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Rusia anuncia un repliegue en Siria con la retirada de un portaaviones
Rodrigo Fernández
Rusia
ha anunciado este viernes el inicio de la retirada de parte de sus
efectivos militares involucrados en el conflicto sirio. El portaaviones Almirante Kuznetsov, el único que sus Fuerzas Armadas tienen, será el primero en volver a Rusia. También retornará a su base de Severomorsk, al noroeste del país, el crucero nuclear Pedro el Grande
y otros buques de la Flota del Norte. Este parcial repliegue, ordenado
por el presidente Vladímir Putin, según los medios rusos, se realiza en
cumplimiento de las directrices del acuerdo de alto el fuego proclamado por Rusia el pasado diciembre.
El anuncio lo hizo el general Valeri Guerásimov, jefe del
Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, quien explicó que esta
retirada parcial se realiza en cumplimiento de la orden de Putin —que
según la Constitución rusa, es el comandante en jefe—, de "reducir su
contingente militar en Siria".
A la intervención de Guerásimov en el Ministerio de Defensa le siguió, a través de videoconferencia, la del comandante del contingente ruso en Siria, el general Andréi Kartápolov, que se refirió a la coordinación eficaz entre el portaaviones y otras fuerzas desplegadas, como los aviones de la base Jmeimim, en la provincia de Latakia, cobijo de los cercanos al régimen de El Asad, y los sistemas Bastion de misiles crucero.
Por último, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas sirias, Alí Abdulá Ayub, agradeció el apoyo brindado por las fuerzas aéreas rusas al Gobierno de El Asad y subrayó que los bombardeos han desempeñado un papel fundamental en las victorias que crearon las condiciones necesarias para el acuerdo del cese de las hostilidades, la principal de las cuales es la recuperación del control de la ciudad de Alepo, al norte del país, por parte del régimen.
El Almirante Kuznetsov, buque insignia de la Armada rusa, nunca antes en sus 25 años de vida había participado en un conflicto. Los cazas Mig-29 y Su-33 que despegaban de su cubierta eran los que atacaban las posiciones de los enemigos de Bachar el Asad y, según los rusos, sus blancos eran solamente los miembros del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y del Frente Al Nusra, inicialmente vinculado a Al Qaeda.
El portaaviones llegó a la zona de conflicto en octubre de 2016 con dificultades en la ruta debido a la negativa de los países miembros de la OTAN —entre ellos España— de permitirle repostar combustible en sus puertos. Además, la intervención misma del Almirante Kuznetsov tuvo problemas con el aterrizaje de los cazas, dos de los cuales no lograron frenar en cubierta y cayeron al mar.
A la intervención de Guerásimov en el Ministerio de Defensa le siguió, a través de videoconferencia, la del comandante del contingente ruso en Siria, el general Andréi Kartápolov, que se refirió a la coordinación eficaz entre el portaaviones y otras fuerzas desplegadas, como los aviones de la base Jmeimim, en la provincia de Latakia, cobijo de los cercanos al régimen de El Asad, y los sistemas Bastion de misiles crucero.
Por último, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas sirias, Alí Abdulá Ayub, agradeció el apoyo brindado por las fuerzas aéreas rusas al Gobierno de El Asad y subrayó que los bombardeos han desempeñado un papel fundamental en las victorias que crearon las condiciones necesarias para el acuerdo del cese de las hostilidades, la principal de las cuales es la recuperación del control de la ciudad de Alepo, al norte del país, por parte del régimen.
El Almirante Kuznetsov, buque insignia de la Armada rusa, nunca antes en sus 25 años de vida había participado en un conflicto. Los cazas Mig-29 y Su-33 que despegaban de su cubierta eran los que atacaban las posiciones de los enemigos de Bachar el Asad y, según los rusos, sus blancos eran solamente los miembros del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y del Frente Al Nusra, inicialmente vinculado a Al Qaeda.
El portaaviones llegó a la zona de conflicto en octubre de 2016 con dificultades en la ruta debido a la negativa de los países miembros de la OTAN —entre ellos España— de permitirle repostar combustible en sus puertos. Además, la intervención misma del Almirante Kuznetsov tuvo problemas con el aterrizaje de los cazas, dos de los cuales no lograron frenar en cubierta y cayeron al mar.
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