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El tren maya partió sin el pueblo... con la cúpula a bordo
Autor:
Álvaro Cepeda Neri *
I. La ruta propuesta para el recorrido turístico del tren maya
afectará a varias comunidades indígenas y muchos otros pobladores que no
han sido tomados en cuenta por la cúpula del poder lópezobradorista y cinco desgobernadores:
tres de los de antes y dos del futuro, con el senador y gobernador
Manuel Velasco, dos cargos de elección por obra y gracia del Movimiento
de Regeneración Nacional, partido que ha postulado tomar al pueblo como
un actor principalísimo. El tren correrá de Cancún a Palenque a lo largo
de Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Chiapas y, muy de pasada, Tabasco.
El caso es que como reforma estructural de Andrés Manuel López Obrador
(Enrique Peña se lució con 11 reformas que han servido para maldita la
cosa, empezando por la educativa y la energética), se ha planeado como
fuente de trabajo para esas entidades y como turismo nacional e
internacional. Pero los residentes afectados, a quienes no se ha tomado
en cuenta, ya han protestado; pues parece que todo se sigue proyectando
en la cúpula política, como es costumbre del autoritarismo y
entendimiento con los inversionistas. ¿Hay que cambiarlo todo para que
todo permanezca igual?
II. Ya se festeja que los gobernadores citados se hayan reunido con López Obrador para convenir lo que se ha decidido, y los de abajo deben acatar aunque protesten. La democracia representativa salida de las urnas no tiene conexión con la democracia directa. Es un cero a la izquierda, como lo fue con la derecha. Tal vez el proyecto es, en verdad, un jonrón administrativo, para usar la figura beisbolera a la que es tan afecto el presidente electo. Empero, éste dijo que el pueblo sería un actor del nuevo modo de tomar decisiones. El priista desgobernador de Campeche, ya alineado con Morena, echó las campanas a vuelo. Igual Manuel Velasco sin pizca de vergüenza por la transa corrupta que realizó con los legisladores lópezobradoristas, estuvo en Palenque con su guayabera para apoyar el arranque del proyecto en 2019 que, en principio, requiere una inversión de 150 mil millones de pesos y ya hay, para empezar, 16 mil millones. O sea que la obra ferrocarrilera estará en marcha dentro de cuatro meses.
III. Así que el tren maya partirá sin el pueblo. Éste tendrá que esperar para abordarlo; mientras, contratarán a quienes necesiten empleo como mano de obra y será su recompensa a cambio de no chistar. Las comunidades indígenas serán sometidas, como ha sucedido cada vez que argumentan en defensa de la ecología y sus tradiciones…, porque saldrán beneficiados a cambio de su devastación. La construcción del tren maya está decidida y no hay marcha atrás. El pueblo ya no es actor ni ha de ser consultado, pues en la cúpula del presidencialismo electo lo que cuenta es lo que digan los de esa élite. El pueblo es espectador pasivo en lo que decidan los gobernadores, AMLO y los inversionistas para el plan del sureste. Así que partirá el tren contentándose con que los contraten como obreros del capitalismo ferroviario, en cuanto los contratos de la licitación tengan lugar para la gran obra estructural del lópezobradorismo.
cepedaneri@prodigy.net.mx
II. Ya se festeja que los gobernadores citados se hayan reunido con López Obrador para convenir lo que se ha decidido, y los de abajo deben acatar aunque protesten. La democracia representativa salida de las urnas no tiene conexión con la democracia directa. Es un cero a la izquierda, como lo fue con la derecha. Tal vez el proyecto es, en verdad, un jonrón administrativo, para usar la figura beisbolera a la que es tan afecto el presidente electo. Empero, éste dijo que el pueblo sería un actor del nuevo modo de tomar decisiones. El priista desgobernador de Campeche, ya alineado con Morena, echó las campanas a vuelo. Igual Manuel Velasco sin pizca de vergüenza por la transa corrupta que realizó con los legisladores lópezobradoristas, estuvo en Palenque con su guayabera para apoyar el arranque del proyecto en 2019 que, en principio, requiere una inversión de 150 mil millones de pesos y ya hay, para empezar, 16 mil millones. O sea que la obra ferrocarrilera estará en marcha dentro de cuatro meses.
III. Así que el tren maya partirá sin el pueblo. Éste tendrá que esperar para abordarlo; mientras, contratarán a quienes necesiten empleo como mano de obra y será su recompensa a cambio de no chistar. Las comunidades indígenas serán sometidas, como ha sucedido cada vez que argumentan en defensa de la ecología y sus tradiciones…, porque saldrán beneficiados a cambio de su devastación. La construcción del tren maya está decidida y no hay marcha atrás. El pueblo ya no es actor ni ha de ser consultado, pues en la cúpula del presidencialismo electo lo que cuenta es lo que digan los de esa élite. El pueblo es espectador pasivo en lo que decidan los gobernadores, AMLO y los inversionistas para el plan del sureste. Así que partirá el tren contentándose con que los contraten como obreros del capitalismo ferroviario, en cuanto los contratos de la licitación tengan lugar para la gran obra estructural del lópezobradorismo.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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