¿Ahora sí subirán
las tasas?
En esa fecha se dieron a conocer las cifras mensuales de empleo y desempleo por parte del Buró de Estadísticas Laborales del gobierno de Estados Unidos.
El dato fue excelente. En octubre se generaron 271 mil nuevos empleos. Además, se revisaron hacia arriba las cifras de agosto y septiembre, agregando de manera combinada otros 12 mil empleos.
El promedio de los primeros 10 meses de este 2015 es de 206 mil nuevos empleos generados cada mes. Y, en los últimos doce meses, se han creado 1 millón 860 mil nuevos puestos de trabajo.
Estos datos condujeron a que la probabilidad implícita en los futuros de la Fed de que se eleven las tasas el próximo 16 de diciembre haya subido desde 50 por ciento el jueves hasta 68 por ciento el fin de semana, según cálculos de Bloomberg.
Además, se informó que la tasa de desempleo se colocó en 5 por ciento de la PEA, la más baja desde febrero de 2008.
Con estos indicadores, salvo que se presentara alguna situación imprevista, pareciera que existen los ingredientes necesarios para que actúe la Fed.
De hecho, es probable que si los datos que se darán a conocer en diciembre confirman el paso robusto del empleo, se considere como lo más probable el incremento de medio punto y no de sólo un cuarto de punto en la tasa.
Bajo esta circunstancia, también hay fuertes posibilidades de que el Banxico decida el jueves 17 de diciembre que es también tiempo de elevar las tasas en México.
Al conocerse los datos de empleo, de inmediato vino un alza del precio del dólar, que cerró el viernes 20 centavos por arriba de su cotización del jueves, terminando en 17.12 pesos en las ventanillas bancarias.
Con esta previsión, probablemente veremos niveles altos del dólar nuevamente. Esto quiere decir que la cotización interbancaria se ubicará quizás cercana a los 17 pesos mientras que la de menudeo estará en cerca de 17.30.
Tras la determinación del 16 de diciembre, no sería extraño ver ganar un poco al peso en los últimos días del año.
La buena noticia para México es que una economía norteamericana más robusta implica que haya un efecto de “jalón” sobre la economía de México.
Pero al mismo tiempo, perfila un dólar que va a seguir caro por un cierto tiempo y por lo mismo puede implicar que la industria de Estados Unidos no logre repuntar, reduciendo su demanda de bienes intermedios generados en México.
Como le he comentado reiteradamente, más que la fecha del alza de las tasas, lo más relevante es la velocidad e intensidad que tenga el ciclo alcista.
Hasta ahora pareciera que hay consenso de que deberá operarse con cautela.
La más reciente encuesta de Banamex indica que la expectativa de crecimiento del PIB de México para 2016 se ubica en 2.7 por ciento, apenas ligeramente por arriba del nivel esperado para este año.
Claramente, el entorno económico internacional y la situación interna del país difícilmente darán para más en los próximos 12 meses.
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