Macedonia: La lucha entre EE.UU. y Rusia por el mercado energético de Europa.
El gasoducto Turk Stream como alternativa al South Stream
sólo puede dotar a Europa de gas ruso a su paso por Macedonia después que
Bulgaria terminara por ceder cuando la Comisión Europea le “invitó” a detener
la construcción del gasoducto South Stream y el papel jugado como “lobby
antiruso” del think-tank Club Atlántico
ds Bulgaria, montado por la OTAN en 1991 para “dar a conocer y expandir los
valores comunes de la comunidad Euro-Atlántica”. Los EE.UU. quiere evitar
eso y su interés está en construir el gasoducto Trans Adriático. Esto
abastecería a Europa con gas de Azerbaiyán. Allí, los estadounidenses
marcan la pauta.
Macedonia aparentemente está evolucionando hacia un nuevo
escenario en la guerra energética entre los EE.UU. y Rusia. Para
el Kremlin, está claro que los Estados Unidos intenta un "cambio de
régimen" del actual gobierno, derrocándolo. De hecho, el primer ministro
Nikola Gruevski es considerado un político pro-ruso que principalmente apoya la
construcción de la del gasoducto turco. Este gasoducto ruso-turco debería
ejecutarse a través de Turquía y Grecia y de allí a Europa Central. La
única manera de llegar es Macedonia.
A los EE.UU., sin embargo, les gustaría que Europa se
suministra a través del gasoducto Trans Adriático Pipeline (TAP). El
proyecto del gasoducto turco es un competidor directo de TAP. El TAP no
transportaría gas ruso, sino azerbaiyano del Mar Caspio a Europa. De esta
forma, los EE.UU. tendrían un enorme poder de control sobre los suministros de
gas para Europa porque Azerbaiyán política, militar y económicamente es un
aliado de los Estados Unidos y coopera estrechamente con la OTAN.
El periódico de Azerbaiyán YeniMusavat informó que los Estados Unidos están preocupados por la
participación de Grecia en el gasoducto de Turquía. El embajador
estadounidense en Macedonia, Jess L. Baily, ha apoyado abiertamente al líder
del partido de la oposición en Macedonia, Zoran Zaev. Conocido en la
población de Macedonia como un "hombre de América". Los
acontecimientos en Macedonia fueron el comienzo de una ola, que dirigida contra
todos los países de Europa que apoyen el gasoducto turco-ruso, dijo el diario.
La batalla por el mercado energético europeo está, en
cualquier caso, en pleno apogeo. El gobierno de Estados Unidos no quiere que
los estados europeos dependan energéticamente de Moscú. Quien todavía se
vea una ayuda de los americanos, se equivoca. Solo es una “guerra” para
que las corporaciones estadounidenses se garanticen la dependencia energética
de Europa.
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