El oro de los anunnakis
Guillermo Fárber
Lingote de oro (Foto: Internet).
Esta versión es suficientemente bizarra para terminar con una sonrisa un año signado por oootro polémico fin del mundo:
http://youtu.be/AhT3qDcBKiA
http://youtu.be/AhT3qDcBKiA
La cito en este espacio dedicado a la macroeconomía porque me llamó la atención como un esquema quizá simbólico del intenso e inveterado interés en tantas culturas por el oro.
Hay muchas otras explicaciones, la mayoría racionales, lo sé; pero juguemos un poco con este enfoque que pretende explicar un fenómeno en cierto grado inexplicable.
Simplificaré y resumiré la versión lo más que pueda. Pero si no te sientes con ánimos para disfrutar con sangre liviana una lectura francamente provocativa, mejor deja de leer este artículo y pasa a otra página.
Todo comienza con la llegada a la Tierra, hace muchos miles de años, de la raza extraterrestre Anunnaki (también conocidos como reptilianos;
tecnológicamente muy avanzados, pero sin conciencia o espíritu),
quienes se cruzaron con las criaturas más evolucionadas en la Tierra en
ese momento, para crear la raza humana y ponerla a trabajar en la
función que a ellos les interesaba fundamentalmente: extraer oro de las
entrañas del planeta.
El oro es uno de los materiales más escasos de este universo y la Tierra
es especialmente rica en él. El oro sólo se crea, con la plata y el
platino, por la enorme presión y calor causados por el estallido de una
supernova. Los anunnakis necesitan de ese oro para espolvorearlo en la
tropósfera alrededor de su planeta amenazado por los rayos de su sol
(sería una protección tipo “esfera de Dyson”; ver http://es.wikipedia.org/wiki/Esfera_de_Dyson).
Esclavitud minera
Desde el origen, pues, los humanos nos hemos
dedicado a la labor central que tenemos milenariamente asignada: extraer
y atesorar oro. Ergo, nuestras otras muchas
ocupaciones humanas (guerrear, producir, consumir, filmar películas,
meditar) no son más que entretenimientos y distracciones. No somos sino
una raza de esclavos que a veces tienen la audacia de creerse “libres”
(con los gringos a la cabeza de esta fantasía). Se supone que la
presencia anunnaki está registrada desde los tiempos sumerios (hace casi
nueve mil años). ¿Por qué justo ahora se alborotan tanto las cosas?
Porque se nos acerca Nibiru, el supuesto “planeta” que orbita nuestro Sol y cada tres mil 661 años
tiene su mayor punto de aproximación a la Tierra, a la cual supera
varias veces en tamaño (desde tres hasta ocho, según diversas
estimaciones).
Según esto, Nibiru es en realidad sólo una “nave madre”
de los anunnakis, quienes se aprestan a subirse en ella como primer
paso rumbo a su planeta mucho más lejano, para llevarse todo el oro que
los esclavos (o sea nosotros) hemos logrado conseguir en estos últimos
tres mil 661 años. O sea que si desaparece el oro, ya sabes a dónde se
fue.
Supongo que esta versión te sugiere,
queridolector, muchas dudas y objeciones. En fin, para cuando aparezca
este artículo (domingo 23) supuestamente ya estaremos en el otro lado
del fin del mundo y tendremos otra perspectiva para enfocar estos curiosos temas.
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