lunes, 3 de noviembre de 2014

“Vándalos, prostitutas e indigentes”, el tratamiento periodístico sobre los disturbios en San Juan de Dios

“Vándalos, prostitutas e indigentes”, el tratamiento periodístico sobre los disturbios en San Juan de Dios
Por:  / 2 noviembre, 2014
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Dulce Muro (@dolcemuroCésar Octavio Huerta (@zorrotapatio) / Proyecto Diez
(02 de noviembre, 2014).- Como “una fiesta vandálica callejera”, así catalogó el diario Milenio Jalisco el conflicto suscitado anteayer entre comerciantes del Mercado San Juan de Dios y policías estatales y municipales, después de que éstos realizaban un operativo para decomisar productos “pirata”.
El caos que se generó la tarde de este viernes en el centro de Guadalajara es conocido por todos, así como el saldo: dos policías lesionados, cuatro detenidos y el mismo número de vehículos incendiados; una tienda de conveniencia saqueada, el servicio de Macrobús suspendido y el flujo vial paralizado.
No todos saben que estos resultados fueron los de un operativo de la Policía de Guadalajara que se salió de control. Era el segundo día en que elementos policiales despojarían a comerciantes de artículos “pirata” de su mercancía y esta vez los vendedores no se dejaron. Los recibieron a palos y piedras y a los policías no les quedó de otra más que huir y reaparecer dos horas después.
Pocos fueron los medios de comunicación que informaron las causas de los incidentes, es decir, que los comerciantes alegaron que como los policías no traían consigo documento alguno que avalara el aseguramiento de la mercancía, estaban siendo víctimas de robo, como lo relató en su nota el diario El Informador.
Hubo otros periódicos que sólo mencionaron el operativo como detonante de los disturbios, como La Crónica Jalisco, en donde se aseguró que un “grupo de pseudo comerciantes” fueron los que prendieron fuego al vehículo de Grupo Milenio, mencionándolos como “vándalos” a lo largo del recuento de hechos.
“Vándalos” a los que nadie se tomó la molestia de preguntar por qué habían reaccionado de esta manera, por qué recibieron violentamente a los policías o cómo se había llevado a cabo el operativo.
El tratamiento periodístico sobre este tema, principalmente en los diarios Mural, El Occidental y Milenio Jalisco, se centró principalmente en la calificación de los comerciantes de San Juan de Dios como “vándalos”, un término que según el diccionario de la Real Academia Española refiere a un “hombre que comete acciones propias de gente salvaje y desalmada”.
En especial, el diario Milenio se centró en todo momento en los hechos de violencia, en los que se incendió un automóvil de su propiedad, dejando de lado el actuar policial en el operativo realizado por las autoridades, razón por la cual los comerciantes reaccionaron de esa manera.
“Lo que inició como un operativo conjunto de policías municipales y agentes federales en el mercado Libertad, también conocido como San Juan de Dios, terminó como una fiesta vandálica callejera, con derroche de alcohol y fuego frente a un grupo de uniformados estatales y de Guadalajara” fue la descripción de Milenio Jalisco sobre los sucesos en una nota titulada “Turba incendia vehículos y ahuyenta a los policías”.
Más adelante, Milenio Jalisco describió así el robo de mercancía en el Oxxo ubicado en los cruces de la Calzada Independencia y Juárez:
“Prostitutas de la zona, personas indigentes y otras bajo el influjo evidente de alguna droga tomaron parte en el saqueo de la tienda; jóvenes con máscaras y disfraces de noche de brujas, adultos de ropa elegante y muchachas robaban golosinas al grito de “¡Queremos Halloween!” ante la mirada de cientos de personas paradas en la calle y en los puentes de la zona”.
Por su parte, el diario Mural, encabezó su nota principal con un titular incriminatorio en el que se leía: “Piratas y vándalos. Repelen desorganizado operativo en Obregón con bloqueos, quema de autos y saqueos”.
El Occidental, de la Organización Editorial Mexicana (OEM) catalogó los sucesos de San Juan de Dios como parte de una “tarde de brujas”, que “degeneró en una serie de actos vandálicos” en los que “decenas de vándalos quebraron cristales y cámaras de seguridad e irrumpieron para adueñarse de toda la mercancía existente, incluso hasta con los extintores cargaron”.
La calificación de estos medios de comunicación fue muy parecida a la del gobierno de Jalisco, quien mediante un comunicado de prensa, se pronunció por una “cero tolerancia” a los “hechos de violencia y vandalismo”. Y esas voces, las del aparato gubernamental, fueron casi las únicas que hicieron eco en los medios impresos.
En contrapartida, los diarios de comunicación locales, poco o nada dijeron sobre la situación de la carencia de empleo remunerado en México, un país en el que según la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística e Información Geográfica (INEGI) trabajan más de 13.5 millones de personas en la informalidad, como medio de subsistencia.
Para los medios locales, lo que había que detallar, fueron los daños que los inconformes causaron, no el operativo fallido de la policía ni las razones por las que algunos comerciantes del sector informal desataron su ira por medio de la violencia.

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