Escenarios de la gran Eurasia: la ASEAN (y III)
La división de Indonesia
El país del mundo con mayor población musulmana y
uno de los más grandes geográficamente en el mundo por superficie total
(incluyendo el territorio marítimo), Indonesia está crucialmente
localizado en la unión de los océanos Índico y Pacífico y actúa
esencialmente como guardián entre ellos. Está en el mayor mayores
interés de todos el que siga siendo lo más estable posible, pero la
realidad no siempre se ajusta a las expectativas, y hay una gran
cantidad de problemas que burbujean apenas se sopla la superficie en
este archipiélago diverso. Ya sea que finalmente se materialicen ahora,
mientras la cadena de islas se encuentra todavía en la vanguardia de la
mayoría de las rutas comerciales del mundo, o que aparezcan después de
la Ruta del Mar del Norte en el Ártico, haciéndolos relativamente menos
importantes que antes, algunos de los siguientes escenarios podrían
tener un serio impacto en el país por el que atraviesa una cantidad
considerable del comercio mundial:
Islas Molucas:
Esta parte remota del noreste del país ha
experimentado antes choques cristianos-musulmanes y tribales a raíz de
la destitución de Suharto, y podría volver a ser un punto de inflamación
si se debilita el control del Estado o si los grupos terroristas de
ambas religiones deciden renovar sus campañas de odio.
Aceh:
El extremo norte de Sumatra ya luchó y ganó
parcialmente su propia campaña de insurgencia, con lo que se ganó el
derecho de aplicar la estricta ley de la sharia en todo su territorio.
La situación es tranquila, por el momento, pero si los extremistas se
hacen aquí con el control de la influencia, podría convertirse en un
caldo de cultivo del terrorismo interno que podría precipitar otra
intervención del gobierno si las fuerzas locales no tienen éxito en
'vigilar lo suyo', aunque podrían sin querer reiniciar el conflicto.
Sulawesi:
La isla de extraña forma en el noreste de
Indonesia tiene una mezcla de cristianos y musulmanes y anteriormente
fue escenario de ataques terroristas por ambos lados. Más recientemente,
grupos dispersos de combatientes islamistas han recorrido la isla y
llevado a cabo ataques de baja escala, y a pesar de que la situación se
encuentra actualmente bajo control, podría derivar en un ciclo de caos
si los terroristas se reagrupan en sus reductos montañosos y deciden
iniciar una insurgencia grave.
Papúa Occidental:
La mitad occidental, rica en recursos naturales,
de la isla de Nueva Guinea, es considerada por algunos activistas
occidentales y locales como "territorio ocupado", debido a su situación
administrativa colonial separada antes de la incorporación a Indonesia.
El estado mantiene un control muy firme en las provincias que conforman
la isla y los medios de comunicación internacionales tienen fuertes
restricciones a su actividad, por lo que no parece probable que las
fuerzas extranjeras pueden interferir y perturbar el equilibrio de poder
entre el Estado y los indígenas para provocar una nueva insurgencia.
Sin embargo, la amenaza permanece siempre, y fácilmente podría
convertirse en la siguiente causa célebre que las superestrellas
internacionales toman como su tan esperado reemplazo para Darfur.
Indonesia Oriental contra Indonesia Occidental:
Hubo un breve periodo de tiempo en el extremo
final del período colonial holandés y al comienzo mismo de la condición
de Estado de Indonesia, en el que fue creada una "súper provincia"
llamada "Indonesia Oriental" en esa parte del país, como un medio de
mantener el estado unitario perpetuamente dividido a lo largo de líneas
regionales-religiosas. Aunque se reincorporó rápidamente a un estado
centralista, el escenario de las divisiones regionales-religiosas nunca
se va del todo, simplemente debido a la demografía de Indonesia, aunque
las fronteras geográficas de estas posibles entidades cambian con las
identidades de sus pueblos. Si los isleños cristianos en oriente
decidieran unirse a sus homólogos musulmanes y formar su propio estado
subnacional o separatista, entonces esto podría conducir a una rápida
desintegración de la floja identidad nacional de Indonesia y provocar un
conflicto más amplio.
Repitiendo la lección de Timor Oriental:
Todos estos escenarios anteriores dan lugar a la
previsión de que las fuerzas extranjeras (occidentales) podrían tratar
de manipular la situación particular en cuestión, con el fin de
presionar a Yakarta y crear un pretexto para el despliegue de fuerzas
internacionales bajo la bandera de la ONU, o de una “coalición de buena
voluntad” liderada por los EE.UU, operando bajo presuntos pretextos de
"intervención humanitaria". Sean las supuestas acusaciones de
violaciones humanitarias válidas o inventadas, y no importa si están
bajo el dominio total de la responsabilidad del gobierno o no, este
escenario podría ser utilizado como una herramienta para presionar a
Indonesia a unirse a la "Coalición de contención de china"
estadounidense-australiana-japonesa-india, o para castigarlo por su
resistencia independiente al elegir no involucrarse.
Arrojando Java al peligro:
El último de los posibles escenarios de guerra
híbrida que podrían desarrollarse en Indonesia es si la isla de Java, la
más poblada del mundo, se convierte en el último objetivo terrorista.
Ya es comparativamente pequeña para el medio geográfico y, en
correspondencia, muy densamente poblada, por lo que está plagada de
innumerables objetivos blandos. Este es el núcleo del estado de
Indonesia, y el gobierno tendría que reaccionar inmediatamente si
hubiera cualquier ataque a gran escala en esta área. Sin embargo, el
problema es que Java podría ser utilizado como 'cebo' de distracción
para mantener al gobierno atascado en respuesta a una serie de pequeños
ataques, mientras que una guerra más grande hace estragos en otros
lugares a lo largo de la periferia, probablemente de acuerdo con una de
las posibilidades antes mencionadas. Esto también cabría, debido a la
prominencia global de Java y a la facilidad con la que se pueden crear
muchas víctimas, a través incluso del más elemental de los ataques en
uno de las innumerables objetivos blandos en la isla, una ola de
terrorismo aquí podría generar una significativa atención internacional y
triturar el país en seco.
La Coalición de contención de China (CCC)
Se espera que el diálogo cuadrilateral de
seguridad de EE.UU.-Japón-Australia-India forme el núcleo de la
Coalición de contención de China (CCC), la incipiente "OTAN asiática"
que está surgiendo para enfrentarse a Pekín. El autor escribió acerca de
esto en profundidad en un artículo anterior,
pero para explicar de forma concisa algunas de sus otras
características, está proyectado que el Pentágono quiere a Filipinas y
Vietnam para formar el 'espacio de encuentro' central regional entre los
cuatro jugadores principales. Esto podría manifestarse por ambos
estados del Mar del Sur de China entrando en un acuerdo de defensa mutua
con el otro y con las fuerzas de la CCC posicionadas en las Filipinas
como "disuasión" (con el tipo, número y calidad variando en función de
lo que permitieran los públicos nacionales en cada estado miembro sin
críticas significativas).
Entonces, si Vietnam provocara a China en un
enfrentamiento naval, esto daría lugar a que las Filipinas entraran en
acción, y por extensión, la CCC en diversos grados. La CCC podría no
enfrentarse directamente a China con toda su potencia de fuego y
probablemente lo haría mediante el apoyo a estos dos nuevos estados
aliados (Filipinas y Vietnam), de la misma forma que lo hace la OTAN
respaldando a Ucrania. El objetivo principal para las fuerzas de la CCC
en las Filipinas sería "saltar el charco” a Indonchina y reubicar
algunos de sus activos en Vietnam, especialmente si éstos pueden ser
navales y/o aéreos. Idealmente, Indonesia sería de alguna manera llevada
a bordo con el fin de dar a la parte de la ASEAN de la CCC, el "peso
crítico” necesario para mantenerse y lograr "legitimidad regional" para
evitar ser etiquetada como una organización subsidiaria de Occidente.
El Daesh infesta la ASEAN
Sin que sea conocido por la mayor parte del mundo,
el Daesh ha amenazado públicamente a algunos de los países de la ASEAN y
ha listado públicamente parte de su territorio en su mapa de conquistas
globales. Hay unos pocos lugares probables donde el grupo puede surgir
junto a sus aliados en la región para intentar labrarse un califato
regional, y pueden ser referidos colectivamente como el arco
Sulawesi-Mindanao- (Sulu).
Los expertos llamaron la atención acerca de la
posibilidad de un nexo terrorista-pirata creándose a lo largo de la
región fronteriza marítima desprotegida entre las Filipinas, Malasia e
Indonesia durante el Diálogo de Shangri-La en 2015,
y este escenario es el que parece actualmente más probable de todos
ellos. El autor personalmente menciona directamente la inclusión del
archipiélago de Sulu en este marco, debido a la actividad allí del Abu
Sayyaf, afiliado al Daesh, y recordando lo que se dijo antes sobre el
estado malasio de Sabah, podría ser que los terroristas-piratas traten
de vincular la cadena de islas hasta el noreste de Borneo para
desencadenar una crisis internacional entre Filipinas y Malasia, tal
como lo hicieron entre Siria e Irak durante las invasiones de verano de
2014.
El mecanismo de prevención proactivo más lógico
contra esta eventualidad es la cooperación naval multilateral entre cada
uno de los tres estados relevantes, que ya es incipiente
en este momento pero que podría emplear una mayor voluntad política de
todas las partes con el fin de ser más eficaz. Uno de los frenos para
una cooperación más profunda podría ser que las Filipinas y Malasia
estén inseguros acerca de los futuros motivos de Indonesia, y no quieran
que Jakarta se sienta demasiado cómoda operando dentro o muy cerca de
sus aguas nacionales, independientemente de si esto se hace
multilateralmente y para un compartida lucha final contra el terrorismo.
Lo peor que podría suceder para la seguridad regional sería que la
desconfianza entre estas tres partes alcanzara un vértice que culminara
en enfrentamientos marítimos o en la amenaza de los mismos.
Por último, el Daesh podría percibir una apertura
en la isla filipina de Mindanao, cuando se promulgue un área autónoma
sobre parte de Bangsamoro, tal vez tratando de convertirla en la versión
filipina de la Aceh indonesia gobernada por la sharia. Sus filiales
regionales podrían aprovechar la descentralización recién descubierta
para crear más campos de entrenamiento terroristas, y estos combatientes
podrían ser perversamente etiquetados como "luchadores por la libertad
democrática" por los EE.UU., mientras aumenta la presión de la guerra de
la información sobre Duterte para conseguir que detenga la guerra
contra las drogas y pivote lejos de China y más cerca de nuevo de los
EE.UU., justo como la CCC imaginaba que Filipinas se comportara, antes
de que el "caballo negro" político populista aparentemente salido de la
nada echara a perder estos planes.
El TPP se hace cargo de la ASEAN
A los EE.UU. les gustaría cubrir finalmente todo
el ASEAN con el TPP, pero esto no puede hacerse sin que Indonesia esté
primero de acuerdo con sus términos. Yakarta probablemente no va a tomar
ninguna decisión en esta dirección hasta después de la promulgación del
tratado y de que éste sea puesto en práctica por lo menos durante un
par de años. Se cierne sobre Indonesia una batalla subsidiaria de poder
blando e influencia económica entre China y los EE.UU., con Pekín
teniendo que luchar para mantener al gigante insular fuera de las garras
institucionales de los Estados Unidos, mientras que Washington hará
todo lo posible para echar el lazo a su objetivo para manipular luego
las disposiciones del tratado para forzar a su miembro principal a
restringir su comercio con China. El objetivo de los EE.UU. es atrapar
tarde o temprano a la ASEAN en este acuerdo, a fin de poder empezar a
“interpretar” (convertir en un arma) de forma selectiva y polémica
algunas de sus miles de páginas, con el fin de llevar a cabo una "guerra
jurídica" estratégica contra China, rompiendo sus lazos comerciales con
el bloque y socavando la nueva Ruta de la seda.
El pivote de Filipinas
La antigua colonia estadounidense ha emergido
sorprendentemente como un importante pivote en la región de Asia y el
Pacífico, con el presidente Duterte, de mentalidad independiente,
llevando al país por el camino del pragmatismo en la política exterior y
lejos de sus anteriores décadas de subordinación a Norteamérica. Manila
ha declarado que está abierta a tratar con Pekín uno-a-uno y podría
estar dispuesta a llegar a un acuerdo sobre el Mar del Sur de China, a
cambio de invitar a las empresas chinas al país para construir la
infraestructura que tanto necesita. Filipinas se convertiría entonces en
ese caso en un nodo importante en la nueva Ruta de la seda, algo a lo
que los EE.UU. se oponen totalmente, por lo que podrían promover la
Guerra híbrida en el arco Mindanao-Sulu con el fin de detener esto.
Si China lograra hacer de las Filipinas un socio
estratégico cercano mediante algún tipo de acuerdo favorable en el Mar
del Sur de China, entonces esto significaría que la alineación de la
ASEAN hacia Pekín incluiría a Tailandia, Camboya, Laos y Filipinas, con
la posibilidad de que Myanmar sea incluida si Suu Kyi resucita el
ferrocarril a China (la Ruta de la seda de Myanmar). Por otro lado, si
los EE.UU. se ganan a las Filipinas de nuevo para su propio campo,
entonces su CCC incluiría a ese país y a Vietnam, con el potencial de
traer a Indonesia a bordo con el tiempo. Sin embargo, con las Filipinas
fuera de la ecuación, el pivote de los EE.UU. en Asia se ve seriamente
obstaculizado, enfatizando así el vital papel que Filipinas juega en la
geopolítica contemporánea y por qué son un objeto de una intensa
competencia en este momento. Si los EE.UU. "pierden" las Filipinas,
entonces, China gana una "puerta" al Pacífico Occidental, algo que el
Pentágono podría detener incluso yendo a la guerra.
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