El rol del Patriarca en la Iglesia Cristiana Ortodoxa Católica de Oriente
Durante
el primer milenio de la historia del cristianismo como religión y la
Iglesia como institución, los términos “ortodoxo” y católico se
relacionaban, en tanto ambos hacían alusión a la fe de todos y para
todos; en ese sentido y contexto específico — aunque no en otros — ,
tenían el mismo significado y orientación.
Tanto
la Iglesia de Occidente como la Iglesia de Oriente son signatarias de
los 7 primeros concilios ecuménicos, lo cual les da el carácter de
católicas, universales y ecuménicas a ambas iglesias.
La
eclesiástica separación entre Oriente y Occidente sucedió formalmente
en el año 1054 DC; profundizada a partir de las Cruzadas, también
conocidas como La Guerra Santa. Sin embargo, se trata de un proceso que
había comenzado en el siglo IX. El establecimiento de la Iglesia
Cristiana en Bulgaria fue uno de los hitos históricos y culturales más
importantes, no solo para entender el desarrollo de la Iglesia Cristiana
Ortodoxa de Oriente a través del tiempo, sino también, de la cultura de
los pueblos eslavos; la génesis de la ortodoxia cristiana de los rusos,
ucranianos, bielorrusos y otros tantos pueblos eurorientales. Es por
ello que, la liturgia en la Iglesia Ortodoxa Rusa del Patriarcado de
Moscú se realiza en el búlgaro antiguo.
San Ignacio de Antioquía: “Dondequiera que esté el obispo, allí está la comunidad, así como dondequiera que esté Cristo, allí está la Iglesia universal”
En
la historiografía eclesiástica cristiana oriental, se considera al zar
Boris, además del primer gobernante cristiano de su nación, el hombre
que provocó el agudo conflicto entre Roma y Constantinopla, representado
a través del cisma fociano. La rivalidad entre ambos centros de poder,
divinos y terrenales, se agudizó a partir del siglo IX; una rivalidad de
la cual el zar Boris intentó sacar el máximo provecho; primero, se
inclinó del lado de Roma, pero luego aceptó el bautismo de los
cristianos griegos. No obstante, luego se decepcionó de los griegos, en
tanto estos le negaron la posibilidad de establecer un Patriarcado de
Bulgaria.
Más
allá de la rivalidad que ya existía entre Roma y Constantinopla, fueron
los ataques, las intrigas, y muy especialmente, las controversias
teológicas con respecto a la verdad revelada, la Sagrada Escritura, y
las herejías, los factores que profundizaron el distanciamiento entre
Occidente y Oriente desde este período; los griegos se oponían a la
norma latina que permitía comer queso en cuaresma, mientras que los
latinos se pronunciaban en contra de la desaprobación griega de tomar
baños los miércoles y viernes. La Bulgaria del zar Boris, oportunística y
periódiamentemente latina y bizantina, se incorporó definitivamente al
mundo cristiano ortodoxo oriental en 869, luego de expulsar al obispo
latino. El sentido ecuménico y católico de la Iglesia Cristiana se veía
amenazado por la dirección que habían tomado sus autoridades.
Entre las controversias teológicas, resalta la discusión sobre el Filioque y la afirmación de que el Espíritu Santo procedía también del Hijo. Esta última afirmación fue considerada herética.
Una
de las causas del distanciamiento de Occidente y Oriente fueron los
poderes atribuidos a la autoridad papal. En Occidente, el Papa tenía, no
solo autoridad espiritual y eclesiástica directa sobre las iglesias del
Occidente, sino también autoridad política, concentrada en su figura.
En Oriente, en cambio, varias ciudades gozaban de los privilegios que
tenía el papa; nadie tenía autoridad sobre el otro. Conforme a la
tradición apostólica, la autoridad residía en el concilio de los
obispos, conforme a la tradición apostólica y el “primus inter
pares” — no superior a los demás — .
En
la Iglesia Cristiana de Oriente, el Patriarca en el sínodo local es el
primero entre iguales, que preside pero no manda al resto. La cabeza de
la Iglesia, a juicio de la Iglesia Cristiana Ortodoxa Católica de
Oriente es Cristo y el Papa no puede usurpar su lugar ni pretender
ejercer una autoridad absoluta sobre sus semejantes y súbditos; la
supremacía del Papa no es aceptada por la ortodoxia. Jesucristo es
laúnica Piedra inmortal sobre la cual la Iglesia está edificada. Con el
paso del tiempo, el rechazo de los orientales hacia la Iglesia de
Occidente se profundizó. En líneas generales, son tres las tradiciones
que los cristianos orientales han desaprobado de Occidente: 1. el
celibato obligatorio de los sacerdotes; 2. la celebración de la
Eucaristía con pan ácimo; 3. el bautismo con la aspersión en lugar de la
inmersión; 4. el purgatorio.
En
el el mundo cristiano oriental, la autoridad de la Iglesia se difunde
entre sus miembros. En Occidente, tiene fuentes bien definidas, las
cuales son las siguientes: el Papa, la Biblia y otros artículos de fe y
religión. La diferencia entre estas dos posturas quedó evidenciada en un
intercambio de correspondencias entre Pío IX (1841–1878) y los
patriarcas cristianos orientales durante el siglo XIX. En 1848, fue
enviada a Roma una réplica a la encíclica papal, firmada por treinta y
un obispos orientales, incluyendo a tres patriarcas. En la carta, se
decía lo siguiente: “El Papa se halla en un grave error al suponer que
consideramos que la jerarquía eclesiástica es el guardián del dogma. El
caso es muy distinto. La invariable constancia y la infalible verdad del
dogma cristiano no dependen de ninguna de las órdenes jerárquicas; es
guardada por la totalidad del pueblo de Dios, que es el cuerpo de
Cristo”.
Originalmente,
fueron considerados patriarcas los obispos de las ciudades grandes del
Imperio Romano: Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía, y
Jerusalén, conocidos como los patriarcas apostólicos. A medida que el
cristianismo se extendió hacia los pueblos germánicos, eslavos y
orientales, se establecieron nuevos patriarcados. Entre los patriarcados
posteriores se encuentran los de Moscú, Bulgaria, Serbia, Rumania y
Georgia. El patriarca, jefe de la Iglesia ortodoxa y segundo personaje
de la estructura político-administrativa — que podría llamarse reino o
Estado, dependiendo del contexto histórico y temporal — , velaba por el
divino dogma, disponía en materia de disciplina, fijaba la liturgia,
nombraba al resto de los obispos y participaba en la organización y en
las rentas de los monasterios vinculados directamente al Patriarcado en
virtud del privilegio de stauropegia, a través del cual tenía el poder
de fundar nuevas iglesias. El emperador escogía a quien había de ejercer
el cargo de patriarca atendiendo a las consideraciones delos obispos
metropolitanos, aunque no siempre era imprescindible.
Oriente
considera que el Papa, que había sido el primer obispo entre iguales,
se convirtió para los cristianos latinos en el juez definitivo de todas
las cuestiones de doctrina y moral; con poderes que prácticamente lo
elevan al nivel de Dios. Para el cristianismo ortodoxo oriental, todo
miembro de la Iglesia está sujeto al error, o más bien, a la
introducción de sus propias limitaciones personales y prejuicios, en sus
estudios dogmáticos y teológicos. De manera que, el Patriarca también
puede equivocarse, más allá de su estatus eclesiástico. Nadie, salvo
Jesucristo, es infalible. Únicamente la Iglesia, en su identidad y
cuerpo organizado, puede testificar la verdad. Es la Iglesia la que
coincide o no con el concilio. En la Iglesia Cristiana Ortodoxa
Oriental, las decisiones requieren el apoyo de toda la comunidad para
que sean reconocidas como expresión de la Única Santa Iglesia Católica y
Apostólica; no existe una autoridad central como el papado.
Los
decretos del papa, en materia de moral y doctrina, son para los
cristianos romanos infalibles; el papa es un portador directo de Dios y
su divinidad. Eso no lo acepta la ortodoxia oriental. La infalibilidad
se expresa sólo en Dios y un dogma no puede ser dado por una autoridad
humana. La Iglesia Cristiana Ortodoxa Oriental tiene muy pocos dogmas,
en comparación a la Iglesia Cristiana Occidental Apostólica, Católica y
Romana, dado que no se ha dogmatizado sobre María, por ejemplo.
La cruz bizantina ortodoxa, o cruz eslava.
Enrique
Somavilla (2016, p. 181) señala: “La Iglesia de Oriente y Occidente
buscan siempre una unidad. Desde el punto de vista dogmático, la
diferencia más grande es algo que la Iglesia Romana decretó en el siglo
XIX: la infalibilidad del papa.” De manera que, no debe ignorarse la
controversia existente en el mundo cristiano, con respecto a la
autoridad papal y los poderes que se le son conferidos, especialmente
cuando se sigue sugiriendo la reunificación de la Iglesia Cristiana.
Jesucristo fundó una sola Iglesia y la Iglesia verdadera es una sola.
Son muchas las causas del distanciamiento entre Occidente y Oriente,
tantas como los factores que amenazan y dificultan las intenciones de
reunificación.
La
autoridad papal en el cristianismo occidental ha sido, no solo una de
las causas de la división, sino también es ahora un factor que aleja a
los cristianos ortodoxos de sus hermanos occidentales. No olvidemos
tampoco, los crímenes históricos que los cristianos occidentales han
cometido contra los ortodoxos orientales, como los saqueos y las
matanzas en Constantinopla durante las Cruzadas. La Santa Sede del
Vaticano ha pronunciado, a través del Papa, sus disculpas. ¿Es la hora
del perdón, la verdad, el reencuentro y la reunificación, más allá de la
intriga, la ambición de poder y la sed de venganza? Los cristianos
orientales creen que la Iglesia siempre ha sido y siempre será protegida
por el poder divino. Mientras los cristianos permanezcan dentro de la
comunidad eucarística, podrán distinguir la verdad de la mentira; la
verdad del error; el camino del bien del camino incorrecto.
Material referencial:
La unión con la Iglesia Católica es inevitable: Patriarca Ortodoxo Bartolomé. (29 de noviembre de 2019). Cristianismo Católico. Recuperado de www.cristianismocatolico.com/2019/11/la-union-con-la-iglesia-catolica-es.html?fbclid=IwAR3HgZlPQjU4IXYZ0tQ-_iZJsdtFZohXv-hHQ8aP5VTaMt34VKvkWFOiTjU
Mea culpa del Papa por los pecados de católicos contra ortodoxos. (4 de mayo de 2001). Zenit. Recuperado de http://es.zenit.org/articles/mea-culpa-del-papa-por-los-pecados-de-catolicos-contra-ortodoxos/
Somavilla E. (2016). Protocolo, historia y desarrollo de las Iglesias Ortodoxas. Estudios Institucionales, 3 (4), 167–216.
Zernov, N. (1961). Eastern christendom: A study of the origin and development of the eastern orthodox church. Nueva York: Putnam.
Otros materiales internos de formación de la Iglesia Ortodoxa Oriental.
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