miércoles, 26 de febrero de 2020

El rol del Patriarca en la Iglesia Cristiana Ortodoxa Católica de Oriente

El rol del Patriarca en la Iglesia Cristiana Ortodoxa Católica de Oriente


Durante el primer milenio de la historia del cristianismo como religión y la Iglesia como institución, los términos “ortodoxo” y católico se relacionaban, en tanto ambos hacían alusión a la fe de todos y para todos; en ese sentido y contexto específico — aunque no en otros — , tenían el mismo significado y orientación.
Tanto la Iglesia de Occidente como la Iglesia de Oriente son signatarias de los 7 primeros concilios ecuménicos, lo cual les da el carácter de católicas, universales y ecuménicas a ambas iglesias.
La eclesiástica separación entre Oriente y Occidente sucedió formalmente en el año 1054 DC; profundizada a partir de las Cruzadas, también conocidas como La Guerra Santa. Sin embargo, se trata de un proceso que había comenzado en el siglo IX. El establecimiento de la Iglesia Cristiana en Bulgaria fue uno de los hitos históricos y culturales más importantes, no solo para entender el desarrollo de la Iglesia Cristiana Ortodoxa de Oriente a través del tiempo, sino también, de la cultura de los pueblos eslavos; la génesis de la ortodoxia cristiana de los rusos, ucranianos, bielorrusos y otros tantos pueblos eurorientales. Es por ello que, la liturgia en la Iglesia Ortodoxa Rusa del Patriarcado de Moscú se realiza en el búlgaro antiguo.
San Ignacio de Antioquía: “Dondequiera que esté el obispo, allí está la comunidad, así como dondequiera que esté Cristo, allí está la Iglesia universal”
En la historiografía eclesiástica cristiana oriental, se considera al zar Boris, además del primer gobernante cristiano de su nación, el hombre que provocó el agudo conflicto entre Roma y Constantinopla, representado a través del cisma fociano. La rivalidad entre ambos centros de poder, divinos y terrenales, se agudizó a partir del siglo IX; una rivalidad de la cual el zar Boris intentó sacar el máximo provecho; primero, se inclinó del lado de Roma, pero luego aceptó el bautismo de los cristianos griegos. No obstante, luego se decepcionó de los griegos, en tanto estos le negaron la posibilidad de establecer un Patriarcado de Bulgaria.

Más allá de la rivalidad que ya existía entre Roma y Constantinopla, fueron los ataques, las intrigas, y muy especialmente, las controversias teológicas con respecto a la verdad revelada, la Sagrada Escritura, y las herejías, los factores que profundizaron el distanciamiento entre Occidente y Oriente desde este período; los griegos se oponían a la norma latina que permitía comer queso en cuaresma, mientras que los latinos se pronunciaban en contra de la desaprobación griega de tomar baños los miércoles y viernes. La Bulgaria del zar Boris, oportunística y periódiamentemente latina y bizantina, se incorporó definitivamente al mundo cristiano ortodoxo oriental en 869, luego de expulsar al obispo latino. El sentido ecuménico y católico de la Iglesia Cristiana se veía amenazado por la dirección que habían tomado sus autoridades.
Entre las controversias teológicas, resalta la discusión sobre el Filioque y la afirmación de que el Espíritu Santo procedía también del Hijo. Esta última afirmación fue considerada herética.
Una de las causas del distanciamiento de Occidente y Oriente fueron los poderes atribuidos a la autoridad papal. En Occidente, el Papa tenía, no solo autoridad espiritual y eclesiástica directa sobre las iglesias del Occidente, sino también autoridad política, concentrada en su figura. En Oriente, en cambio, varias ciudades gozaban de los privilegios que tenía el papa; nadie tenía autoridad sobre el otro. Conforme a la tradición apostólica, la autoridad residía en el concilio de los obispos, conforme a la tradición apostólica y el “primus inter pares” — no superior a los demás — .

En la Iglesia Cristiana de Oriente, el Patriarca en el sínodo local es el primero entre iguales, que preside pero no manda al resto. La cabeza de la Iglesia, a juicio de la Iglesia Cristiana Ortodoxa Católica de Oriente es Cristo y el Papa no puede usurpar su lugar ni pretender ejercer una autoridad absoluta sobre sus semejantes y súbditos; la supremacía del Papa no es aceptada por la ortodoxia. Jesucristo es laúnica Piedra inmortal sobre la cual la Iglesia está edificada. Con el paso del tiempo, el rechazo de los orientales hacia la Iglesia de Occidente se profundizó. En líneas generales, son tres las tradiciones que los cristianos orientales han desaprobado de Occidente: 1. el celibato obligatorio de los sacerdotes; 2. la celebración de la Eucaristía con pan ácimo; 3. el bautismo con la aspersión en lugar de la inmersión; 4. el purgatorio.

En el el mundo cristiano oriental, la autoridad de la Iglesia se difunde entre sus miembros. En Occidente, tiene fuentes bien definidas, las cuales son las siguientes: el Papa, la Biblia y otros artículos de fe y religión. La diferencia entre estas dos posturas quedó evidenciada en un intercambio de correspondencias entre Pío IX (1841–1878) y los patriarcas cristianos orientales durante el siglo XIX. En 1848, fue enviada a Roma una réplica a la encíclica papal, firmada por treinta y un obispos orientales, incluyendo a tres patriarcas. En la carta, se decía lo siguiente: “El Papa se halla en un grave error al suponer que consideramos que la jerarquía eclesiástica es el guardián del dogma. El caso es muy distinto. La invariable constancia y la infalible verdad del dogma cristiano no dependen de ninguna de las órdenes jerárquicas; es guardada por la totalidad del pueblo de Dios, que es el cuerpo de Cristo”.

Originalmente, fueron considerados patriarcas los obispos de las ciudades grandes del Imperio Romano: Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía, y Jerusalén, conocidos como los patriarcas apostólicos. A medida que el cristianismo se extendió hacia los pueblos germánicos, eslavos y orientales, se establecieron nuevos patriarcados. Entre los patriarcados posteriores se encuentran los de Moscú, Bulgaria, Serbia, Rumania y Georgia. El patriarca, jefe de la Iglesia ortodoxa y segundo personaje de la estructura político-administrativa — que podría llamarse reino o Estado, dependiendo del contexto histórico y temporal — , velaba por el divino dogma, disponía en materia de disciplina, fijaba la liturgia, nombraba al resto de los obispos y participaba en la organización y en las rentas de los monasterios vinculados directamente al Patriarcado en virtud del privilegio de stauropegia, a través del cual tenía el poder de fundar nuevas iglesias. El emperador escogía a quien había de ejercer el cargo de patriarca atendiendo a las consideraciones delos obispos metropolitanos, aunque no siempre era imprescindible.

Oriente considera que el Papa, que había sido el primer obispo entre iguales, se convirtió para los cristianos latinos en el juez definitivo de todas las cuestiones de doctrina y moral; con poderes que prácticamente lo elevan al nivel de Dios. Para el cristianismo ortodoxo oriental, todo miembro de la Iglesia está sujeto al error, o más bien, a la introducción de sus propias limitaciones personales y prejuicios, en sus estudios dogmáticos y teológicos. De manera que, el Patriarca también puede equivocarse, más allá de su estatus eclesiástico. Nadie, salvo Jesucristo, es infalible. Únicamente la Iglesia, en su identidad y cuerpo organizado, puede testificar la verdad. Es la Iglesia la que coincide o no con el concilio. En la Iglesia Cristiana Ortodoxa Oriental, las decisiones requieren el apoyo de toda la comunidad para que sean reconocidas como expresión de la Única Santa Iglesia Católica y Apostólica; no existe una autoridad central como el papado.
Los decretos del papa, en materia de moral y doctrina, son para los cristianos romanos infalibles; el papa es un portador directo de Dios y su divinidad. Eso no lo acepta la ortodoxia oriental. La infalibilidad se expresa sólo en Dios y un dogma no puede ser dado por una autoridad humana. La Iglesia Cristiana Ortodoxa Oriental tiene muy pocos dogmas, en comparación a la Iglesia Cristiana Occidental Apostólica, Católica y Romana, dado que no se ha dogmatizado sobre María, por ejemplo.
La cruz bizantina ortodoxa, o cruz eslava.
Enrique Somavilla (2016, p. 181) señala: “La Iglesia de Oriente y Occidente buscan siempre una unidad. Desde el punto de vista dogmático, la diferencia más grande es algo que la Iglesia Romana decretó en el siglo XIX: la infalibilidad del papa.” De manera que, no debe ignorarse la controversia existente en el mundo cristiano, con respecto a la autoridad papal y los poderes que se le son conferidos, especialmente cuando se sigue sugiriendo la reunificación de la Iglesia Cristiana. Jesucristo fundó una sola Iglesia y la Iglesia verdadera es una sola. Son muchas las causas del distanciamiento entre Occidente y Oriente, tantas como los factores que amenazan y dificultan las intenciones de reunificación.

La autoridad papal en el cristianismo occidental ha sido, no solo una de las causas de la división, sino también es ahora un factor que aleja a los cristianos ortodoxos de sus hermanos occidentales. No olvidemos tampoco, los crímenes históricos que los cristianos occidentales han cometido contra los ortodoxos orientales, como los saqueos y las matanzas en Constantinopla durante las Cruzadas. La Santa Sede del Vaticano ha pronunciado, a través del Papa, sus disculpas. ¿Es la hora del perdón, la verdad, el reencuentro y la reunificación, más allá de la intriga, la ambición de poder y la sed de venganza? Los cristianos orientales creen que la Iglesia siempre ha sido y siempre será protegida por el poder divino. Mientras los cristianos permanezcan dentro de la comunidad eucarística, podrán distinguir la verdad de la mentira; la verdad del error; el camino del bien del camino incorrecto.

Material referencial:

La unión con la Iglesia Católica es inevitable: Patriarca Ortodoxo Bartolomé. (29 de noviembre de 2019). Cristianismo Católico. Recuperado de www.cristianismocatolico.com/2019/11/la-union-con-la-iglesia-catolica-es.html?fbclid=IwAR3HgZlPQjU4IXYZ0tQ-_iZJsdtFZohXv-hHQ8aP5VTaMt34VKvkWFOiTjU
Mea culpa del Papa por los pecados de católicos contra ortodoxos. (4 de mayo de 2001). Zenit. Recuperado de http://es.zenit.org/articles/mea-culpa-del-papa-por-los-pecados-de-catolicos-contra-ortodoxos/
Somavilla E. (2016). Protocolo, historia y desarrollo de las Iglesias Ortodoxas. Estudios Institucionales, 3 (4), 167–216.
Zernov, N. (1961). Eastern christendom: A study of the origin and development of the eastern orthodox church. Nueva York: Putnam.
Otros materiales internos de formación de la Iglesia Ortodoxa Oriental.

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