El
pasado lunes 22, el magnate Carlos Slim dio una conferencia sobre el
Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM). En esta,
aseguró respecto a la próxima consulta que se realizará entre el 25 y 28
de octubre que: “En cualquiera de los dos casos, ya sea que el
aeropuerto finalmente siga en Texcoco o se lleve a Santa Lucía –ambas
ubicaciones en el estado de México–, sería conveniente que se haga una
licitación para que sea operado por privados, incluidos expertos
internacionales…” (Ver: http://goo.gl/Uekfmg).
El presidente de Grupo Carso, además señaló, al puro estilo de un político de izquierdas: “necesitamos fortalecer la economía y el mercado interno, como ahora hace China y México lo hizo hace 50 años”. De hecho, en su discurso, llegó a decir: “Hay que depender más de nosotros mismos” Lo que no dice el capitalista más reconocido de México, es que a partir de 1982, con Miguel de la Madrid, el Estado mexicano aceptó recibir préstamos internacionales, con la obligación de hacer recortes estructurales en el Estado de Bienestar, firmar tratados de libre comercio y privatizar sus empresas públicas. De esta manera, se benefició principalmente al capital financiero nacional e internacional, trayendo la miseria a las clases populares. Por ejemplo, en 1990, Carlos Salinas de Gortari, comenzó a privatizar Telmex y se la vendió a Carlos Slim. Operación que lo catapultó como uno de los hombres más ricos del planeta. (Ver: https://goo.gl/XwZMhn).
Ahora que el magnate ha amasado una riqueza considerable, entonces, aprovecha para pedir que se proteja el mercado interno. La gran omisión consiste en que las riquezas de ese mercado interno desprotegido (neoliberalismo) o protegido (proteccionismo), van a parar sólo a la élite del país. Que Slim plantee que se proteja el mercado interno y que además se le concesione a la iniciativa privada las operaciones del NAICM, significa lo mismo de siempre. Privatizar las ganancias y hacer públicas las pérdidas.
Para la élite empresarial, el NAICM es un negocio redondo y nos intentan convencer a base de bombardearnos mediáticos. Por ejemplo, para Juan Pardinas, director del Instituto Mexicano para la Competividad, el NAICM es “una obra necesaria e imprescindible para el funcionamiento de una economía moderna” “La saturación no solo es un problema económico, un problema de competitividad, es también un problema de seguridad, en 2014 se emitió una declaratoria de saturación porque en más de mil 800 veces se rebasó las 61 operaciones por hora; el aeropuerto está en los límites, es un tema de seguridad el postergar el nuevo aeropuerto” (Ver: https://goo.gl/ihPEmn) .
En 1970, Iván Illich, publicó en México “La Convivencialidad”, donde planteó su teoría de los umbrales: “A partir de un determinado umbral de desarrollo, una institución produce precisamente lo contrario de lo que, en teoría, es su fin”. En efecto, esta teoría ha sido comprobada una y otra vez. Las escuelas al crecer exponencialmente comienzan a colonizar el pensamiento, los hospitales enferman (iaotrogénesis) y los sistemas de transportes inmovilizan -el mejor ejemplo es la CDMX-. Los sistemas o instituciones, al crecer más allá de una escala humana controlable por la gente común, se vuelve contraria a su objetivo original. “El resultado es una sociedad cada vez más jerarquizada y más opresiva”.
Hija de esta reflexión es la propuesta del decrecimiento. Con una base científica seria, -basada en el estudio de la entropía-, propone “la disminución regular controlada de la producción económica, con el objetivo de establecer una relación de equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza”. Sostiene que el “desarrollo” no es capaz de salir de la camisa de fuerza del crecimiento económico, ya que necesita explotar a la gente y a la naturaleza para obtener beneficios económicos. Se trata además, de aprender a ser felices con un consumo menor y alternativo, que contribuya a sanar la Tierra. Esta línea de pensamiento sería la adecuada para tomar una decisión correcta, respecto al NAICM, en términos sociales, ecológicos y económicos.
Sin embargo, la lista de agravios ocasionada por el NAICM es ya impresionante: destrucción natural grave, afectación del tejido social, detenciones arbitrarias, sufrimiento, tortura sexual, asesinatos como ocurrió en el operativo que ordenó en el 2006 Enrique Peña Nieto cuando era gobernador del Estado de México. Además del reciente asesinato de Jesús Ramos Arreola, defensor del cerro de Tenayo, opositor a la obra (goo.gl/RUw9j4). Los intereses inmobiliarios se encuentran a la orden del día (goo.gl/P1vF3d). Además, aunque se gasten millones en tecnología, el NAICM de Texcoco está condenado a hundirse (goo.gl/wygBFb).
Una propuesta intermedia a la cancelación del megaproyecto podría ser la descentralización de los servicios aeropuertos. Distribuir la carga que se le quiere dar al NAICM en otros aeropuertos ya construidos. Así, se han pronunciado diferentes personalidades como el diputado morenista Jorge Romero Tenorio (Ver: goo.gl/qieMZv). En la misma línea, el arquitecto Roberto Eibenschutz, propone, cancelar el proyecto y “pensar en usar como alternativa otros aeropuertos del centro del país que están subutilizados; un claro ejemplo de ello es el de Toluca, que opera a la décima parte de su capacidad” (Ver: https://goo.gl/tefQTs). En definitiva, la sociedad debe de presionar durante la consulta para la cancelación del NAICM, el cuál beneficiará principalmente a la élite. #YoPrefieroElLago
Carlos Soledad. Doctor “Desarrollo, Sostenibilidad y Ecodiseño”
@CarlosSoledadM
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
El presidente de Grupo Carso, además señaló, al puro estilo de un político de izquierdas: “necesitamos fortalecer la economía y el mercado interno, como ahora hace China y México lo hizo hace 50 años”. De hecho, en su discurso, llegó a decir: “Hay que depender más de nosotros mismos” Lo que no dice el capitalista más reconocido de México, es que a partir de 1982, con Miguel de la Madrid, el Estado mexicano aceptó recibir préstamos internacionales, con la obligación de hacer recortes estructurales en el Estado de Bienestar, firmar tratados de libre comercio y privatizar sus empresas públicas. De esta manera, se benefició principalmente al capital financiero nacional e internacional, trayendo la miseria a las clases populares. Por ejemplo, en 1990, Carlos Salinas de Gortari, comenzó a privatizar Telmex y se la vendió a Carlos Slim. Operación que lo catapultó como uno de los hombres más ricos del planeta. (Ver: https://goo.gl/XwZMhn).
Ahora que el magnate ha amasado una riqueza considerable, entonces, aprovecha para pedir que se proteja el mercado interno. La gran omisión consiste en que las riquezas de ese mercado interno desprotegido (neoliberalismo) o protegido (proteccionismo), van a parar sólo a la élite del país. Que Slim plantee que se proteja el mercado interno y que además se le concesione a la iniciativa privada las operaciones del NAICM, significa lo mismo de siempre. Privatizar las ganancias y hacer públicas las pérdidas.
Para la élite empresarial, el NAICM es un negocio redondo y nos intentan convencer a base de bombardearnos mediáticos. Por ejemplo, para Juan Pardinas, director del Instituto Mexicano para la Competividad, el NAICM es “una obra necesaria e imprescindible para el funcionamiento de una economía moderna” “La saturación no solo es un problema económico, un problema de competitividad, es también un problema de seguridad, en 2014 se emitió una declaratoria de saturación porque en más de mil 800 veces se rebasó las 61 operaciones por hora; el aeropuerto está en los límites, es un tema de seguridad el postergar el nuevo aeropuerto” (Ver: https://goo.gl/ihPEmn) .
En 1970, Iván Illich, publicó en México “La Convivencialidad”, donde planteó su teoría de los umbrales: “A partir de un determinado umbral de desarrollo, una institución produce precisamente lo contrario de lo que, en teoría, es su fin”. En efecto, esta teoría ha sido comprobada una y otra vez. Las escuelas al crecer exponencialmente comienzan a colonizar el pensamiento, los hospitales enferman (iaotrogénesis) y los sistemas de transportes inmovilizan -el mejor ejemplo es la CDMX-. Los sistemas o instituciones, al crecer más allá de una escala humana controlable por la gente común, se vuelve contraria a su objetivo original. “El resultado es una sociedad cada vez más jerarquizada y más opresiva”.
Hija de esta reflexión es la propuesta del decrecimiento. Con una base científica seria, -basada en el estudio de la entropía-, propone “la disminución regular controlada de la producción económica, con el objetivo de establecer una relación de equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza”. Sostiene que el “desarrollo” no es capaz de salir de la camisa de fuerza del crecimiento económico, ya que necesita explotar a la gente y a la naturaleza para obtener beneficios económicos. Se trata además, de aprender a ser felices con un consumo menor y alternativo, que contribuya a sanar la Tierra. Esta línea de pensamiento sería la adecuada para tomar una decisión correcta, respecto al NAICM, en términos sociales, ecológicos y económicos.
Sin embargo, la lista de agravios ocasionada por el NAICM es ya impresionante: destrucción natural grave, afectación del tejido social, detenciones arbitrarias, sufrimiento, tortura sexual, asesinatos como ocurrió en el operativo que ordenó en el 2006 Enrique Peña Nieto cuando era gobernador del Estado de México. Además del reciente asesinato de Jesús Ramos Arreola, defensor del cerro de Tenayo, opositor a la obra (goo.gl/RUw9j4). Los intereses inmobiliarios se encuentran a la orden del día (goo.gl/P1vF3d). Además, aunque se gasten millones en tecnología, el NAICM de Texcoco está condenado a hundirse (goo.gl/wygBFb).
Una propuesta intermedia a la cancelación del megaproyecto podría ser la descentralización de los servicios aeropuertos. Distribuir la carga que se le quiere dar al NAICM en otros aeropuertos ya construidos. Así, se han pronunciado diferentes personalidades como el diputado morenista Jorge Romero Tenorio (Ver: goo.gl/qieMZv). En la misma línea, el arquitecto Roberto Eibenschutz, propone, cancelar el proyecto y “pensar en usar como alternativa otros aeropuertos del centro del país que están subutilizados; un claro ejemplo de ello es el de Toluca, que opera a la décima parte de su capacidad” (Ver: https://goo.gl/tefQTs). En definitiva, la sociedad debe de presionar durante la consulta para la cancelación del NAICM, el cuál beneficiará principalmente a la élite. #YoPrefieroElLago
Carlos Soledad. Doctor “Desarrollo, Sostenibilidad y Ecodiseño”
@CarlosSoledadM
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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