jueves, 2 de marzo de 2017

OPINIÓN: ¿Euforia en Wall Street? Según Trump esto apenas comienza

OPINIÓN: ¿Euforia en Wall Street? Según Trump esto apenas comienza





Nota del editor: Roberto A. Ruarte es asesor en mercados financieros. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(Expansión) — Parecen lejanos los días en que los analistas y observadores de Wall Street advertían que el triunfo de Donald Trump podría ocasionar un colapso nunca visto en la Bolsa de Estados Unidos.

Si bien el día de su elección los futuros llegaron a estar límite abajo, con pérdidas superiores al 7%, a la apertura del 9 de noviembre la gran caída pasó a ser un pequeño ajuste y desde allí, con pequeñas interrupciones, el Dow, el Sp500, Nasdaq los tres índices más representativos de EU, han generado fuertes subidas marcando nuevos máximos históricos.



El magnate devenido en presidente pasó de ser el candidato temido a mimado por Wall Street. Este martes 28 de febrero, Trump acudió al Congreso y al momento de escribir estas líneas todos los índices registran nuevas marcas nunca vistas en la historia, el Dow arriba de los 21,100 puntos, el Sp500 acariciando los 2,400 puntos y el Nasdaq 100 los 5,400 puntos.

Qué lejos quedaron las palabras del mismísimo Donald Trump del 2 de abril del 2016, donde advertía de una gran burbuja, y que una gran recesión estaba a la vuelta de la esquina para la economía estadounidense.

Ahora como presidente, entonado por la firmeza de los índices accionarios, se atrevió a decir que esto recién empieza. Donald Trump se olvida que este 2017 se cumplen ocho años de que el mercado no genera una caída superior al 20 % lo que técnicamente se considera como un mercado bajista en la Bolsa y no una simple corrección.



En marzo de 2009, el sp500, uno de los principales índices, registraba un mínimo de 666 puntos, un número demoníaco propio del infierno que se vivía en la incertidumbre del 2008-2009, donde cayeron instituciones como Lehman Brothers, Bear Stearns, y muchas otras consideradas sólidas por el mercado.

Desde aquel infierno de 666 puntos, pasaron 8 años y el sp500 acumula una subida del 260 % en ocho años. Si fuera cierto la afirmación de Trump y él fuera presidente por ocho años y esto recién empieza, podemos interpretar que podríamos esperar, según su imaginación, que el sp500 subiría otro 260 % y el Dow otro 225 % desde su asunción, para llevar los precios al final de un hipótetico doble mandato en el 2023 a los 65,000 puntos y al sp500 a los 8,640 puntos.

Numerosos titulares hablan de una verdadera euforia en Wall Street. El reconocido inversor Warren Buffet salió a calmar los ánimos y afirmar que esto no es una burbuja, que no hay peligro que ocurra como otras tantas veces que los precios suban linealmente y luego terminen colapsando.

Pero titulares de Dow en 30,000; nuevos descubrimientos de planetas; nuevas misiones al espacio; la construcción del nuevo corporativo de Apple, una de las acciones de mayor capitalización bursátil, símbolo del mercado alcista de esta centuria, nos hacen pensar que estamos en una gran burbuja en Wall Street. Si bien respetamos la opinión de Warren Buffet, no coincidimos con su visión y creemos que en el mandato de Trump se producirá un mercado bajista de proporciones, esto es que lo que técnicamente se conoce como un Bear market, que tendrá lugar más temprano que tarde, pudiendo ser en la segunda parte de este año 2017.

Un Bear market es una caída de los índices estadounidenses que supere el 20%. Creemos que con la euforia existente existen altos riesgos de que ello ocurra y que una caída similar a la del 2007-2008-2009, o la del período 2000-2001-2002, esté a la vuelta de la esquina.



Técnicamente, el mercado estaría terminando su onda 3 de nuestro modelo Elliott, muy cerca de los actuales niveles, con niveles de sentimiento de pequeños inversores del 91% alcistas y solamente un 9% esperando una caída en Wall Street, la onda 3 es madura, vendría un ajuste del 5 al 7% en las Bolsas, luego una subida final para hacer un techo épico en el primer semestre de este año, máximo agosto, que guíe en algún momento de 2017 a un gran cambio de tendencia y producir lo que técnicamente se conoce como Bear market o mercado bajista, generando una caída bastante superior al 20%.

El 2016 fue un año Fibonacci, marcó el piso del petróleo, del oro, de Brasil, de Perú, de México en dólares. Este año se debería producir, como suele ocurrir, importantes cambio de opinión y como ocurriera en el año Fibonacci 2008 el cambio de sentimiento de negativismo, pesimismo, a positivismo tuvo que esperar el segundo semestre del 2009 para la Bolsa de valores.

El negativismo, pesimismo y pánico de 2008 y primera parte de 2009, llevó 8 años borrarlo. Hoy estamos en las antípodas del 2008-2009, donde fue oportunidad histórica de compra de la Bolsa de EU; aquí podría darse el fenómeno inverso, una gran oportunidad de poner en caja las grandes ganancias de Wall Street de los últimos ocho años.

La Bolsa de valores se maneja por emociones y no por razones, y es la única que el apetito de compra sube con precios cada vez más altos, pero lo inverso también es válido cuando empiezan la caída de precios, el contagio es rápido y lo que llevó ocho años subir podría recortar gran parte o en su totalidad en el 20 % del tiempo que le llevó subir.



No ha habido oportunidad de que la subida de tasas de 10 o de 30 años en Estados Unidos no haya quebrado a un mercado alcista, la subida de tasas de 1986-1987 produjo el crash de 1987; la subida de 1993-1994, el tequila; la de 1996-1997 la crisis de los tigres asiáticos y la caída de Rusia; la de 1998-1999 fue la caída de las tecnológicas del Nasdaq; la del 2006-2007, la caída del 2008; la del 2010-2011, la caída de europa; la del 2013, la caída de Brasil y México en dólares.

La actual subida de tasas que empezó en julio en 1,336, creemos que luego de terminar el actual ajuste nos llevará a 2.75-3% y ese movimiento como ocurriera en tantas oportunidades terminará quebrando el mercado de renta variable para producir un cambio de tendencia de la euforia actual con seguidilla de máximos, a una caída rápida y severa que puede tener su epicentro en septiembre-octubre para los índices accionarios estadounidenses.

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