“El dinero lo compra todo en México”, asegura “La reina del Pacífico” a The Guardian
Y lo dice una experta en el tema…
Aunque
las autoridades se hacen de la boca chiquita, para nadie (bueno, casi
para nadie) es un secreto que con un poco de billetes se pueden hacer
maravillas en nuestro México. Claro, tales comportamientos excéntricos
no están al alcance de cualquiera: sólo de líderes criminales, políticos
y una que otra celebridad de alto caché.
Repetimos:
lo anterior no es novedad en estas tierras… pero no deja de estar fuera
de la comprensión de gente de otras latitudes, así que, en un ejercicio
de ver “sicierto”, The Guardian
tuvo a bien obtener información de primera mano. Para ello, se lanzó a
entrevistar a Sandra Ávila Beltrán, más conocida como “La Reina del
Pacífico”, y esto es lo que les aflojó.
Para
empezar, sin dar nombres, Ávila asegura saber de majaderos sobornos
ofrecidos a no cualquier funcionario público… sino al mismísimo
presidente. Al parecer, en esos casos sí aplica la frase de “a como es
el sapo es la pedrada”, porque -según comenta la ex líder criminal- “un
millón de dólares no es nada”… y vaya que no: “lo más que oído es 100
mdd para un presidente mexicano”.
Lo
anterior indica los niveles de corrupción a los que hemos llegado y,
también, sirvió para que la señito comentara (algo tarde) sobre la
anterior fuga de “El Chapo” Guzmán, de quien dijo ser amiga:
“No me sorprendió, el dinero compra todo en México. Pero me hizo feliz”… el dinero, no “El Chapo”…o quién puede saber.“Tiene que ser con la ayuda de los más altos niveles de Gobierno. El sistema federal de prisiones es difícil. ¿Para poder comprar este sistema? Tiene que ser desde lo alto, no el director de una prisión, ni los guardias. Tiene que ser a nivel Gabinete”.
La foto no tiene mucho que ver, pero la ponemos porque es en la que sale más “elegante”. Claro, “El Chapo”.
Nacida
en la “realeza del narco” (nada más es hija de Alfonso Ávila Quintero,
fundador del Cártel de Guadalajara), Ávila no siempre quiso ser parte
del narco. De hecho -según The Guardian- estudió Comunicación
por tres años en la Universidad Autónoma de Guadalajara… pero bueno, un
noviazgo que tuvo con un muchachón ligado a los cárteles hizo que
cambiara la ruta y optara por el mundo de las drogas. Además que era
buena para eso de la jineteada, el manejo locochón de automóviles y, por
si fuera poco, era considerada una “francotiradora legendaria”.
Detenida
en 2007 (junto a su entonces galán) por los delitos de delincuencia
organizada, delitos contra la salud y lavado de dinero, Ávila cuenta que
el tiempo que pasó en prisión no fue tan malo… al menos no se le
trataba como a las demás presas. Mientras ellas recibían visitas en
salas comunes, ella tenía huéspedes en su celda donde, pa’ variar,
contaba con tres sirvientas, quienes se encargaban de servir comida,
alcohol y encender los cigarritos. Para resumir: una reclusa a la que se
le permitía andar de tacones, con ropa a la medida y joyas, según
cuenta José Gerardo Mejía, primer reportero que pudo entrevistarla en la
cárcel.
En 2012, Ávila fue
extraditada a los Estados Unidos, donde, tras una negociación y
declararse culpable, fue deportada a México en 2013… dos años más tarde,
fue liberada. Ahora, su equipo de abogados andan moviéndole para que le
sean regresadas (al menos) 15 casas, 30 carros deportivos y cerca de
300 piezas de joyería.
Respecto a las series televisivas que ha inspirado, (La Reina del Sur… y su remake para USA Network, The Queen of the South), la otrora criminal dice que están chafas, de aficionados. Hollywood-wannabes que nunca penetrarán en las verdaderas intrigas del mundo del narco.
Uhhh… pues échese un guioncito, a ver si es cierto.
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