El
Gobierno de Turquía ha compartido con la CIA los datos recogidos en el
marco de las investigaciones sobre el asesinato del periodista saudí
Jamal Khashoggi.
Según ha informado el diario turco Sabah, un medio cercano al Gobierno de Ankara, las autoridades turcas se han reunido este miércoles con la directora de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés), Gina Haspel, a quien presentaron todas las pruebas vinculadas a la muerte de Khashoggi, acérrimo crítico de los Al Saud.
Haspel aterrizó el martes en la ciudad turca de Estambul para obtener información y documentación sobre Khashoggi, desaparecido y asesinado el pasado 2 de octubre tras entrar en el consulado de Arabia Saudí en la referida urbe.
Aunque los funcionarios turcos no han comentado oficialmente nada sobre esta visita, el diario Sabah ha detallado que la directora de la CIA fue recibida por los máximos cargos de la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT, por sus siglas en turco).
Los interlocutores turcos le enseñaron a Haspel todos los vídeos e imágenes captados por las cámaras de seguridad, las grabaciones de audio, así como “los elementos obtenidos” durante el registro del consulado y de la residencia del cónsul saudí en Estambul, ha asegurado el citado periódico.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, confirmó la jornada de ayer que el “salvaje asesinato” de Khashoggi fue planeado, rechazando así la versión ofrecida por Riad de que el periodista murió de forma accidental durante una pelea en la aludida sede consular.
Por otro lado, esta misma jornada, el presidente de EE.UU., Donald Trump, presionado por la masiva condena internacional, ha señalado por primera vez al príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, como el responsable del asesinato de Khashoggi. “Él maneja las cosas y si alguien estuviera (involucrado en el caso), sería él”, ha afirmado.
Fuentes policiales turcas han considerado, además, que el asesinato de Khashoggi, residente permanente en EE.UU., se produjo por orden directa de Bin Salman, responsable de la agresión saudí a Yemen —y por tanto, de la muerte de miles de personas y de una crisis humanitaria sin precedentes—, que también estuvo involucrado en 2017 en el “secuestro” del premier libanés, Saad Hariri.
myd/anz/tqi/rba
Según ha informado el diario turco Sabah, un medio cercano al Gobierno de Ankara, las autoridades turcas se han reunido este miércoles con la directora de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés), Gina Haspel, a quien presentaron todas las pruebas vinculadas a la muerte de Khashoggi, acérrimo crítico de los Al Saud.
Haspel aterrizó el martes en la ciudad turca de Estambul para obtener información y documentación sobre Khashoggi, desaparecido y asesinado el pasado 2 de octubre tras entrar en el consulado de Arabia Saudí en la referida urbe.
Aunque los funcionarios turcos no han comentado oficialmente nada sobre esta visita, el diario Sabah ha detallado que la directora de la CIA fue recibida por los máximos cargos de la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT, por sus siglas en turco).
Los interlocutores turcos le enseñaron a Haspel todos los vídeos e imágenes captados por las cámaras de seguridad, las grabaciones de audio, así como “los elementos obtenidos” durante el registro del consulado y de la residencia del cónsul saudí en Estambul, ha asegurado el citado periódico.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, confirmó la jornada de ayer que el “salvaje asesinato” de Khashoggi fue planeado, rechazando así la versión ofrecida por Riad de que el periodista murió de forma accidental durante una pelea en la aludida sede consular.
Por otro lado, esta misma jornada, el presidente de EE.UU., Donald Trump, presionado por la masiva condena internacional, ha señalado por primera vez al príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, como el responsable del asesinato de Khashoggi. “Él maneja las cosas y si alguien estuviera (involucrado en el caso), sería él”, ha afirmado.
Fuentes policiales turcas han considerado, además, que el asesinato de Khashoggi, residente permanente en EE.UU., se produjo por orden directa de Bin Salman, responsable de la agresión saudí a Yemen —y por tanto, de la muerte de miles de personas y de una crisis humanitaria sin precedentes—, que también estuvo involucrado en 2017 en el “secuestro” del premier libanés, Saad Hariri.
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