En su artículo para Svobodnaya Pressa, Mardásov
apunta
que, según el
Plan de Aviación del Cuerpo de Marines de EEUU para 2017
,
los buques de desembarcó "jamás podrán reemplazar a los portaviones,
pero serán capaces de complementarse entre sí, puesto que se emplean de
manera imaginativa".
La flota de buques de la clase Wasp cuenta
con entre seis y ocho aviones de ataque a tierra AV-8B Harrier II.
Asimismo, tiene hasta 10 convertiplanos polivalentes MV-22 Osprey y
cuatro helicópteros de transporte de carga pesada CH-53E, cita Mardásov a la revista estadounidense WarIsBoring.No obstante, el Cuerpo de Marines propone eliminar los CH-53 y reducir el número de convertiplanos a cuatro, lo cual podría aumentar la cantidad de F-35B hasta los 20.
"Un buque de asalto
anfibio (…), equipado con entre 16 y 20 F-35B y con capacidad de
desembarco y de reabastecimiento aéreo orgánico, creará oportunidades
para el trabajo del mando conjunto y el naval", explica el documento
estratégico del Cuerpo de Marines de EEUU.
De
esta manera, un portaviones ligero cargado con los F-35 "sería capaz de
apoyar a un grupo anfibio, complementar a un superportaviones u operar
de manera independiente".
El Cuerpo de Marines se convirtió en la
primera fuerza armada del mundo en llevar los F-35 a servicio de primera
línea. Así, se espera que 185 F-35B entren en servicio allá por 2025,
un número suficiente para equipar a cada buque de asalto ya operativo.La idea de los portaviones ligeros no es nueva. Anteriormente las Armadas de España, Italia, la India y Tailandia utilizaron sus buques de asalto como plataforma para el despegue de los Harrier. El propio EEUU también experimentó en cinco ocasiones con el despliegue de aviones de combate en los buques de asalto de la clase Wasp.
Durante la invasión estadounidense a Irak en 2003, los buques de asalto anfibio USS Bataan y USS Bonhomme Richard embarcaron 26 y 22 AV-8B, respectivamente. Los buques desempeñaron una labor muy parecida a la de los superportaviones, lanzando ataques contra objetivos terrestres, aunque con menor intensidad y con menos recursos de apoyo.
El
general retirado Pável Zolotoriov, quien es también el director adjunto
del Instituto de EEUU y Canadá de la Academia de Ciencias de Rusia,
indicó a Svobodnaya Pressa que, en la actualidad, EEUU sigue
considerando un programa a largo plazo para la construcción de una nueva
arquitectura para la Armada que entre en vigor en 2030.
Según explicó el experto, el objetivo actual del Pentágono es el fortalecimiento de la capacidad de proyectar poder en varias regiones del mundo, sobre todo en la parte occidental del Pacífico, con el fin de contrarrestar a Corea del Norte y de contener a China.
"Además,
los estadounidenses han decidido regresar al Mediterráneo debido a la
actividad de Rusia en Siria", profundizó Zolotoriov.
A
juicio del general retirado, lo más importante para Rusia en las
condiciones actuales es "proyectar poder a nivel mundial" y "garantizar
la seguridad de sus zonas costeras". Así, Moscú tiene que centrarse en
el fortalecimiento de sus propias capacidades, pero estar preparada para
"neutralizar el potencial bélico de EEUU en la región".
Valentín Selivánov, excomandante de la Quinta Escuadrilla y exjefe de Estado Mayor Naval, indicó que las Marinas de EEUU, Reino Unido y Japón ya habían utilizado los llamados portaviones de escolta —buques mercantes reequipados, con cubiertas de vuelo, hangares y cañones antiaéreos— durante la Segunda Guerra Mundial.
"La idea
de la conversión de los grandes cargueros en portaviones no es nueva.
Asimismo, esta idea sigue resurgiendo en los medios en relación con la
remodelación de los buques mercantes y su equipamiento con un 'ala
aérea'", profundizó.
De
esta manera, según el experto, Rusia tiene que encontrar una manera
adecuada para responder a las capacidades mejoradas y actualizadas de la
Marina de EEUU, y esto podría conseguirse a través del desarrollo de
los submarinos y los sistemas de misiles costeros.
El analista
militar y político Alexandr Jramchijin agregó que la última vez que EEUU
desplegó a sus tropas de desembarco fue en septiembre de 1950, durante
la Guerra de Corea.Desde entonces, el Cuerpo de Marines se ha convertido en la segunda Fuerza Terrestre, de modo que es muy lógico convertir los buques de asalto anfibio en portaviones, dado que son capaces de "garantizar la cobertura aérea para la infantería marina", además de "realizar operaciones independientes".
"De
esta manera, la única diferencia entre un portaviones de escolta y uno
tradicional consiste en que este último cuenta con el 'ala aérea' de
mayor tamaño", explicó.
Jramchijin también expresó que esta medida
de EEUU no acarreará cambios estructurales en la Marina norteamericana,
debido a que el país todavía no posee el suficiente número de buques de
asalto anfibio ni de cazas F-35. Sin embargo, es muy probable que el
Pentágono equipe los futuros buques con cazas de quinta generación,
concluyó.AYUDANOS A COMPARTIR LO QUE MUCHOS MEDIOS ESCONDEN.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario