Como Fox, Calderón se refugiará en una “Fundación” hechiza
Felipe Calderón. Después del fracaso.
Foto: Germán Canseco
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Definido por militantes como “corresponsable” del desastre del Partido Acción Nacional (PAN), porque “fue grave la falta de compromiso claro y eficiente” con la campaña de Josefina Vázquez Mota, Felipe Calderón creará la fundación Desarrollo Humano Sustentable, semejante a la que presidió y “liquidó” en 2005, para mantenerse vigente en México mientras se refugia en el extranjero.
El martes 6, a tres semanas de entregarle la banda presidencial al priista Enrique Peña Nieto –tras lo cual presuntamente saldrá del país–, Calderón confió a un grupo de senadores y funcionarios federales, en una cena en Los Pinos, que dirigirá la nueva fundación y hasta los invitó a participar en ella.
Esta fundación de Calderón aún no tiene integrantes, pero se denominará igual a la que creó en julio de 2004, un mes después de su renuncia al gobierno de Vicente Fox y que sólo duró año y medio –hasta diciembre de 2005–, lapso en el que construyó su candidatura presidencial y cuyo consejo directivo estaba integrado por Germán Martínez, César Nava, Ernesto Cordero, Javier Lozano, Alejandra Sota, Juan Molinar…
Calderón hizo esta revelación en la cena que organizó para solicitar donativos destinados a la familia de Ricardo Guzmán Romero, el presidente municipal panista de La Piedad, Michoacán, asesinado el 2 de noviembre del año pasado, cuyo crimen está impune pese a que la Procuraduría General de la República (PGR) atrajo las investigaciones.
El asesinato del alcalde ocurrió a 11 días de las elecciones en Michoacán, en las que la candidata del PAN fue Luisa María Calderón, quien asistió a la cena acompañada sólo de un puñado de senadores, pero con la ausencia del coordinador, Ernesto Cordero; de Roberto Gil Zuarth, jefe de la campaña de Vázquez Mota, y del michoacano Salvador Vega Casillas.
La cena se realizó el mismo día que el CEN del PAN dio a conocer las conclusiones de la Comisión de Evaluación y Mejora, creada para identificar las causas del desastre electoral del 1 de julio, cuya responsabilidad se le atribuye en primer lugar a Vázquez Mota, luego a la violencia que generó la estrategia anticrimen, a las divisiones internas y al propio gobierno de Calderón.
Este documento, que propone un nuevo estatuto y cuyo proyecto deberá ser sometido aún a una consulta, contrasta con otro elaborado por prominentes panistas que han trabajado en paralelo a la comisión designada por el Consejo Nacional, cuyas conclusiones contrastan, por su carácter crítico, con las de ésta.
No sólo identifica como culpables de la pérdida de la Presidencia de la República a la dirigencia del PAN y al equipo de campaña de Vázquez Mota, sino también a los gobiernos de Fox y Calderón, que “no lograron construir un modelo de desarrollo o de gestión gubernamental a nivel nacional de marca panista”, ni sus funcionarios actuaron con valores y principios de ese partido.
Fox y Calderón, afirma el documento, “son corresponsables”, porque “tampoco atinaron a crear condiciones para transformar las corporaciones sindicales corruptas del PRI, como el SNTE o el sindicato petrolero, no concretaron la modernización educativa, no obstante la enorme inversión financiera, no supieron atajar el duopolio televisivo y fomentar la competencia en telecomunicaciones, no concretaron un modelo federalista con estímulos y sanciones a los órdenes de gobierno”.
El documento, del que Proceso obtuvo copia, fue elaborado por el grupo de consejeros y exdiputados del PAN, entre ellos José Antonio García Villa, exsecretario general del CEN, el exsubprocurador Juan Miguel Alcántara, el exsubsecretario Juan Marcos Gutiérrez, Roberto Ramírez Villarreal, Fortunato Álvarez y Julio Faesler.
En el documento, que aún tiene carácter preliminar, se propone un modelo para exfuncionarios del PAN. “Deberá asignar a los expresidentes y exgobernadores el papel de actuar con prudencia, discreción, distantes del poder y de los reflectores y procurar la autocrítica. En dicho modelo, el presidente de la República o gobernador o presidente municipal no deberá rehuir la responsabilidad de la derrota correspondiente”.
Se destaca “el evidente uso del aparato gubernamental en los tres niveles de gobierno para apoyar a uno de los precandidatos”, Ernesto Cordero, y luego Vázquez Mota “dejó que el presidente Calderón le impusiera a buena parte de su equipo, así como en las candidaturas legislativas”.
Y puntualiza el abandono de Calderón a la candidata: “No hubo apoyos esperados y legítimos para propaganda y publicidad. Grave fue la falta de compromiso claro y eficiente del gobierno”.
Por ello, plantea inclusive la renuncia del CEN encabezado por Gustavo Madero, y del Consejo Nacional, máximo órgano de dirección del PAN, en el marco de la asamblea convocada para marzo del próximo año.
“Que se considere en el orden del día una votación indicativa en la asamblea sobre la renuncia del Consejo Nacional, el CEN, la Comisión Nacional de Elecciones. Las renuncias surtirían sus efectos el día en que se elija a los integrantes de los órganos renovados, de tal manera que el partido no quede sin conducción un solo día. El proyecto de reforma a estatutos debe incluir la facultad de una asamblea para renovar el consejo, el CEN y demás órganos directivos.”
El grupo de militantes confía en que pueda haber una rectificación del PAN, pero también advierte que si no se hacen los cambios requeridos, “los estertores de la muerte le pueden aparecer en cualquier momento”.
Como Vamos México o el Centro Fox
En medio de la frenética actividad de su último mes como titular del Ejecutivo, cargo al que llegó bajo la sospecha de fraude electoral, y ante versiones de él mismo y de su mujer, Margarita Zavala, de que se irán de México –como lo hicieron Carlos Salinas y Ernesto Zedillo–, Calderón regresará a la nueva fundación Desarrollo Humano Sustentable.
Ante sus invitados a la cena del martes 6, expuso que todo el “talento” que hay en su gobierno podrá seguirlo aportando a México desde esa fundación, aunque aclaró que hará el anuncio después del 1 de diciembre, para que no se piense que ha usado recursos públicos con ese fin.
En la cena estuvieron presentes los secretarios de Hacienda, Economía, Agricultura, Reforma Agraria y Desarrollo Social, respectivamente José Antonio Meade, Bruno Ferrari, Francisco Mayorga, Abelardo Escobar y Heriberto Félix, lo mismo que senadores como Luisa María Calderón, Jorge Luis Lavalle y Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Pero hasta el viernes 9 no había sido notificada en el Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal alguna modificación a la fundación Desarrollo Humano Sustentable, que está “en liquidación” desde el 27 de diciembre de 2005, cuando Nava, en su calidad de delegado de la asamblea de socios, compareció ante el notario Miguel Alessio Robles.
Aunque la vigencia de la sociedad era de 99 años, se procedió a la disolución, “por lo que en lo sucesivo deberán agregarse a la denominación las palabras ‘en liquidación’, nombrándose como liquidador a José Manuel Minjares Jiménez”.
Todos los involucrados en la fundación han estado vinculados estrechamente a Calderón, empezando por el notario Miguel Alessio Robles, que desde 2008 es consejero jurídico del Ejecutivo federal y antes fue subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.
El tesorero era Gerardo Ruiz Mateos, jefe de la Oficina de la Presidencia, y el secretario César Nava, secretario particular de Calderón, presidente del PAN, diputado y litigante de súbita riqueza, como Germán Martínez, apoderado de la sociedad y también exdirigente de ese partido.
Los vocales eran también felipistas: Alejandra Sota Mirafuentes, vocera presidencial; Ernesto Cordero, dos veces secretario de Estado y frustrado delfín de Calderón; Javier Lozano, exsecretario del Trabajo y senador; Juan de Dios Castro Lozano, exsubprocurador y magistrado de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa (TFJFA).
Los otros tres vocales eran María Elena Álvarez Bernal, exdiputada y viuda de Abel Vicencio Tovar; Luis Mejía Guzmán, subsecretario de Desarrollo Social y delegado de esa dependencia en Michoacán desde Fox, y Juan Molinar Horcasitas, quien fue secretario de Comunicaciones y director general del IMSS.
Dos personajes que formaron parte de la fundación presidida por Calderón llaman la atención: Vicente Corta Fernández, primer secretario ejecutivo del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), que administró el quebranto bancario, y Javier Prieto de la Fuente, exempleado de Cementos Mexicanos (Cemex) y coordinador de asesores de Carlos Abascal en la Secretaría de Gobernación.
El “liquidador” de la sociedad, Manuel Minjares Jiménez, es también un estrecho colaborador de Calderón: fue su coordinador de asesores en Banobras y oficial mayor en la Secretaría de Energía en el sexenio de Fox; en este gobierno fue subsecretario de la Función Pública y de Gobernación, así como coordinador de asesores de Cordero en la SHCP.
Calderón creó la fundación Desarrollo Humano Sustentable el 4 de julio de 2004, dos meses después de que, el 31 de mayo, renunció a la Secretaría de Energía por el “regaño” de Fox al haber sido destapado como aspirante presidencial por Francisco Ramírez Acuña, y a partir de entonces armó el equipo que venció en la campaña interna a Santiago Creel bajo acusaciones de fraude electoral.
Su objeto social es la promoción, investigación y difusión del desarrollo humano sustentable en México, la realización de toda clase de estudios e investigaciones, incluyendo estudios de opinión pública; el análisis y la formulación de políticas públicas, y la realización de estudios legislativos, incluyendo la materia de legislación comparada.
La reactivación de la fundación encabezada por Calderón no está reñida con el proyecto de irse del país, como él mismo lo ha reconocido en reuniones cerradas. Su destino puede ser una universidad de Estados Unidos, como la de Harvard o la de Texas, donde la comunidad estudiantil ha repudiado esa posibilidad.
Margarita Zavala, mujer de Calderón, también dijo hace apenas dos semanas, el 24 de octubre, que la familia podría irse de México: “Estamos valorando si nos vamos, qué ofertas tenemos, pero eso se sabrá más adelante”.
Que se vayan todos
Y mientras Calderón afina su plan para mantener presencia política en México a través de su fundación, desde la que buscará mantener el control del PAN, en este partido siguen discutiéndose los factores que condujeron a la pérdida de la Presidencia de la República, cuya candidata Vázquez Mota pretende dedicarse sólo a dar conferencias.
La comisión creada por el Consejo Nacional, a petición de Gustavo Madero, presentó su informe al CEN el lunes 5. Al día siguiente la secretaria general, Cecilia Romero, y el director de la fundación Rafael Preciado, Juan Molinar, lo presentaron a los medios y, como lo adelantó Proceso, anunciaron que habrá nuevos estatutos.
Con base en una encuesta a población abierta, se estableció que el PAN perdió la Presidencia de la República porque Vázquez Mota fue mala candidata e hizo una mala campaña, mientras que los militantes también le atribuyen la derrota a ella y a la violencia que resultó de la estrategia de Calderón contra el crimen organizado.
El informe identifica también a las divisiones internas y al “mal trabajo del gobierno federal” de Calderón como factores de la derrota en las elecciones presidenciales. Sólo una pequeña parte, uno de cada 10 panistas, “consideraron que no se combatieron privilegios indebidos de los sindicatos y grupos específicos (12%) ni los monopolios o intereses de otros grupos específicos (9%) y que no hubo una reducción significativa de la pobreza ni de la corrupción (10%)”.
Estas conclusiones contrastan con el informe elaborado por panistas que, en su primer comunicado emitido en vísperas de la sesión del Consejo Nacional del 11 de agosto, plantearon una revisión de las fallas de los gobiernos del PAN, “que incluyen problemas de corrupción, amiguismo, la existencia y operación de grupos de interés y una alevosa práctica de intervención indebida de actores de gobierno en la vida del partido en todos los niveles”.
Sin desdeñar los logros de los gobiernos de Fox y Calderón, se critica al primero porque “dilapidó buena parte de su capital político”, incumplió sus promesas de cambio y “sólo sacó físicamente al PRI de Los Pinos, no de su densidad en el gobierno y de las estructuras del poder público”, mientras que en el segundo “privó la desconfianza y privilegió la lealtad y la amistad sobre las aptitudes del puesto y de profesionalismo”.
Los gobiernos estatales también tienen responsabilidad: “Han sido gobiernos distantes, con rasgos autoritarios, no incluyentes, indispuestos a la participación y al escrutinio ciudadanos. Extendieron los vicios de permitir o no detectar que algunos de sus miembros utilizaron el poder para hacer negocios personales y patrocinar intereses privados”.
Por su parte, el PAN evidenció su ineficacia: “No hubo un programa eficaz de acción territorial y de estructura sección por sección, que debía existir antes, lo que generó que la militancia no operara al máximo ni se involucrara, y una buena parte se quedó sin tareas o de plano con los brazos cruzados”.
Añade: “Faltó una estrategia consistente de campaña. La idea fuerza central fue ambigua, los debates no sirvieron para marcar diferencias a favor de los gobiernos del PAN, hubo pésima relación con los medios de comunicación; la plataforma de organización electoral fue muy débil cuando se requería que fuese permanente. Sus deficiencias e insuficiencias hacen corresponsables del fracaso electoral al partido y al equipo de campaña”.
El padrón, establece el documento, está viciado para elegir candidatos y dirigentes: “La elección de éstos se hace con prácticas trampeadas (afiliación con datos falsos, cursos y exámenes falseados y parcialidad de las dirigencias, entre otras), su modus operandi abre un círculo vicioso cuyos resultados pueden llegar a la inviabilidad política del PAN”.
Una de sus principales propuestas es establecer en los nuevos estatutos la “moción de censura” por “acciones y omisiones graves del presidente del CEN y la facultad del Consejo Nacional de convocar a renovar la dirigencia después de tres mociones de censura, sin que se requiera de la renuncia del presidente o su comité”.
Además, se propone “reglamentar la renuncia inmediata de todo dirigente o comité después de resultados electorales adversos en un margen mayor de cinco puntos porcentuales a lo que se hubiese comprometido”.
Por ello, en el documento se pide a Fox y a Calderón “asumir su corresponsabilidad en los resultados electorales de 2012 y propiciar una auténtica autocrítica para facilitar la renovación del partido”.
Y concluye que, con inteligencia y buena voluntad, el PAN puede seguir teniendo vigencia. “De lo contrario, no se requiere ser adivino para saber que los estertores de la muerte le pueden aparecer en cualquier momento. Suficientes experiencias de partidos afines hay recientemente en el mundo”.
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