miércoles, 9 de mayo de 2018

Ni los fines de la Revolución Francesa ni la Mexicana se han cumplido

I. Por ahí, como los auténticos grillos con su monótono canto nocturno y para dárselas de ilustrado, uno de los candidatos presidenciales mencionó que los fines políticos de la Revolución Francesa ya estaban agotados. Que se habían cumplido. Lo cual es una tontería rayando en la estupidez, pues en lo que respecta a los derechos del hombre y del ciudadano hay un reclamo generalizado en nuestro país ante los graves abusos de funcionarios de todo nivel que, con sus policías, militares y demás órganos de represión, constantemente violentan los derechos humanos. En este seguimiento, igual pasa con la Revolución Mexicana de 1910-1917, ya que, con todo y las contrarreformas a la Constitución (¡y van más de 700!), sus fines políticos, económicos y sociales permanecen como conquistas que no se han cumplido. Es el pueblo mexicano, integrado por los pobres: indígenas, campesinos, trabajadores, empleados y toda la población de los casi 100 millones que son (el resto: 30 millones no padecen esas desgracias), quien sufren hambre, bajos salarios, explotación laboral (por parte de los Slim, Larrea, banqueros, etcétera) y demanda que la Constitución sea cumplida a 100 años de su expedición.
II. Las revoluciones Francesa (1789) y Mexicana (1910) siguen siendo piedras de toque para las reivindicaciones del pueblo que ha radicalizado su populismo, ante la indiferencia de la democracia representativa que no atiende a la democracia directa. Y es que estando ya en los poderes, los funcionarios se olvidan| incluso de sus promesas y compromisos, para gobernar solamente para la clase superior con arreglo al neoliberalismo económico, postergando los derechos del neoliberalismo político que radicaliza el haz de derechos individuales y colectivos contra el enriquecimiento de las élites empresariales. Y los millonarios con los multimillonarios. Es tal el atraso mexicano que las conquistas de las Revoluciones Francesa y Mexicana, de 1789 a 1910, continúan siendo sólo anhelos, deseos de nuestra nación. Así que el despistado candidato presidencial que afirmó semejante babosada históricamente ni siquiera está en la Luna como lunático, sino que es dueño de una ignorancia política total.
III. Así que la imprudente afirmación sobre que los fines de esas dos revoluciones: la grandiosa de la Francia que le cortó la cabeza al rey de “el Estado soy yo”. Y la mexicana de indignación popular que echó del poder al porfiriato, enquistado en el poder por más de 3 décadas y atrincherado en un férreo poder absoluto, son dos hechos sin actualidad, ha sido una estupidez política. Pues en nuestro país más que nunca se demanda que los derechos humanos se respeten. Así que las conquistas francesa y mexicana son plenamente vigentes para implantar los derechos del hombre y del ciudadano contemplados en nuestra Constitución; y que aún esperamos que se realicen sin cortapisas. Y por eso, el programa francés y el mexicano todavía son una exigencia para completar la legitimidad democrática. El 1789 es el 1910 de los mexicanos, a 108 años de nuestra Revolución y a 101 años de la vigencia de la Constitución.
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