Moscú
se pone en alerta ante nueva prueba de misiles por EE.UU. y asegura que
la práctica muestra que Washington violó el INF antes de romperlo.
“Nos alarma. Por supuesto tomaremos esto en cuenta”, ha dicho este viernes el director del Departamento de No Proliferación y Control de Armas de la Cancillería rusa, Vladímir Ermakov, después de que EE.UU. probara el jueves un misil terrestre de mediano alcance prohibido bajo el ya colapsado Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés).
A su vez, Andréi Krasov, vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma (Cámara Baja), ha indicado que la reciente prueba muestra que EE.UU. había violado el INF antes de romperlo el pasado 2 de agosto.
Krasov ha defendido el argumento, diciendo que “es imposible” fabricar un misil con semejantes características en tan solo nueve meses que transcurren de la salida unilateral de la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, del pacto alcanzado en 1987 por EE.UU. y la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
“Eso demostró una vez más que los estadounidenses engañaban cuando acusaban a Rusia de no haber cumplido (con el INF). Ellos mismos han probado que son quienes no acataron (el pacto). Nadie puede crear un misil en tan solo nueve meses desde lo básico. No es posible (…) Se requiere años, no nueve meses, yendo desde la teoría a la práctica”, ha afirmado el diputado.
Krasov, asimismo, ha urgido a Washington a volver a cumplir con el INF, cuya ruptura, conforme con distintos analistas, llevará a una nueva carrera armamentística a nivel global, dado que Washington busca acumular fuerzas militares en el continente europeo. Moscú interpreta la medida como una provocación y promete responderla.
El mandatario estadounidense busca, al parecer, romper con todos los acuerdos alcanzados en las Administraciones norteamericanas anteriores, para luego pactar los suyos. Sin embargo, sigue equivocándose, en esta ocasión con Rusia, que como EE.UU., es una potencia que dará una respuesta simétrica a cualquier medida hostil o amistosa de Washington. En el campo armamentístico, el Kremlin asegura constantemente su superioridad ante los estadounidenses.
ask/ktg/tqi/alg
“Nos alarma. Por supuesto tomaremos esto en cuenta”, ha dicho este viernes el director del Departamento de No Proliferación y Control de Armas de la Cancillería rusa, Vladímir Ermakov, después de que EE.UU. probara el jueves un misil terrestre de mediano alcance prohibido bajo el ya colapsado Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés).
A su vez, Andréi Krasov, vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma (Cámara Baja), ha indicado que la reciente prueba muestra que EE.UU. había violado el INF antes de romperlo el pasado 2 de agosto.
Krasov ha defendido el argumento, diciendo que “es imposible” fabricar un misil con semejantes características en tan solo nueve meses que transcurren de la salida unilateral de la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, del pacto alcanzado en 1987 por EE.UU. y la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
“Eso demostró una vez más que los estadounidenses engañaban cuando acusaban a Rusia de no haber cumplido (con el INF). Ellos mismos han probado que son quienes no acataron (el pacto). Nadie puede crear un misil en tan solo nueve meses desde lo básico. No es posible (…) Se requiere años, no nueve meses, yendo desde la teoría a la práctica”, ha afirmado el diputado.
Krasov, asimismo, ha urgido a Washington a volver a cumplir con el INF, cuya ruptura, conforme con distintos analistas, llevará a una nueva carrera armamentística a nivel global, dado que Washington busca acumular fuerzas militares en el continente europeo. Moscú interpreta la medida como una provocación y promete responderla.
El mandatario estadounidense busca, al parecer, romper con todos los acuerdos alcanzados en las Administraciones norteamericanas anteriores, para luego pactar los suyos. Sin embargo, sigue equivocándose, en esta ocasión con Rusia, que como EE.UU., es una potencia que dará una respuesta simétrica a cualquier medida hostil o amistosa de Washington. En el campo armamentístico, el Kremlin asegura constantemente su superioridad ante los estadounidenses.
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