Escenarios de la gran Eurasia: la ASEAN (I)
Myanmar
Panlong 2.0
La guerra civil de más larga duración del mundo
finalmente está llegando a su fin, con las partes más afectadas
decidiendo que ahora es momento de sentarse y hablar de una solución
federal al conflicto. Llamado así por la conferencia de 1947 que abrió
el camino al (entonces) Estado de Birmania, se espera que esta próxima
reunión sea un asunto largo y agotador ya que muchos grupos de intereses
en conflicto se enfrentan sobre su visión deseada para el futuro del
país. Es probable que broten diferentes relaciones políticas a corto
plazo entre el gobierno central y las muchas facciones rebeldes, pero
todas ellas serán transitorias y siempre cambiantes.
Según Myanmar se descentralice en una federación
de identidades, va a convertirse en un centro de competencia aún mayor
entre las grandes potencias, con cada una de las partes interesadas
tratando de utilizar a uno u otro pequeño Estado o coalición de los
mismos para su ventaja estratégica. El factor clave para monitorear
durante este proceso de devolución es el papel que tendrá el ejército
nacional, y si cada entidad federal futura tendrá sus propias fuerzas
armadas y una extensa soberanía económica-política acorde. No hace falta
decir que podría explotar inesperadamente una nueva ronda de guerra
civil en Myanmar, como resultado de estas contradicciones internas y
competiciones internacionales.
Nagalim causa problemas en Nueva Delhi
La comunidad naga transfronteriza que se extiende
en el espacio entre la India y Myanmar, ya ha hecho que Nueva Delhi
ordene al menos una incursión semi-encubierta en su vecino, pero a
medida que recae Myanmar y los grupos separatistas nagas centrados en
India están más envalentonados con la autonomía de facto o de jure
(ya sea entre ellos y el gobierno central de Naypyidó, o el Estado de
Sagaing en el que residen), hay una probabilidad de que ellos también se
vuelvan más militantemente asertivos y en consecuencia provoquen más
intervenciones transfronterizas indias.
Myanmar será presionado para actuar contra los
insurgentes, pero las autoridades centrales podrían no querer poner en
peligro la frágil paz que se asentó sobre el país durante o
inmediatamente después de las tensas negociaciones federales, lo que
equivaldría a que los nagas tuvieran esencialmente manos libres para
hacer lo que les plazca a lo largo de la región fronteriza. Ante la
perspectiva de que el territorio de su vecino se convierta en un refugio
seguro a gran escala para los naga, y eventualmente incluso para todos
los otros tipos de insurgentes del noreste, la India podría llevar a
cabo una intervención sostenida en Myanmar como la que Turquía está
actualmente llevando a cabo en el norte de Siria, con las mismas
consecuencias impredecibles y de largo alcance.
Una Federación dentro de una federación
El identitariamente diverso estado de Shan solía
tener un arreglo interno federal en el pasado, y como todo el país
vuelva a una forma de gobierno federal en algún momento en el futuro,
probablemente volverá al primer plano de la política de la región. La
razón por la que está siendo específicamente mencionado es porque va a
provocar una situación política muy compleja y propensa a los
conflictos, por lo que la ya contorneada "Federación de Myanmar",
contendría una "Federación Shan" igualmente divisiva dentro de sus filas
como una entidad constitutiva. La razón por la que es probable que cree
problemas es debido a que el tablero de ajedrez de la competencia
dentro del pequeño estado de Myanmar, podría ser trasplantado a un nivel
micro dentro del estado de Shan, un área que es un corredor de tránsito
esencial, rico en recursos naturales y tuberías de petróleo y gas de
China, y algún posible ferrocarril a la bahía de Bengala.
Kachin se asegura la independencia
El estado del norte de Kachin ha estado luchando
por la independencia durante décadas, y sería un acontecimiento de
cambio de juego geopolítico si alguna vez lo consigue, ya sea de jure o de facto
(como en una federación de identidades con el resto de Myanmar). Los
menos de dos millones de personas que habitan este rincón del país no
son mucho en comparación con sus más de mil millones vecinos, pero
tienen recursos estratégicos que tanto la India como China envidian
claramente. El jade, otro mineral, y los recursos hidroeléctricos de
esta entidad pivotante podrían venderse por un considerable beneficio
para sus vecinos, siempre que las autoridades locales sean lo
suficientemente prudentes como para tomar ventaja de esto en toda su
extensión, y el ejército central de Myanmar afloje su dominio sobre el
comercio (posiblemente como parte de las condiciones para un federalismo
identitario y la autonomía económica posterior). Si afloja el control
de Naypyidó en el estado de Kachin, entonces esta demográficamente
pequeña unidad podría convertirse en la próxima pieza del tira y afloja
en la mucho más grande Guerra Fría chino-india, no menos importante
debido a su ubicación entre estos dos gigantes asiáticos.
Mandalay, en el medio
La centralmente posicionada ciudad de Mandalay
está entre las más importantes de Myanmar, no sólo por su tamaño, su
ubicación y su producción económica, sino porque se encuentra en la
unión de los proyectos de integración perpendiculares de China e India a
través del país. La carretera de alta velocidad trilateral de la India
pasa por la ciudad en su camino a Tailandia, mientras que los oleoductos
y gasoductos chinos (y la prevista ruta ferroviaria) están muy cercanos
también. Esto puede ser interpretado en el sentido de que Mandalay
podría convertirse, bien en un centro de la cooperación entre Pekín y
Nueva Delhi o, bien en uno de la competencia, siendo esto último lo más
probable en caso de un gobierno regional, en gran medida autónomo a
través de cualquier futura reorganización federalizante en el país, con
ambos lados luchando por atraer a sus líderes y proteger sus inversiones
allí.
Rohinyaland como el Kosovo del sur de Asia
Los bengalíes étnicos que habitan la parte norte
del estado de Rakáin han sido mencionados por los medios de comunicación
occidentales como "rohinya", un término identitario inventado para
justificar su, según se dice, historia "autóctona" en el noroeste de
Myanmar, igual que la palabra "kosovar" estaba destinada a hacerlo con
los albaneses en el suroeste de Yugoslavia/Serbia. El autor amplió en un
artículo separado
cómo esto podría fácilmente ser objeto de abuso por parte de Occidente,
para ganancias geoestratégicas de divide y vencerás, con el pretexto de
vender una "intervención humanitaria", pero la idea general es que la
difícil situación de esta comunidad, impulsada por los medios, podría
ser explotada para justificar una presencia militar unilateral de los
EEUU, o una multilateral de la ONU liderada por Estados Unidos en la
estratégica región de la Bahía de Bengala.
Si tiene éxito, entonces Washington ganaría un
lugar privilegiado desde el que podría influir indirectamente en la
India y China, por no hablar de que afectaría directamente a sus
proyectos de infraestructura en el país en su conjunto. Este escenario
secundario se vuelve aún más posible en el caso de que Myanmar se
convirtiera en una federación, ya que el Estado de Rakhine sería una
unidad constitutiva, aunque potencialmente con una composición interna
compleja si se concede la autonomía o el estado federal de
"Rohingyaland" dentro de esta unidad (en una escala más sencilla de lo
que podría suceder en el estado de Shan). Cabe mencionar que las
tuberías de petróleo y gas de China terminan en el puerto de Rakhine de
Kyaukpyu, y Nueva Delhi también está invirtiendo en una zona económica
especial en Sittwe, para complementar un futuro gasoducto entre Myanmar y Bangaldesh-India, lo que subraya aún más hasta qué punto es estratégica la ubicación de esta provincia para la geoeconomía regional.
La desintegración bamar
La etnia bamar es el grupo demográfico más grande
en el país y habita la región de la costa sur y los valles del norte, y
aunque tienen una identidad bastante unificada por el momento, existe la
posibilidad de una fractura a lo largo de sus divisiones históricas
norte-sur en las reconstrucciones políticas actuales sub-estatales de
los Reinos de Ava y Hanthawaddy, respectivamente. El catalizador para
este supuesto sería el federalismo identitario, y si bien podría tener
más sentido para cada grupo étnico mantenerse lo más unificados posible
en medio de esta reorganización nacional a gran escala, no puede
garantizarse plenamente que los bamar vayan a prestar atención a este
consejo obvio, no siendo víctimas de disputas internas y divisiones
políticas.
Una de las causas de la discordia podría ser,
obviamente, el regionalismo, con los norteños no queriendo que los
sureños ejerzan influencia sobre la conexión comercial chino-india en
Mandalay y en los campos petroleros cercanos, mientras que los sureños
podrían no querer que sus contrapartes del norte controlen su actividad
marítima y portuaria. La división de los bamar en dos unidades federales
separadas daría más poder relativo a las provincias periféricas e
"igualaría" la disposición política en el país, aunque con el resultado
evidente de que la "Federación de Myanmar" podría fácilmente convertirse
en ingobernable y sumirse en la división sin un núcleo integrador en
una posición central determinante (un estado unificado Bamar), para
mantener todo unido.
Choque de civilizaciones
Las tres principales religiones del cristianismo,
el islam y el budismo están representadas en Myanmar en zonas
étnico-territoriales definidas. Los cristianos viven algunos entre los
kachin, los shan, y muchos entre los karen a lo largo de la periferia
norte-noreste-este, los musulmanes se encuentran en su mayoría en la
minoría bengalí ("rohingya") en el estado de Rakáin, y los budistas
comprenden aproximadamente el resto de la población. Por ahora no hay
una verdadera razón para preocuparse de que cada uno de estos grupos se
enfrenten de manera hobbesiana, pero la coincidencia inquietante de la
militancia islámica con la lucha autonomista-separatista-irredentista
bengalí ("rohinya"), y la creciente militancia relacionada con el
cristianismo en el estado de Kachin, son presagios negativos para esta
previsión, al igual que las visiblemente violentas protestas contra el
gobierno de los monjes budistas de la "Revolución Azafrán". La
intersección de islam, cristianismo y budismo extremos podría conducir a
un barril de pólvora de conflictos en algún momento en el futuro, cada
región tiene su propia identidad particular étnico-religiosa y, por lo
tanto, una posición privilegiada para ser manipulados por actores
demagógicos internos y ONGs externas, o por fuerzas estatales.
La intervención militar chino-india en Myanmar
Con Pekín y Nueva Delhi teniendo intereses
similares aunque separados en su mutuo vecino (por ejemplo, mantener el
país estable y unificado, sin embargo, dando un codazo al otro para
influenciar), existe la posibilidad de que pudieran intervenir en el
país por separado si se desciende a la locura de una guerra civil sin
cuartel (civilizacional), y sus respectivos grandes proyectos
estratégicos quedan en peligro. Por otra parte, un factor de
presión/tracción significativo sería si el conflicto se derramase en la
provincia china de Yunnan y las del noreste de la India, así como si
tiene algún efecto desestabilizador significativo sobre el socio de
Pekín y Nueva Delhi en Bangkok (por medio de la militarizada Karen), e
interrumpe sus proyectos allí (la ruta de la seda de la ASEAN y la
carretera de alta velocidad trilateral).
En el caso de una intervención, sería más
predecible para los dos grandes potencias hacer un guión para Mandalay,
aunque esto en sí mismo no pueda asegurarse por completo debido a la
naturaleza impredecible y totalmente sin precedentes de este escenario.
China e India podrían implicarse también en partes separadas del país,
todo dependiendo de los detalles de lo que la situación sobre el terreno
sea, y de sus motivaciones individuales para implicarse directamente.
El principal punto a considerar es sin embargo si tal operación sería
coordinada entre ambas partes como una medida de fomento de la
confianza, o si la intensa competencia entre los dos les conducirá a un
intercambio de golpes en el interior de Myanmar como preludio a una
guerra regional más grande.
Tailandia
Rodeado por el separatismo
El Reino de Tailandia podría ser como un
pintoresco paraíso de estabilidad identitaria (pero de ninguna manera,
política) para muchos observadores casuales, pero la realidad es que el
país está en realidad rodeado por movimientos y tendencias separatistas.
El autor exploró todo esto con detalle exhaustivo en un artículo anterior
dedicado al tema, pero para resumir, la región noreste de Isan es la
fortaleza de la oposición "camisa roja" pro-Shinawatra, que aparte de
tener una disposición política totalmente diferente, también está mucho
más estrechamente alineada con la cultura, el lenguaje y la historia de
Laos que con la de Tailandia. En el sur, un puñado de provincias
fronterizas han sido escenario de una campaña separatista musulmana que
alcanzó su punto máximo en los años inmediatos después del 11S. Menos
conocido y aún menos probable es un problema con los karen a lo largo de
la frontera oeste con Myanmar, y con los jemeres a lo largo de la de
Camboya, ambos no representan una amenaza constante pero siguen
representando variables de identidad que podrían ser 'jugadas' por
fuerzas hostiles para desestabilizar el gobierno dirigido por militares,
y producir conflictos artificiales con sus vecinos.
Agitación civil en Tailandia
Las autoridades militares hacen frente a los
partidarios "camisas rojas", pero esto podría aumentar un día hasta el
nivel de la pura y simple violencia de la revolución de color y el
terrorismo urbano. Teniendo en cuenta que los "camisas rojas" son un
grupo político-regional con influencias culturales e históricos de Laos
separadas de las tradicionales del interior central de Tailandia, esto
podría llegar a ser la chispa para un conflicto más amplio dentro del
país. No sólo las identidades mekong y chao phraya de Tailandia
chocarían en su lucha por la supremacía en el país, sino que esto
crearía un espacio para que otras periféricas se manifestaran también a
favor de sus propios intereses, lo que conduciría a una guerra civil con
varios bandos que complicaría la carretera de alta velocidad trilateral
de la India, el Corredor Este-Oeste de Japón, y la Ruta de la seda
china de la ASEAN.
¿Estado fuerte o Federación flexible?
Tailandia tiene dos futuros diferentes por delante
- ya sea retener su naturaleza como un estado fuerte, centralizado y
protegido militarmente, simbólicamente a cargo de la familia real a la
cabeza, o ser un país descentralizado o transferido sin familia real y
con un ejército débil. La primera opción está más en sintonía con los
intereses de China, que busca dar forma al estado conducido por los
militares para que sea un aliado regional y de la ASEAN fiable, que
salvaguarde la ruta de la seda de la ASEAN, mientras que los EE.UU.,
India y Japón quieren debilitarlo precisamente por estas razones, y
tomar ventaja de la situación para sus propios fines comerciales
estratégicos. El inicio de la guerra civil en Tailandia pondría el
futuro del país en una encrucijada, con lo que una victoria militar
llegaría a ser ventajosa para China, mientras que una "protesta popular"
(Revolución de color), o un estancamiento o caída en rebeldías
periféricas (como en Myanmar), trabajaría en favor de los intereses del
mundo unipolar.
Si Tailandia sigue siendo fuerte, entonces, nada
demasiado importante cambiaría dentro de sus fronteras, pero si comienza
a desintegrarse en una federación de identidades, entonces, puede
esperarse que cada uno de los principales grupos de identidad
constituyentes se labren su propio feudo y se conviertan en objeto de
intensa competencia entre las grandes potencias. Las federaciones
identitarias, tanto en Myanmar como en Tailandia, darían lugar a una
nueva "rebatiña" global similar en magnitud y sentido a lo que se vivió
en la década de 1880 con los colonizadores europeos y África, excepto
que esta vez habría un territorio mucho más pequeño para la disputa. La
disolución de estos dos estados en una reunión de (con) federaciones
celebrada vagamente produciría una inestabilidad de largo alcance e
indefinida entre cada una de sus unidades, haciendo de esta amplia
franja de territorio un polvorín geopolítico que podría explotar en
cualquier momento. A diferencia del pasado, sin embargo, en cada uno de
estos pequeños estados está el más profundo interés de los poderes que
compiten, por lo que lo más probable es que los problemas de la región
se internacionalicen en la competencia directa de las grandes potencias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario