuántas fotografías y videos de pornografía infantil se
confiscaron para enviarlas a Roma.
Mentiras y encubrimientos
Los medios italianos hacen sus propias pesquisas. Por
ejemplo el portal del diario Corriere della Sera precisó que, según sus
fuentes confidenciales del Vaticano, se le han detectado 130 videos y no
ha habido variación en cuanto a las alrededor de 87 mil fotografías de
pornografía infantil que almacenaba el polaco en su computadora.
Son imágenes de menores entre 13 y 17 años, desnudos ante
la cámara y forzados a tener relaciones sexuales entre ellos o con
adultos. Wesolowski prefería niños, aunque no pudo sustraerse a la
tentación de captar imágenes de algunas “decenas” de niñas, según el
portal italiano.
Actualmente, sigue, los expertos indagan la identidad de
las personas a quienes enviaba imágenes, o con quienes hacía
intercambio, pues sospechan que el diplomático pertenecía a una red
internacional de pornografía infantil.
Mientras tanto el controvertido polaco espera ser llamado a
juicio desde su “arresto domiciliario”, donde, según el Vaticano, se ha
mantenido desde que se fugó de la República Dominicana en agosto del
año pasado.
Pero realmente no se trata de un “arresto”, pues al polaco
se le ha visto pasear por las calles de Roma, mezclado entre los
transeúntes. El pasado 24 de junio, Víctor Masalles, obispo auxiliar de
la arquidiócesis de Santo Domingo y conocido de Wesolowski, estaba en
Roma gestionando algunos asuntos cuando de pronto vio en la calle al
exnuncio. Indignado, Masalles tuiteó: “Para mí fue una sorpresa ver a
Wesolowski pasearse por la Via della Scrofa en Roma. El silencio en la
Iglesia ha herido al pueblo de Dios”.
El mensaje de Masalles –demoledor porque lo envía un
miembro de la propia jerarquía eclesiástica– fue reproducido ampliamente
en la prensa dominicana y sobre todo puso al descubierto el trato
privilegiado que la Santa Sede le da a Wesolowski.
Algunos medios aseguran que el polaco está cómodamente
instalado en la Casa Internacional del Clero, en el número 70 de la Via
della Scrofa, justamente la calle donde Masalles lo vio.
La Casa Internacional del Clero es una residencia para
sacerdotes de distintos países que están de paso en Roma. Está en la
capital italiana, no en territorio vaticano, donde supuestamente debería
estar el exnuncio en “arresto domiciliario”.
El pasado 5 de enero el Comité de los Derechos del Niño de
la ONU emitió un histórico y explosivo informe en el cual precisamente
condena esta vieja práctica de la Iglesia de trasladar a los abusadores
de un sitio a otro en “un intento por ocultar ese tipo de delitos”. Pero
ese modus operandi –asegura el informe– lo único que provoca son
mayores abusos sexuales.
Señala el documento: “El Vaticano ha situado la
conservación de la reputación de la Iglesia y del supuesto delincuente
por encima de la protección de las víctimas infantiles”.
El informe fue redactado por 18 expertos presididos por la
jurista noruega Kirsten Sandberg, quienes dicen estar “sumamente
preocupados de que la Santa Sede no haya reconocido las dimensiones de
los crímenes cometidos y no haya tomado las medidas necesarias para
tratar el tema del abuso sexual de menores ni para proteger a los niños
de tales abusos; más bien ha adoptado políticas y prácticas que
conllevan a la continuación del abuso y a la impunidad de los
perpetradores”.
En su informe, la ONU le pide al Vaticano dejar atrás su
“código de silencio” y abrir los archivos donde tiene documentados
decenas de miles de abusos contra menores de edad, para que así
respondan ante la justicia civil los criminales. Y a éstos debe
llevarlos “a las autoridades que aplican la ley para que los
investiguen”.
La presentación del informe se dio durante una reunión del
Comité de los Derechos del Niño, en Ginebra a principios de enero y
donde se debatió el caso Wesolowski. Al encuentro asistió el
representante vaticano ante el organismo, Silvano Tomasi, quien ya desde
entonces insistía en que la Iglesia juzgaría al exnuncio y lo
castigaría como ciudadano de la Santa Sede (Proceso 1945).
¿Dónde se le mantendrá encarcelado en caso de sentenciarlo a prisión?, es la pregunta que se hacen ahora los observadores.
El cardenal Velasio de Paolis, exvicario judicial y actual
miembro de la Casación Vaticana, señaló que hay dos opciones: en las
celdas de la Santa Sede –donde estuvo el mayordomo de Benedicto XVI por
filtrar documentos confidenciales en el caso conocido como Vatileaks– o
en una cárcel italiana.
En entrevista con Vatican Insider, el 25 de septiembre, De
Paolis –también a cargo de las investigaciones a los Legionarios de
Cristo– explicó que la Congregación para la Doctrina de la Fe redujo a
Wesolowski al estado laico. Pero esta congregación “no encarcela al
culpable”. Esta atribución, dijo, le corresponde al Tribunal del Estado
Vaticano.
El analista Elio Masferrer Kan, presidente de la
Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones y quien ha
seguido detenidamente el caso, comenta escéptico: “A pesar de las
recomendaciones de la ONU, otra vez estamos ante un encubrimiento
institucionalizado de la Santa Sede hacia uno de sus abusadores, por lo
que la condena a Wesolowski será pura simulación. Eso ya se ve a todas
luces”.
–¿Qué razones hay para encubrirlo?
–El exnuncio sabe mucho sobre la red de pornografía de la
que formaba parte, en la que seguramente están involucrados altos
jerarcas del llamado “lobby gay” de la curia romana, reconocido por el
propio Papa Francisco. A la Santa Sede no le convenía que la justicia
dominicana destapara allá ese escabroso asunto. Por eso se lo llevó a
Roma, donde le está dando protección a él y a sus secuaces. Ese es el
trasfondo de todas las maniobras vaticanas.
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