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lunes, 27 de febrero de 2017
Los estudiantes soviéticos
diario-octubre.com
Los estudiantes soviéticos
Octubre
En 1938, la Unión Soviética tenía 716 universidades, colegios y otras instituciones de educación superior con un núcleo estudiantil de 601.000 personas. Este número supera al de los estudiantes de colegios y universidades de 23 países europeos juntos, incluyendo a Francia, Italia y Polonia, además de Japón.
Existen instituciones de educación superior en cada una de las Repúblicas de la Unión y Regiones Autónomas de la Unión Soviética. Kirguistán, que no tenía una sola institución de enseñanza superior antes de la Revolución, ahora tiene cuatro; Turquistán tiene 5; Tayikistán también tiene 5 y Kazajistán 19. Y cada una de estas instituciones educativas cuenta con labotatorios modernos, salas de lectura y bibliotecas que son lo último en temas de equipamiento escolar.
Antes de la Revolución, los colegios y universidades de la Rusia zarista tenían población escolar total de 112.000 alumnos, de los cuales el 35% eran hijos de la nobleza y de los jefes del gobierno, el 10% hijos de los grandes empresarios y comerciantes, el 14,5% hijos de los campesinos ricos. Por lo tanto, el 70,8% del alumnado pertenecía a las clases dominantes, como hijos de las grandes fortunas. El alto costo de admisión, además de las limitaciones de clases y de normas establecidas hacía imposible a los trabajadores dar una educación superior a sus hijos.
El gobierno soviético dio acceso a las escuelas de educación superior a todos los ciudadanos de la URSS. Las puertas de los colegios y universidades de la URSS están abiertas para todos los graduados de la escuela secundaria. No existe la mínima limitación de nacionalidad, raza, condición social o económica en las instituciones educativas soviéticas. Las mujeres disfrutan de los mismos derechos que los hombres para ingresar en cualquier institución de educación superior de la URSS. En la Unión Soviética, el 43% de los estudiantes de colegios y universidades son mujeres.
Las sumas establecidas por el gobierno soviético para el desarrollo de la educación superior aumentan año tras año. Por ejemplo, la suma asignada por el Gobierno para la educación superior aumentó de 86 millones de rublos en 1934 a 219 mil millones de rublos en 1938.
A pesar del enorme aumento del número de instituciones de educación superior y de la masa estudiantil, el rápido desarrollo de la economía nacional de la URSS requiere, todavía, un mayor número de personas capacitadas en todos los campos del conocimiento.
Las instituciones de educación superior de la URSS preparan expertos en 178 ramas de la ciencia, de la tecnología y de las artes. Entre las 716 instituciones de enseñanza superior soviéticas, 119 son institutos industriales, 29 institutos de transporte y comunicaciones, 84 escuelas de agricultura, 71 escuelas de medicina, 27 institutos económicos, 11 escuelas de derecho, 24 universidades generales, 211 institutos pedagógicos y de preparación de profesores, conservatorios de música, institutos de literatura, de arquitectura, etc.
Además de las instituciones regulares de educación superior, fue establecida en la URSS una nueva clase de escuelas de educación superior: academias ligadas a determinadas ramas de la industria, del transporte, de la agricultura, del comercio, etc. Estas academias, que están bajo la jurisdicción de los comisionarados del pueblo correspondientes, son visitadas por el personal ejecutivo de las fábricas, como por ejemplo, directores, subdirectores y superintendentes, por trabajadores de establecimientos soviéticos que han tenido una amplia experiencia práctica, así como trabajadores stajanovistas, que desarrollaron nuevas y mejores formas de trabajar. Tres o cuatro años en la academia proporcionan al estudiante una educación general y a su vez una formación especializada, de tal manera que, cuando se gradúa, es un especialista de alta cualificación.
Aleksei Starranov, el famoso minero de carbón del Donbass, estudió en la Academia Industrial “Stalin” en Moscú. Busijgin, forjador de la fábrica de automóviles “Gorki”, la tejedora Eudokia Vinogradova, Tatiana Fiodorova, trabajadora en el “Metro” de Moscú y otros muchos trabajadores destacados de la Unión Soviética fueron también a estas academias industriales. La iniciadora del movimiento stajanovista en la agricultura, la campesina colectivista María Demchenko, estudia actualmente en la Academia Agrícola de Kiev. Otros destacados stajanovistas en la agricultura han ingresado también en las academias agrícolas, incluyendo a Pasha Kovardak, Konstantin Borin y Pasha Angelina. Todas estas personas están dominando el conocimiento teórico, con el fin de mejorar y enriquecer su amplia experiencia práctica.
Los estudiantes que acuden a estas academias no pierden el contacto con sus anteriores lugares de trabajo. Todas estas academias industriales envían a sus estudiantes al trabajo práctico dos veces al año. Así, por ejemplo, Starranov, Busijgin y Borin, que son estudiantes de academias industriales, puedieron establecer nuevos registros en la producción en sus antiguos puestos de trabajo, en el trascurso de sus periodos de práctica.
Como regla general, los estudiantes que son recibidos en estas academias desempeñan cargos ejecutivos. Por ejemplo, el iniciador del movimiento stajanovista en la industria ligera, Nikolai Smetanin, que trabajabó en la fábrica de zapatos “Skororrod” y estudió en la Academia Industrial “Kirov” en Leningrado, es ahora (1939) auxiliar del Comisario del Pueblo para la industria ligera. El iniciador del movimiento stajanovista en los ferrocarriles, Piotr Krivonoss, fue nombrado director general de la línea de ferrocarril del Sur de Donets. Musinski, destacado stajanovsita en la industria textil, fue elegido vicepresidente del Comité Ejecutivo Regional de Arrangel. Lo que se conoce como Universidad de Fábrica, es muy común en la URSS. Estas instituciones de educación superior técnica son establecidas por las fábricas, y a ellas van los trabajadores, los funcionarios y otros empleados de una fábrica, después de las horas de trabajo. Especialistas altamente cualificados de los diferentes departamentos de la fábrica dan conferencias y ven el trabajo práctico de los estudiantes. Al igual que todas las demás instituciones educativas de la URSS, estas universidades de fábricas tienen modernos laboratorios, aulas y bibliotecas muy bien preparadas. El trabajo práctico se realiza en los talleres y departamentos de la fábrica en cuestión. De esta manera, los trabajadores que pasan varios años de formación en estas universidades se convierten en expertos altamente cualificados – ingenieros y técnicos – aunque muchos de ellos hayan entrado en la universidad como simples trabajadores. Entre estas universidades de fábricas, el Instituto de Trabajo “Stalin”, de Leningrado, goza de gran renombre. Esta universidad de fábrica ha preparado cientos de expertos de primer nivel en sus pocos años de existencia.
Los cursos por correspondencia de educación superior también hicieron mucho por la preparación de los trabajadores calificados que el país necesita.
Estos cursos son seguidos gratuitamente y en su tiempo libre por funcionarios, técnicos y demás trabajadores y empleados de la fábrica que hayan recibido una educación secundaria.
Hay alrededor de 200.000 personas siguiendo los cursos por correspondencia de educación superior en la URSS. Las personas que completan estos cursos consiguen un equivalente de la educación impartida en las escuelas y universidades.
De acuerdo con el art. 121 de la Constitución de la URSS, el ingreso en las escuelas soviéticas, incluyendo colegios y universidades, es gratuito. Más del 88% del cuerpo estudiantil en las instituciones de educación superior reciben salarios del gobierno. Los salarios son, generalmente, de 130 rublos al mes durante el primer año de estudio y llegan a 200 rublos al mes durante el último año. Esta cantidad es el salario medio mensual de un trabajador no calificado. Los estudiantes de las academias de los Comisarios del Pueblo reciben salarios de 450 a 700 rublos al mes, una cantidad correspondiente al salario mensual de un trabajador altamente calificado. Pero el Gobierno no reduce su acción en lo que se refiere a la masa estudiantil, en la distribución de salarios. Todos los estudiantes que soliciten habitaciones, las reciben gratuitamente del Gobierno, que gasta 10 millones de rublos por año en la construcción y mantenimiento de residencias estudiantiles. En las grandes ciudades existen distritos enteros compuestos de residencias estudiantiles llamadas “ciudades estudiantiles”, construidas por el Gobierno. En Moscú, existen varias “ciudades estudiantiles”, con una población muy grande.
Adjuntos a estas residencias, se encuentran restaurantes, lavanderías, peluquerías, etc., cuyos servicios son ofrecidos a los estudiantes a precios reducidos.
Los estudiantes tienen derecho al servicio médico y tratamientos gratuitos. Aparte de los gastos en la construcción y mantenimiento de las residencias, el Gobierno también gasta grandes cantidades cada año en proporcionar a los estudiantes ventajas culturales, deportes, vacaciones, etc. Prácticamente cada institución de educación superior tiene un club propio y su estadio para los estudiantes, mantenidos a costa del Estado y de los sindicatos. Los estudiantes que estaban trabajando en alguna empresa antes de entrar en el instituto de educación superior, mantienen sus derechos sindicales y son simplemente transferidos al sindicato que agrupa a los trabajadores de la profesión u oficio que corresponden a determinada escuela o institución en particular. Los jóvenes, al salir de la escuela secundaria, entran directamente en un instituto de educación superior, y pueden ser parte del sindicato de sus respectivos institutos. Los sindicatos dan entradas gratis para los teatros y conciertos a los estudiantes, o entradas a precio reducido.
Durante las vacaciones (los estudiantes soviéticos disfrutan de vacaciones dos veces al año, dos meses en el verano y dos semanas en el invierno) los estudiantes pueden alojarse en casas de reposo o curarse en sanatorios, a costa de los sindicatos. Muchos estudiantes pasan sus vacaciones recorriendo las diferentes regiones del vasto territorio de la Unión Soviética, con el fin de conocer mejor su país, y para familiarizarse con su belleza y sus riquezas naturales. En estos casos, el Estado también ayuda a los estudiantes proporcionándoles reduciones considerables en el transporte, guías, bajos precios para los alimentos en los campos de turistas, etc.
La atención multiforme proporcionada a los estudiantes por el Estado les permite dedicar toda su atención, su solicitud y su energía al estudio.
Los estudiantes se dedican a sus estudios en las instituciones soviéticas de educación superior de una manera que difiere radicalmente del modo en como estudiaban los estudiantes en los establecimientos correspondientes a la Rusia zarista. La seguridad material de los estudiantes, la gran capacidad del cuerpo docente, el hecho de que los estudiantes cuentan con servicios escolares y de literatura, crean todas las condiciones necesarias para la realización de un trabajo excepcionalmente fecundo por parte de los estudiantes.
Un tipo conocido de todas las viejas escuelas de la Rusia zarista era el “eterno estudiante”, económicamente inseguro, en eterna caza de pequeñas aportaciones financieras, llevando una existencia de hambriento cuasi completa, sin ninguna posibilidad de estudiar con normalidad. Año tras año este “eterno estudiante” estaba en la misma clase y, al final, abandonaba a menudo la escuela sin terminar los estudios.
En las escuelas de la URSS, donde los estudiantes son provistos por el Estado de todo lo que necesitan, no existen estos tipos de “estudiantes eternos” de los institutos de educación superior. El estudiante soviético considera como una cuestión de honor estudiar con todas sus fuerzas y graduarse en el plazo establecido. Es muy raro entre los estudiantes soviéticos repetir un semestre, y en este caso, suele ser el resultado de una razón especial, como una enfermedad, etc.
La emulación socialista está muy extendida en las instituciones soviéticas de educación superior, de la misma manera que lo está en las fábricas. Grupos de estudiantes desafían a otros; clases enteras, departamentos e incluso universidades enteras lanzan retos recíprocos para situar a sus estudiantes en el cuadro de honor, para ayudar a la mayor cantidad de camaradas atrasados en sus estudios, etc.
El cuerpo docente también se dedica voluntariamente a preparar a estudiantes dignos del cuadro de honor.
Las relaciones entre los estudiantes y profesores en las instituciones soviéticas de educación superior son totalmente diferentes de lo que eran antes de la Revolución. Anteriormente, los profesores raras veces se interesaban, casi no hacían nada, por el trabajo de los estudiantes, o por las razones que podía tener un estudiante para ir atrasado, si los estudiantes entendían las enseñanzas o necesitaban más ayuda de su parte, etc. En las instituciones soviéticas de educación superior, el cuerpo estudiantil y el cuerpo docente es una sola familia. Ambos están igualmente interesados en que los estudiantes reciban de la escuela lo máximo que esta pueda proporcionarles, en que el estudiante graduado sea un especialista soviético completamente preparado.
Los estudiantes y los profesores tienen relaciones que se extienden después del trabajo de clase. Los maestros e instructores a menudo participan en diversas reuniones estudiantiles, y a menudo pasan sus vacaciones con los estudiantes. Tal unidad entre la masa estudiantil y el cuerpo docente sólo puede servir para mejorar el trabajo educativo y la preparación de los estudiantes que encuentran en el profesor o instructor a un camarada de mayor edad.
Otra característica de las instituciones soviéticas de educación superior es su estrecho e inquebrantable contacto con la industria, los que se manifiesta de varias maneras, principalmente por la formación industrial bien organizada de los estudiantes a través del trabajo en la práctica. Cada institución técnica y agrícola de educación superior envía a sus estudiantes a períodos de prática de dos meses y medio a tres meses y medio durante el año. Los estudiantes de escuelas técnicas siguen cierto entrenamiento práctico durante el cual, por lo general, se familiarizan con la rama de la industria que deben seguir para completar sus estudios. En sus trabajos prácticos, reciben una formación más especializada aún, y aprenden lo que deben saber sobre determinada máquina y sus propiedades. Por último, en su último año de estudios, trabajan en calidad de ingenieros en sus sesiones de práctica, desempeñando muchas veces las tareas de auxiliares del líder del taller.
Después de terminar su práctica industrial, el estudiante está obligado a presentar un informe al profesor, en el que sintetiza sus experiencias en la práctica del trabajo, y recibe una calificación determinada para el trabajo que ha desarrollado. Si no presenta el informe, o si este no fuera consideradp satisfactorio, tendrá que repetir su período de práctica industrial.
Los estudiantes son enviados a las empresas de una determinada rama de la industria para su práctica de trabajo, empresas que tienen un equipamiento de primera clase y trabajan con los últimos adelantos de la técnica. El estudiante recibe una orientación académica y metodológica en su práctica de trabajo por parte de los jefes del departamento correspondiente. Su práctica de trabajo en la fábrica se encuentra bajo la supervisión de los mejores y más cualificados técnicos de la empresa determinada.
Las tesis y trabajos de los estudiantes están estrechamente vinculados con las tareas prácticas del desarrollo económico del país. Numerosas tesis presentadas por estudiantes que se graduaron son puestas en marcha, y, de esta manera, no son solamente trabajos académicos, sino al mismo tiempo, planes de trabajo prácticos. Después de ser recibidas, los autores de estas tesis participan generalmente de su aplicación.
Por otro lado, los laboratorios y las aulas de las instituciones de educación superior resuelen a menudo diversos problemas que les presentan la industria y la agricultura.
De esta manera, los estudiantes también son puestos en contacto con sus futuras actividades prácticas.
El trabajo de investigación científica llevado a cabo por estos colegios es un factor importante en la vida de las instituciones soviéticas de educación superior. El cuerpo docente y el personal científico de estas instituciones llegan a más de 40.000 personas, incluyendo 5.000 profesores y 11.500 profesores auxiliares. La jornada laboral del cuerpo pedagógico científico de las instituciones de educación superior es de 5 horas, dedicando la mitad de este tiempo a la investigación científica.
Cada departamento de las instituciones soviéticas de educación superior cuenta con sus estudiantes de postgrado. Hay un total de más de 10.000 estudiantes de posgrado en la URSS. En 1938, 6.000 personas se inscribieron en los cursos para postgraduados de la URSS. Después de tres años de curso, los estudiantes graduados presentan una tesis, que deben sustentar, y, luego, reciben un grado académico. Los cursos para postgraduados suelen ser seguidos por estudiantes que se gradúan con especial éxito en una institución de educación superior.
En el trabajo de investigación científica, que tiene lugar en estas instituciones de educación superior, se solucionan los problemas presentados por la industria y la agricultura. Por ejemplo, los estudiantes graduados en el Instituto de Metales Inoxidables de Moscú, están haciendo un excelente trabajo en el campo de las nuevas aleaciones (mezcla de metales). Las Escuela de Estructuras Subterráneas del Instituto Ferroviario del Tren de Moscú participa en la construcción del metro de esta ciudad.
Una parte importantísima de la vida de las instituciones soviéticas de enseñanza superior es desempeñada por las organizaciones sociales de los estudiantes: Partido Comunista, Liga Comunista y Sindicatos. Los comités del sindicato estudiantil existentes en todas las instituciones de educación superior tienen un papel activo en la vida académica de las escuelas superiores. Ellos mismos se interesan por el trabajo de los estudiantes, eliminan cualquier cosa que dificultea un estudiante u otro el estudio, están atentos a la labor práctica, prestan atención a las necesidades materiales de los alumnos, les ayudan a pasar sus vacaciones de tal manera que estas sean, a su vez, útiles e interesantes, etc.
En 1939, 183.000 nuevos estudiantes se matricularon en las universidades y colegios de la URSS.
Los colegios y las organizaciones sociales comienzan desde muy temprano a hacer campaña para atraer a nuevos estudiantes.
El Museo Politécnico de Moscú organiza consultas para los jóvenes que terminan su educación secundaria, para la selección de su futura profesión. Estos jóvenes tienen conversaciones informativas con profesores y académicos, maestros e instructores de las escuelas secundarias, los cuales les dan todo tipo de información acerca de sus instituciones: Estas reuniones se han convertido en una verdadera tradición en la escuela secundaria de Moscú.
El art. 118 de la Constitución de la URSS establece que “Los ciudadanos de la URSS tienen derecho a trabajar”. De acuerdo con esto, cada graduado de un instituto de educación superior tiene trabajo asegurado en su campo de actividades. Seis meses antes de terminar el último año, el estudiante ya sabe donde va a trabajar, que salario recibirá y cuáles serán sus obligaciones. El Estado determina, de acuerdo con un plan, el lugar donde el graduado habrá de trabajar. Por supuesto, esto no significa de ninguna manera que el graduado esté obligado a trabajar en una determinada empresa. Es solamente uno de los elementos de planificación, el método más común en el trabajo de todas las instituciones soviéticas. El joven especialista, después de graduarse, firma un contrato con la organización correspondiente o empresa. Cuando entra en la fábrica o establecimiento fijado, el joven experto penetra en un medio que ya le es familiar. No ve en ella a ningún competidor, cada uno le ayuda a asimilar su trabajo lo más rápidamente posible. En 1938, 93.000 estudiantes fueron recibidos en las escuelas de la URSS. Cada uno de ellos fue colocado en el trabajo correspondiente a su especialidad.
Durante el periodo del Tercer Plan Quinquenal, la educación superior se desarrollará en una proporción aún mayor. Está previsto que el número de estudiantes pase de 601.000 en 1938 a 650.000 en 1942.
La educación superior en la URSS se extiende y se desarrolla conjuntamente con el crecimiento y desarrollo de toda la vida económica y cultural del país.
Traducido por “Cultura Proletaria” de “Divulgação Marxista”, Nº6, Septiembre de 1946
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