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"Catástrofe" económica y "revolución ciudadana": Francia no le cree a Macron
Emmanuel Macron anuncia "una emergencia económica" y
ofrece algunas concesiones a los manifestantes. Sin embargo, algunos
sindicalistas opinan que "el presidente no entendió nada" y piden una
nueva movilización.
Francia lleva varias semanas sumida en las violentas protestas organizadas por los 'chalecos amarillos', que han dejado ya un rastro de 4.500 detenidos. Aunque el presidente francés, Emmanuel Macron, ha hecho algunas concesiones, los manifestantes las consideran insuficientes y ya han convocado nuevas movilizaciones para el próximo fin de semana.
Entretanto, las autoridades alertan de "la catástrofe" que las protestas conllevan para el comercio y la economía del país.
¿Qué quieren los manifestantes?
Las protestas del movimiento 'chalecos amarillos', que estallaron el pasado 17 de noviembre, estaban motivadas originalmente por el aumento planificado del impuesto sobre el combustible. Sin embargo, pese a que el Gobierno de Macron anuló ese aumento de impuestos, las protestas se han convertido en un movimiento más amplio dirigido contra de las políticas oficiales y sus reformas económicas.
Los manifestantes se quejan de los impuestos exorbitantes, de los bajos salarios y de la incapacidad de encontrar un trabajo bien remunerado, al tiempo que acusan a las autoridades de alejarse de la gente y trabajar en beneficio de las personas más ricas del país.
¿Qué ofrece el Gobierno?
Tras cuatro fines de semana consecutivos de movilizaciones, Macron anunció este lunes que su país se encuentra en un estado de "emergencia social y económica" y ofreció algunas concesiones a las demandas de los manifestantes:
Al parecer, las concesiones de Macron no han logrado apaciguar los ánimos de los manifestantes ni de los políticos de la oposición, como Jean-Luc Mélenchon, que estima que el presidente no ha tenido en cuenta las demandas populares para una democracia más participativa, en el sentido de que "en lo que Macron ha anunciado todo será pagado por la gente", mientras que los ricos "no pagarán nada".
Benoît Hamon, excandidato presidencial y fundador de Mouvement Génération, denuncia que el paquete de medidas de Macron beneficia a los ricos y exige "una verdadera redistribución de la riqueza", mientras que el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, señaló que "no ha cambiado el rumbo general" del Gobierno.
Por su parte, Philippe Martinez, secretario general de la Confederación general del trabajo (CGT), acusa al mandatario galo de "hablar pero no actuar". "El presidente de la República no ha entendido nada o no quiere entender" el enojo popular, se lamenta el sindicalista.
¿Qué pasará ahora?
Alrededor del 54% de los franceses cree que los 'chalecos amarillos' han alcanzado sus objetivos y quieren que pongan fin a las manifestaciones, según una encuesta de OpinionWay. Aunque la mitad de los encuestados consideran que las medidas anticrisis de Macron no son convincentes, otro 49% cree que el presidente ha logrado abordar las demandas de los manifestantes.
Sin embargo, Mélenchon pronostica que la "revolución ciudadana" continuará y que el próximo sábado será "un momento de gran movilización". En la misma línea, Martinez aseguró: "Cerramos la puerta y llamamos a movilizarnos el próximo viernes 14 de diciembre".
¿Cómo afectará a la economía?
Entretanto, el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, ya ha calificado la situación de "catástrofe" para el comercio y la economía del país en vísperas de las Navidades. En particular, el ministro estima que Francia perderá 0,1 puntos de crecimiento en el cuarto trimestre de este año.
Por su parte, el Banco Central de Francia anunció que el crecimiento francés se desacelerará, situándose en un 0,2 en lugar del 0,4 estimado hasta ahora, debido a las protestas, que afectan la actividad empresarial del país y, especialmente, a los pequeños comercios de París.
De hecho, la federación francesa de minoristas estima que el sector ya habría perdido unos 1.000 millones de euros en ingresos a raíz de las movilizaciones durante días clave de compras de la campaña de Navidad.
Francia lleva varias semanas sumida en las violentas protestas organizadas por los 'chalecos amarillos', que han dejado ya un rastro de 4.500 detenidos. Aunque el presidente francés, Emmanuel Macron, ha hecho algunas concesiones, los manifestantes las consideran insuficientes y ya han convocado nuevas movilizaciones para el próximo fin de semana.
Entretanto, las autoridades alertan de "la catástrofe" que las protestas conllevan para el comercio y la economía del país.
¿Qué quieren los manifestantes?
Las protestas del movimiento 'chalecos amarillos', que estallaron el pasado 17 de noviembre, estaban motivadas originalmente por el aumento planificado del impuesto sobre el combustible. Sin embargo, pese a que el Gobierno de Macron anuló ese aumento de impuestos, las protestas se han convertido en un movimiento más amplio dirigido contra de las políticas oficiales y sus reformas económicas.
Los manifestantes se quejan de los impuestos exorbitantes, de los bajos salarios y de la incapacidad de encontrar un trabajo bien remunerado, al tiempo que acusan a las autoridades de alejarse de la gente y trabajar en beneficio de las personas más ricas del país.
¿Qué ofrece el Gobierno?
Tras cuatro fines de semana consecutivos de movilizaciones, Macron anunció este lunes que su país se encuentra en un estado de "emergencia social y económica" y ofreció algunas concesiones a las demandas de los manifestantes:
- El mandatario adelantó que el salario mínimo de Francia aumentará en 100 euros al mes en 2019 y se comprometió a introducir exenciones fiscales sobre las horas extra.
- Los ciudadanos que trabajan en Francia recibirán una bonificación especial a finales de año que estará exenta de impuestos.
- El presidente subrayó la necesidad de crear puestos de trabajo e intensificar la lucha contra la evasión fiscal. Asimismo, anunció su intención de reunirse con los alcaldes y de dirigirse de nuevo a los ciudadanos de su país para informarles sobre el trabajo realizado.
Al parecer, las concesiones de Macron no han logrado apaciguar los ánimos de los manifestantes ni de los políticos de la oposición, como Jean-Luc Mélenchon, que estima que el presidente no ha tenido en cuenta las demandas populares para una democracia más participativa, en el sentido de que "en lo que Macron ha anunciado todo será pagado por la gente", mientras que los ricos "no pagarán nada".
Benoît Hamon, excandidato presidencial y fundador de Mouvement Génération, denuncia que el paquete de medidas de Macron beneficia a los ricos y exige "una verdadera redistribución de la riqueza", mientras que el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, señaló que "no ha cambiado el rumbo general" del Gobierno.
Por su parte, Philippe Martinez, secretario general de la Confederación general del trabajo (CGT), acusa al mandatario galo de "hablar pero no actuar". "El presidente de la República no ha entendido nada o no quiere entender" el enojo popular, se lamenta el sindicalista.
¿Qué pasará ahora?
Alrededor del 54% de los franceses cree que los 'chalecos amarillos' han alcanzado sus objetivos y quieren que pongan fin a las manifestaciones, según una encuesta de OpinionWay. Aunque la mitad de los encuestados consideran que las medidas anticrisis de Macron no son convincentes, otro 49% cree que el presidente ha logrado abordar las demandas de los manifestantes.
Sin embargo, Mélenchon pronostica que la "revolución ciudadana" continuará y que el próximo sábado será "un momento de gran movilización". En la misma línea, Martinez aseguró: "Cerramos la puerta y llamamos a movilizarnos el próximo viernes 14 de diciembre".
¿Cómo afectará a la economía?
Entretanto, el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, ya ha calificado la situación de "catástrofe" para el comercio y la economía del país en vísperas de las Navidades. En particular, el ministro estima que Francia perderá 0,1 puntos de crecimiento en el cuarto trimestre de este año.
Por su parte, el Banco Central de Francia anunció que el crecimiento francés se desacelerará, situándose en un 0,2 en lugar del 0,4 estimado hasta ahora, debido a las protestas, que afectan la actividad empresarial del país y, especialmente, a los pequeños comercios de París.
De hecho, la federación francesa de minoristas estima que el sector ya habría perdido unos 1.000 millones de euros en ingresos a raíz de las movilizaciones durante días clave de compras de la campaña de Navidad.
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