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reporteindigo.comLos nuevos populismos de América
Mariana Recamier
El populismo es la ideología política que utiliza a las clases
populares. Esta apuesta actualmente incluye gobiernos de derecha e
izquierda que son considerados populistas porque sus presidentes aluden a
las clases bajas en sus discursos y en sus políticas públicas.
Internacionalistas y científicos sociales opinan que presidentes tan
diferentes como Donald Trump y Nicolás Maduro tienen en común que los
dos utilizaron al pueblo para llegar al poder.
El primer problema cuando se habla de populismo es que parece que no es un término claro. La definición de la Real Academia Española es breve y deja muchos huecos a la interpretación. Con la frase “tendencia política que pretende atraerse a las clases populares” no se especifican aspectos como las consecuencias de estas ideas.
“El populismo es una corriente ideológica que enfatiza el caudillismo por una parte y el dispendio económico por otra y que tiene que ver con la solución en el corto plazo de algunos problemas estructurales de un país”, dijo Alejandro Díaz, doctor en ciencias sociales y profesor e investigador del Tecnológico de Monterrey en Toluca.
El académico agregó a su definición que el líder populista busca encontrar en el “pueblo” un apoyo sobre todo en cuestiones electorales. El investigador mencionó que un jefe de Estado de este tipo siempre busca culpables más allá de su gobierno, tales como el empresariado y la oligarquía en el caso de un populismo de izquierdas. Cuando esta ideología se aplica desde la derecha, los problemas se relacionan con quienes pueden provocar que las personas de un país se queden sin trabajo o tengan la percepción de inseguridad.
Por otra parte, la doctora en relaciones internacionales Arlene Ramírez Uresti ofreció una definición más cercana a la teoría y al uso del término en diferentes contextos y momentos históricos.
“El populismo en realidad es un término que podría definirse como la antítesis de las elites. Es ese pensamiento antagónico al clasismo y que en realidad en estricta teoría podría ser llamado la voz de los olvidados, la voz del patriotismo y de ese ‘heroísmo revolucionario’ que ha surgido a lo largo del siglo XX en muchas latitudes, aunque evidentemente el primer referente que se tiene es la Revolución francesa con esta idea de tener un gobierno que no sea central a las minorías, sino que busca el bienestar de las mayorías aparentemente”, explicó la internacionalista.
Por otra parte, la doctora en relaciones internacionales comentó que una característica importante del populismo es la generación de la polarización en el tejido social, es decir, esta ideología fragmenta a las sociedades en grupos que opinan completamente distinto. También mencionó que estas ideas pueden ser especialmente peli grosas cuando se combinan con posturas de derecha.
“Otro riesgo del populismo es que se asocia populismo con izquierda y no necesariamente. También hay gobiernos populistas de derecha, eso se llama fascismo y se llamó en su momento nazismo… hoy en día se llama Donald Trump”, afirmó Ramírez Uresti.
El investigador del Tecnológico de Monterrey en Toluca consideró que esta ideología ya demostró en algunas naciones de Latinoamérica “la pésima gestión económica” a la que se llega con políticas públicas populistas. El profesor aseguró que algunos de los regímenes populistas actuales se encuentran en Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia.
“Un gobierno populista no se mide en el gasto público ni toma en cuenta la autonomía del banco central de un país y por lo tanto puede emitir dinero como se le antoje o como la crisis se lo demande. Solamente en abril la inflación de Venezuela fue del 80 por ciento y eso es consecuencia de medidas que buscan satisfacer en el muy corto plazo las expectativas de la población”, explicó Díaz.
En el mismo sentido, Ramírez Uriarte mencionó que el populismo más riesgoso que hay en América Latina es el de Venezuela por la urgencia humanitaria que ya existe en este país. “Nicolás Maduro está pensando en mantenerse en el poder y en legitimar su gobierno a partir de un discurso populista en el que dice que está beneficiando a los más pobres”, argumentó la internacionalista.
A partir del ejemplo de Hugo Chávez, Ramírez Uriarte señaló- que uno de los problemas más grandes que provocan los líderes populistas es una decadencia de las instituciones. La especialista expuso que el expresidente de Venezuela atentó contra las instituciones gubernamentales para lograr mantenerse en el poder. El exmandatario modificó por decreto la constitución para autonombrarse el jefe absoluto y constitucional del país sudamericano.
“Ya no había forma de que el Congreso le cuestionara el plan de gobierno, el presupuesto, los programas sociales, entonces ese es el gran riesgo del populismo a lo largo de la historia”, aseguró la doctora en relaciones internacionales.
“No importa si es de izquierda o derecha el populismo es ultranacionalista. Los malos son los que no son mayoría porque son traidores a la patria”, explicó la doctora en relaciones internacionales.
Como en el caso de Trump, los populismos del mundo suelen ser antimigrantes porque consideran a los extranjeros una amenaza.
“Para el populismo el migrante es una amenaza, el migrante es el que llega a robarle el trabajo a alguien nacional, es quien representa la enajenación de la riqueza nacional en manos extranjeras”, finalizó Ramírez Uriarte.
Desde principios de esta década, movimientos y partidos antes pequeños como el FN francés, la Liga del Norte italiana, el PVV holandés y el UKIP británico comenzaron a salir de la marginalidad y a ganar apoyos de las víctimas de la crisis financiera y de la zona euro. Los líderes de estos partidos culpaban a la Unión Europea, a las élites políticas y a la inmigración de todos los males de la sociedad.
De acuerdo al informe, hay dos hipótesis sobre el origen de estos nuevos populismos: por una parte estaría la de los votantes de clases medias empobrecidas y sin expectativas de futuro e incluso antigua clase trabajadora y dependientes de las ayudas sociales que culpan a la globalización económica y a la deslocalización de la economía de sus desgracias.
La Fundación porCausa afirmó en su informe que el populismo está presente en Europa debido a elementos identitarios y culturales, así como el odio al extranjero y a lo diferente. Estas nuevos populismos están colocando el mensaje antinmigración y en particular el discurso islamófobo en el centro de los programas electorales, con el pretexto de salvaguardar la seguridad y el orden público.
La mayoría de los partidos populistas europeos tiene una corta historia, con una militancia muy escasa, en comparación de los tradicionales y un perfil emocional muy elevado.
“Tratan de captar el descontento del elector por encima de los credos o ideologías, con programas ambiguos y simplistas, con líderes carismáticos de tipo paternalista o caudillista, muy presentes en las redes y los medios”, describe el informe a estos partidos populistas.
Por otra parte, los nuevos populismos son tan heterogéneos que es difícil establecer una clara tipología o ideario pero lo que tienen en común es su “discurso anti”, es decir, se unen contra algo, su potencial no es creativo sino obstructivo.
Son antieuropeos. Rechazan una mayor integración europea, la unión monetaria y a todo lo que implique algún control de la soberanía nacional. En todos los nuevos populismos aparece la eurofobia como punto común, bien por el odio a las elites burocráticas de Bruselas, a la cesión de soberanía y pérdida de la identidad nacional o por la apertura de fronteras que implica Schengen.
Son antinmigración. Ven al inmigrante como peligro para la identidad nacional. De acuerdo al informe, el populismo de derechas no es un fenómeno coyuntural o temporal sino que parece haber llegado para quedarse mediante la consolidación de los ya afianzados, con la creación de otros nuevos o incluso dominando la retórica de los partidos tradicionales, que para sobrevivir se adaptan a esta nueva forma de hacer política.
El primer problema cuando se habla de populismo es que parece que no es un término claro. La definición de la Real Academia Española es breve y deja muchos huecos a la interpretación. Con la frase “tendencia política que pretende atraerse a las clases populares” no se especifican aspectos como las consecuencias de estas ideas.
“El populismo es una corriente ideológica que enfatiza el caudillismo por una parte y el dispendio económico por otra y que tiene que ver con la solución en el corto plazo de algunos problemas estructurales de un país”, dijo Alejandro Díaz, doctor en ciencias sociales y profesor e investigador del Tecnológico de Monterrey en Toluca.
El académico agregó a su definición que el líder populista busca encontrar en el “pueblo” un apoyo sobre todo en cuestiones electorales. El investigador mencionó que un jefe de Estado de este tipo siempre busca culpables más allá de su gobierno, tales como el empresariado y la oligarquía en el caso de un populismo de izquierdas. Cuando esta ideología se aplica desde la derecha, los problemas se relacionan con quienes pueden provocar que las personas de un país se queden sin trabajo o tengan la percepción de inseguridad.
Por otra parte, la doctora en relaciones internacionales Arlene Ramírez Uresti ofreció una definición más cercana a la teoría y al uso del término en diferentes contextos y momentos históricos.
“El populismo en realidad es un término que podría definirse como la antítesis de las elites. Es ese pensamiento antagónico al clasismo y que en realidad en estricta teoría podría ser llamado la voz de los olvidados, la voz del patriotismo y de ese ‘heroísmo revolucionario’ que ha surgido a lo largo del siglo XX en muchas latitudes, aunque evidentemente el primer referente que se tiene es la Revolución francesa con esta idea de tener un gobierno que no sea central a las minorías, sino que busca el bienestar de las mayorías aparentemente”, explicó la internacionalista.
“El trasfondo político del populismo es el discurso y siempre busca favorecer a un grupo que quiere llegar al poder”Ramírez Uresti sumó a su descripción que el populismo es una ideología que está en contra del empresariado, la clase media y los inversionistas. “El trasfondo político del populismo es el discurso y siempre busca favorecer a un grupo que quiere llegar al poder”, mencionó la especialista.
- Arlene Ramírez Uresti
Doctora en relaciones internacionales
Por otra parte, la doctora en relaciones internacionales comentó que una característica importante del populismo es la generación de la polarización en el tejido social, es decir, esta ideología fragmenta a las sociedades en grupos que opinan completamente distinto. También mencionó que estas ideas pueden ser especialmente peli grosas cuando se combinan con posturas de derecha.
“Otro riesgo del populismo es que se asocia populismo con izquierda y no necesariamente. También hay gobiernos populistas de derecha, eso se llama fascismo y se llamó en su momento nazismo… hoy en día se llama Donald Trump”, afirmó Ramírez Uresti.
La ideología populista no ha funcionado hasta ahora
Para los dos académicos, el populismo ya demostró que no funciona mediante la experiencia de los líderes latinoamericanos que han aplicado esta ideología en sus gobiernos. De acuerdo al científico social y la internacionalista, este pensamiento ha provocado que diferentes naciones tengan crisis económicas y humanitarias.El investigador del Tecnológico de Monterrey en Toluca consideró que esta ideología ya demostró en algunas naciones de Latinoamérica “la pésima gestión económica” a la que se llega con políticas públicas populistas. El profesor aseguró que algunos de los regímenes populistas actuales se encuentran en Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia.
“Un gobierno populista no se mide en el gasto público ni toma en cuenta la autonomía del banco central de un país y por lo tanto puede emitir dinero como se le antoje o como la crisis se lo demande. Solamente en abril la inflación de Venezuela fue del 80 por ciento y eso es consecuencia de medidas que buscan satisfacer en el muy corto plazo las expectativas de la población”, explicó Díaz.
En el mismo sentido, Ramírez Uriarte mencionó que el populismo más riesgoso que hay en América Latina es el de Venezuela por la urgencia humanitaria que ya existe en este país. “Nicolás Maduro está pensando en mantenerse en el poder y en legitimar su gobierno a partir de un discurso populista en el que dice que está beneficiando a los más pobres”, argumentó la internacionalista.
A partir del ejemplo de Hugo Chávez, Ramírez Uriarte señaló- que uno de los problemas más grandes que provocan los líderes populistas es una decadencia de las instituciones. La especialista expuso que el expresidente de Venezuela atentó contra las instituciones gubernamentales para lograr mantenerse en el poder. El exmandatario modificó por decreto la constitución para autonombrarse el jefe absoluto y constitucional del país sudamericano.
“Ya no había forma de que el Congreso le cuestionara el plan de gobierno, el presupuesto, los programas sociales, entonces ese es el gran riesgo del populismo a lo largo de la historia”, aseguró la doctora en relaciones internacionales.
El populismo de Trump
El actual presidente de Estados Unidos también es populista. Ramírez Uriarte afirmó que el populismo de Donald Trump se puede sintetizar en una frase: “Make America Great Again”. La especialista describió que la ideología populista del mandatario estadounidense tiene dos ejes importantes: el racial y el nacionalismo.“No importa si es de izquierda o derecha el populismo es ultranacionalista. Los malos son los que no son mayoría porque son traidores a la patria”, explicó la doctora en relaciones internacionales.
Como en el caso de Trump, los populismos del mundo suelen ser antimigrantes porque consideran a los extranjeros una amenaza.
“Para el populismo el migrante es una amenaza, el migrante es el que llega a robarle el trabajo a alguien nacional, es quien representa la enajenación de la riqueza nacional en manos extranjeras”, finalizó Ramírez Uriarte.
Los populismos de derecha en Europa
El discurso antinmigración es común en varios movimientos y partidos europeos. Esta hostilidad está en los llamados nuevos populismos de derecha, según el informe “El auge de la xenofobia populista en Europa” de la Fundación por Causa.Actualmente hay partidos en Europa con ideas populistas de derecha. Estas agrupaciones políticas tienen propuestas en contra de los migrantes y son antierupeosA partir de los años 90, partidos populistas de derecha obtuvieron representación parlamentaria en Europa, tal es el caso de países como Francia, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Estonia y Rumania. Otros entraron en coaliciones de gobierno tales como Suiza, Austria, Grecia, Eslovaquia, Lituania, Letonia, los Países Bajos, Italia e incluso gobernaron en solitario como en el caso de Hungría y Polonia.
Desde principios de esta década, movimientos y partidos antes pequeños como el FN francés, la Liga del Norte italiana, el PVV holandés y el UKIP británico comenzaron a salir de la marginalidad y a ganar apoyos de las víctimas de la crisis financiera y de la zona euro. Los líderes de estos partidos culpaban a la Unión Europea, a las élites políticas y a la inmigración de todos los males de la sociedad.
De acuerdo al informe, hay dos hipótesis sobre el origen de estos nuevos populismos: por una parte estaría la de los votantes de clases medias empobrecidas y sin expectativas de futuro e incluso antigua clase trabajadora y dependientes de las ayudas sociales que culpan a la globalización económica y a la deslocalización de la economía de sus desgracias.
La Fundación porCausa afirmó en su informe que el populismo está presente en Europa debido a elementos identitarios y culturales, así como el odio al extranjero y a lo diferente. Estas nuevos populismos están colocando el mensaje antinmigración y en particular el discurso islamófobo en el centro de los programas electorales, con el pretexto de salvaguardar la seguridad y el orden público.
La mayoría de los partidos populistas europeos tiene una corta historia, con una militancia muy escasa, en comparación de los tradicionales y un perfil emocional muy elevado.
“Tratan de captar el descontento del elector por encima de los credos o ideologías, con programas ambiguos y simplistas, con líderes carismáticos de tipo paternalista o caudillista, muy presentes en las redes y los medios”, describe el informe a estos partidos populistas.
Los partidos populistas plantean propuestas islamófobas antimigrantes con el pretexto de salvaguardar la seguridadEstos nuevos agrupaciones políticas manifiestan su opinión en todos los temas de actualidad obligando a los líderes de otros partidos tradicionales a adoptar una posición defensiva e incluso a contagiarse de su retórica para no quedar fuera del debate.
Por otra parte, los nuevos populismos son tan heterogéneos que es difícil establecer una clara tipología o ideario pero lo que tienen en común es su “discurso anti”, es decir, se unen contra algo, su potencial no es creativo sino obstructivo.
Son antieuropeos. Rechazan una mayor integración europea, la unión monetaria y a todo lo que implique algún control de la soberanía nacional. En todos los nuevos populismos aparece la eurofobia como punto común, bien por el odio a las elites burocráticas de Bruselas, a la cesión de soberanía y pérdida de la identidad nacional o por la apertura de fronteras que implica Schengen.
Son antinmigración. Ven al inmigrante como peligro para la identidad nacional. De acuerdo al informe, el populismo de derechas no es un fenómeno coyuntural o temporal sino que parece haber llegado para quedarse mediante la consolidación de los ya afianzados, con la creación de otros nuevos o incluso dominando la retórica de los partidos tradicionales, que para sobrevivir se adaptan a esta nueva forma de hacer política.
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