El FPDT de Atenco expulsa a trabajadores de la empresa Geosol; “No queremos que el gobierno siga derramando nuestra sangre”
Por: Redacción Revolución /
Por la tarde del día de ayer integrantes del
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco expulsaron
a 7 trabajadores de la empresa Geosol, a quienes también les exigieron
desmontar una perforadora que extrae muestras del subsuelo para la
construcción del nuevo Aeropuerto Internacional.
“No queremos que el gobierno siga derramando nuestra sangre. Ya lo
hicieron en 2006. El gobierno tiene que parar las obras del aeropuerto y
salir de nuestra zona ejidal. Te mandan a provocarnos y representas al
gobierno”, expresó Bernardino Cruz Cardona, uno de los líderes del FPDT
al enviado de la empresa.
Aproximadamente 30 integrantes de FPDT observaron cómo instalaban la
máquina en sus tierras y fue cuando se acercaron a los trabajadores y
les dijeron que contaban con un amparo.
Machete en mano, los integrantes del FPDT esperaron a que quitaran los
tubos de la perforadora, subieran el motor a una camioneta y recogieran
el material.
Por su parte los trabajadores de Geosol argumentaron que fueron al
lugar porque fueron a realizar pruebas de cimentación para construcción
de la autopista Pirámides-Texcoco,parte
del proyecto de la carretera Naucalpan- Toluca, la cual tiene como fin
conectar varios municipios del Estado de México con el nuevo Aeropuerto.
La FPDT exige al gobierno de Eruviel Ávila y al gobierno de Peña Nieto
sacar a las empresas de sus ejidos, y si no empezarán a retener la
maquinaria y a los trabajadores, ya que este tipo de acciones e invasión
de los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional son una
provocación, como lo público anteriormente Revolución TRESPUNTOCERO.
Juan Miguel del Espíritu Santo Cordero, supervisor de maquinaria del
Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México pidió al FPDT permitir la
continuación de las obras, solicitud rechazada por los ejidatarios y
activistas que se encuentran en los campamentos instalados en los cerros
de Huetepec y Tepezingo, en San Salvador Atenco.
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