Estamos
asistiendo a los preparativos, por ambas partes en conflicto, de la
primera gran batalla en toda la historia desde la Transición entre
Democracia y Neofranquismo, entre República y Monarquía Borbónica.
Durante los años pasados, las batallas políticas, los conflictos, se enmarcaban en lo que podríamos denominar, haciendo un símil con la terminología militar, guerra de guerrillas; en ese contexto hubo procesos muy importantes sin los cuales el escenario actual sería difícilmente existente. Nos referimos a las resistencias populares en los inicios de la Transición al proyecto de Reforma del Franquismo, que cristalizó en la Constitución-Régimen del 78; en Euskal Herria, Galicia, Castilla y otros Pueblos del estado.
Nos referimos a las movilizaciones contra la guerra de Irak y en especial a la participación del Estado español en ella. Nos referimos a las movilizaciones del 15M, pero muy especialmente a las de la Coordinadora 25S (Rodea el Congreso) que fueron madurando hacia un movimiento claramente destituyente y republicano, tal como queda reflejado en todas las convocatorias de los últimos tiempos. Nos referimos a la reactivación del movimiento soberanista en diversos Pueblos del Estado español en los últimos años. Nos referimos a la victoria política que supuso la legalización de la candidatura de Iniciativa Internacionalista - La Solidaridad entre los Pueblos en el año 2009. Nos referimos a la lucha contra el patriarcado y la violencia de género.
En Cataluña se dan las condiciones para pasar de esa guerra de guerrillas política a una guerra política de posiciones, que es en lo que estamos.
El Régimen va a poner toda la carne en el asador para ganar lo que podemos llamar la batalla del 1 octubre, aunque probablemente se sustancie en parte con anterioridad. Y posiblemente desde el punto de vista técnico la podrán ganar, pero desde el punto de vista político la tienen perdida con toda seguridad.
Desde el movimiento democrático – republicano en Madrid y en el conjunto de Castilla, tenemos una gran oportunidad para sacar el mayor provecho de esta coyuntura. No es sólo, ni principalmente, cuestión de expresar nuestro apoyo y solidaridad con la lucha democrática de Cataluña, que también. Se trata fundamentalmente de dar un paso adelante en la articulación del movimiento popular en Castilla, alrededor de nuestras propias reivindicaciones, que no son otras que las del movimiento comunero del siglo XXI.
En cuanto a la tercera vía (PSOE y Podemos), si de verdad quisieran hacer algo, lo tienen en bandeja: la aritmética parlamentaria da para echar al PP y a Mariano Rajoy y articular un acuerdo desde un nuevo gobierno con Cataluña para la realización de un referéndum pactado. Pero es que simplemente no quieren aportar soluciones, entre otras cosas porque no comprenden la auténtica realidad de la situación, aparte de la falta de voluntad política para introducir un auténtico proceso de cambios en el actual Régimen.
El 2 de octubre no nos encontraremos ante una continuidad del 1 de octubre, tal como una buena parte de los medios de comunicación en línea con la tercera vía nos quieren hacer creer. El 2 de octubre marcará el inicio de una nueva coyuntura, de un nuevo ciclo político. En este nuevo ciclo político que se abrirá, el papel del movimiento popular castellano será de gran importancia.
Izquierda Castellana
Castilla a 29 de agosto de 2017
Durante los años pasados, las batallas políticas, los conflictos, se enmarcaban en lo que podríamos denominar, haciendo un símil con la terminología militar, guerra de guerrillas; en ese contexto hubo procesos muy importantes sin los cuales el escenario actual sería difícilmente existente. Nos referimos a las resistencias populares en los inicios de la Transición al proyecto de Reforma del Franquismo, que cristalizó en la Constitución-Régimen del 78; en Euskal Herria, Galicia, Castilla y otros Pueblos del estado.
Nos referimos a las movilizaciones contra la guerra de Irak y en especial a la participación del Estado español en ella. Nos referimos a las movilizaciones del 15M, pero muy especialmente a las de la Coordinadora 25S (Rodea el Congreso) que fueron madurando hacia un movimiento claramente destituyente y republicano, tal como queda reflejado en todas las convocatorias de los últimos tiempos. Nos referimos a la reactivación del movimiento soberanista en diversos Pueblos del Estado español en los últimos años. Nos referimos a la victoria política que supuso la legalización de la candidatura de Iniciativa Internacionalista - La Solidaridad entre los Pueblos en el año 2009. Nos referimos a la lucha contra el patriarcado y la violencia de género.
En Cataluña se dan las condiciones para pasar de esa guerra de guerrillas política a una guerra política de posiciones, que es en lo que estamos.
El Régimen va a poner toda la carne en el asador para ganar lo que podemos llamar la batalla del 1 octubre, aunque probablemente se sustancie en parte con anterioridad. Y posiblemente desde el punto de vista técnico la podrán ganar, pero desde el punto de vista político la tienen perdida con toda seguridad.
Desde el movimiento democrático – republicano en Madrid y en el conjunto de Castilla, tenemos una gran oportunidad para sacar el mayor provecho de esta coyuntura. No es sólo, ni principalmente, cuestión de expresar nuestro apoyo y solidaridad con la lucha democrática de Cataluña, que también. Se trata fundamentalmente de dar un paso adelante en la articulación del movimiento popular en Castilla, alrededor de nuestras propias reivindicaciones, que no son otras que las del movimiento comunero del siglo XXI.
En cuanto a la tercera vía (PSOE y Podemos), si de verdad quisieran hacer algo, lo tienen en bandeja: la aritmética parlamentaria da para echar al PP y a Mariano Rajoy y articular un acuerdo desde un nuevo gobierno con Cataluña para la realización de un referéndum pactado. Pero es que simplemente no quieren aportar soluciones, entre otras cosas porque no comprenden la auténtica realidad de la situación, aparte de la falta de voluntad política para introducir un auténtico proceso de cambios en el actual Régimen.
El 2 de octubre no nos encontraremos ante una continuidad del 1 de octubre, tal como una buena parte de los medios de comunicación en línea con la tercera vía nos quieren hacer creer. El 2 de octubre marcará el inicio de una nueva coyuntura, de un nuevo ciclo político. En este nuevo ciclo político que se abrirá, el papel del movimiento popular castellano será de gran importancia.
Izquierda Castellana
Castilla a 29 de agosto de 2017
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