Twitter reconoce su sesgo de izquierdas mientras defiende su neutralidad política.
De entre todos los servicios de internet y redes sociales, Twitter ha sido el que más acusaciones ha recibido por tratar a los usuarios de forma distinta dependiendo de su ideología, en especial durante los últimos meses. No tanto en España, donde parece existir cierto consenso en que los posibles sesgos que puede sufrir son más debidos al deficiente funcionamiento de su algoritmo para dirimir disputas y la falta de supervisión humana, pero sí en Estados Unidos.
De entre todos los servicios de internet y redes sociales, Twitter ha sido el que más acusaciones ha recibido por tratar a los usuarios de forma distinta dependiendo de su ideología, en especial durante los últimos meses. No tanto en España, donde parece existir cierto consenso en que los posibles sesgos que puede sufrir son más debidos al deficiente funcionamiento de su algoritmo para dirimir disputas y la falta de supervisión humana, pero sí en Estados Unidos.
Al poco de comenzar el año, una serie de vídeos grabados con cámara
oculta mostraron que sus empleados reconocían que Twitter practicaba el
llamado shadow banning o censura silenciosa. “La idea de una censura
silenciosa es quete permite expulsar a alguien sin que sepa que le has
echado, porque puede seguir escribiendo pero nadie ve lo que escribe.
Simplemente se creen que nadie interactúa con ellos, cuando en realidad
nadie les está viendo”, afirmaba un antiguo programador de la empresa.
Otros empleados reconocían que esa práctica se dirigía fundamentalmente
hacia tuiteros de derechas, tanto si la revisión se hacía manualmente
como si se encargaba de ello un algoritmo.Pero quizá el mayor golpe a la
credibilidad de Twitter como un foro neutral fue la revelación de Vice
–publicación nada sospechosa de simpatías derechistas– de que la red
social había hecho desaparecer a un buen número de políticos
republicanos de su buscador, sin que la medida afectara a ningún
demócrata. Tras la publicación de la noticia Twitter reaccionó
corrigiendo el problema y lanzando un comunicado en el que negaba
practicar la censura silenciosa, pero reconocía que en ocasiones impedía
que los mensajes de algunos tuiteros se vieran fuera de su perfil, que
es exactamente lo que numerosos activistas y opinadores denunciaban como
shadow banning.
Este tipo de prácticas ha llevado al Congreso a considerar convocar a Jack Dorsey, cofundador y actual consejero delegado de la compañía, para responder a las alegaciones de discriminación de los conservadores en Twitter. El mes que viene deberá acudir al Comité de Inteligencia del Senado para declarar sobre la interferencia de Rusia en las pasadas elecciones presidenciales. Recientemente fue criticado desde la izquierda por ser Twitter la única plataforma relevante que no expulsó al conspiranoico Alex Jones, a quien posteriormente castigó con una semana sin publicar. En este contexto concedió el sábado una entrevista a CNN donde ha “admitido completamente” el sesgo presente en su empresa:
Necesitamos mostrar constantemente que no estamos agregando nuestro propio sesgo, que admito completamente que se inclina más a la izquierda. […] Pero la verdadera pregunta detrás de esa pregunta es: ¿hacemos algo siguiendo nuestra ideología o punto de vista político? Y no lo hacemos. Punto.
Hace unos meses, Jack Dorsey compartió en Twitter y calificó de “buena lectura” un artículo que abogaba por la imposición de una suerte de democracia de partido único en la que sólo la izquierda pudiera gobernar, proponiendo California como modelo. Dorsey quiere que creamos que ese tipo de sesgo no afecta al funcionamiento de la red social, y que Twitter no se va a convertir en algo parecido al modelo de gobernanza que quiere para Estados Unidos.
Por su parte, Donald Trump tuiteó que su administración no va a permitir que los grandes de internet “silencien las voces” de la derecha. Pero está por ver que vaya a hacer algo al respecto.
Fuente: Libertad digitalEste tipo de prácticas ha llevado al Congreso a considerar convocar a Jack Dorsey, cofundador y actual consejero delegado de la compañía, para responder a las alegaciones de discriminación de los conservadores en Twitter. El mes que viene deberá acudir al Comité de Inteligencia del Senado para declarar sobre la interferencia de Rusia en las pasadas elecciones presidenciales. Recientemente fue criticado desde la izquierda por ser Twitter la única plataforma relevante que no expulsó al conspiranoico Alex Jones, a quien posteriormente castigó con una semana sin publicar. En este contexto concedió el sábado una entrevista a CNN donde ha “admitido completamente” el sesgo presente en su empresa:
Necesitamos mostrar constantemente que no estamos agregando nuestro propio sesgo, que admito completamente que se inclina más a la izquierda. […] Pero la verdadera pregunta detrás de esa pregunta es: ¿hacemos algo siguiendo nuestra ideología o punto de vista político? Y no lo hacemos. Punto.
Hace unos meses, Jack Dorsey compartió en Twitter y calificó de “buena lectura” un artículo que abogaba por la imposición de una suerte de democracia de partido único en la que sólo la izquierda pudiera gobernar, proponiendo California como modelo. Dorsey quiere que creamos que ese tipo de sesgo no afecta al funcionamiento de la red social, y que Twitter no se va a convertir en algo parecido al modelo de gobernanza que quiere para Estados Unidos.
Por su parte, Donald Trump tuiteó que su administración no va a permitir que los grandes de internet “silencien las voces” de la derecha. Pero está por ver que vaya a hacer algo al respecto.
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