“Dios bendito, yo no había visto tanta gente”
Política •
22 Enero 2013 - 4:38am — Mariana Otero-Briz
Las calles poco transitadas del municipio de Las Margaritas se
ahogaron en el barullo de motores, hélices y guardaespaldas provenientes
de todos los estados del país, que acudieron al arranque de la Cruzada
Nacional contra el Hambre.
Foto: Milenio
Chiapas • En menos de seis horas, las
calles silenciosas y poco transitadas del municipio de Las Margaritas,
Chiapas, se ahogaron en el barullo de motores,
hélices y guardaespaldas provenientes de todos los estados del país,
que cumplieron con la convocatoria para atestiguar el arranque de la
Cruzada Nacional contra el Hambre.
El centro deportivo donde se instaló una carpa y un escenario con capacidad para 13 mil personas quedó rebasado por los miles que abordaron en autobuses con las siglas del gobierno estatal o de algunas organizaciones sociales.
La presencia de los ciudadanos que podrán beneficiarse con el programa no fue la única que destacó, en el templete se apersonaron todos los integrantes del gabinete presidencial y casi la totalidad de los gobernadores. Todos, menos los de Jalisco y Guerrero.
Antes de la llegada de los equipos de seguridad y comunicación de los políticos, los 18 kilómetros que separan a Las Margaritas de Comitán, ciudad más cercana a ese municipio, se convirtieron en una interminable fila de vehículos que a la entrada eran separados “entre los que traían gafete de invitación”, y aquellos que con molestia aceptaban que solo estaban de paso.
“Dios santo bendito, yo no había visto tanta gente”, exclamaba una anciana que, junto con otros miles de transeúntes, en su mayoría indígenas, buscaba entrar al acto encabezado por Peña Nieto y el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco. Las vallas instaladas por los elementos del Estado Mayor Presidencial cercaron varias cuadras alrededor del deportivo, por lo que la gente caminó kilómetros para poder acceder al lugar.
Ubicado en un lugar privilegiado, pues su vivienda colinda con el estacionamiento del lugar donde se llevó a cabo la firma del decreto, Antonio Morín Gómez coreaba porras junto con sus hijos en el momento que los helicópteros que transportaban al Presidente aterrizaban a unas cuadras.
En el acto, donde la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, informó que la cruzada sexenal favorecerá a 7.4 millones de personas en condiciones de pobreza alimentaria, contrastaban los pies descalzos y las prendas típicas chiapanecas con los trajes sastres de las funcionarias federales y de la esposa del Presidente.
“El éxito de la cruzada dependerá de la suma de voluntades, de nuestra capacidad para articular acuerdos en el marco de nuestra compleja pluralidad, de nuestra decisión de poner a México por delante, de ser generosos con este gran país al que todo debemos”, les convocó Robles durante la presentación del programa.
Luego, Peña Nieto calificó de épica la tarea de erradicar el hambre en el país, por lo que explicó que la cruzada no será un programa asistencialista, sino una estrategia integral cuyos resultados serán evaluados.
“Esta cruzada, y hay que decirlo de manera subrayada, no es una medida asistencialista, no se trata solo de repartir alimentos entre quienes carecen de él. Es una estrategia integral de inclusión y bienestar social. Es un cambio estructural en materia de combate a la pobreza. Los programas sociales tienen que evolucionar, lograr que a mayor inversión se den mayores resultados”, enfatizó el Presidente.
Pero el entusiasmo duró poco, 20 minutos después de haber finalizado su discurso, los más de 100 metros de montaje fueron abandonados en su totalidad. En los alrededores solo quedaron los puestos ambulantes de papas, esquites o tacos de los comerciantes que antes de esperar los resultados del programa federal prefirieron salir a calmar el hambre de los asistentes “y de paso ganarse unos pesitos”.
“Tengo 32 años y seis de vender papás a la francesa. Voy de feria en feria, y hoy vine porque me dijeron que aquí habría una”, dijo Araceli Alfaro al aceptar que la visita del Presidente ayudó a mejorar las ventas.
El centro deportivo donde se instaló una carpa y un escenario con capacidad para 13 mil personas quedó rebasado por los miles que abordaron en autobuses con las siglas del gobierno estatal o de algunas organizaciones sociales.
La presencia de los ciudadanos que podrán beneficiarse con el programa no fue la única que destacó, en el templete se apersonaron todos los integrantes del gabinete presidencial y casi la totalidad de los gobernadores. Todos, menos los de Jalisco y Guerrero.
Antes de la llegada de los equipos de seguridad y comunicación de los políticos, los 18 kilómetros que separan a Las Margaritas de Comitán, ciudad más cercana a ese municipio, se convirtieron en una interminable fila de vehículos que a la entrada eran separados “entre los que traían gafete de invitación”, y aquellos que con molestia aceptaban que solo estaban de paso.
“Dios santo bendito, yo no había visto tanta gente”, exclamaba una anciana que, junto con otros miles de transeúntes, en su mayoría indígenas, buscaba entrar al acto encabezado por Peña Nieto y el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco. Las vallas instaladas por los elementos del Estado Mayor Presidencial cercaron varias cuadras alrededor del deportivo, por lo que la gente caminó kilómetros para poder acceder al lugar.
Ubicado en un lugar privilegiado, pues su vivienda colinda con el estacionamiento del lugar donde se llevó a cabo la firma del decreto, Antonio Morín Gómez coreaba porras junto con sus hijos en el momento que los helicópteros que transportaban al Presidente aterrizaban a unas cuadras.
En el acto, donde la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, informó que la cruzada sexenal favorecerá a 7.4 millones de personas en condiciones de pobreza alimentaria, contrastaban los pies descalzos y las prendas típicas chiapanecas con los trajes sastres de las funcionarias federales y de la esposa del Presidente.
“El éxito de la cruzada dependerá de la suma de voluntades, de nuestra capacidad para articular acuerdos en el marco de nuestra compleja pluralidad, de nuestra decisión de poner a México por delante, de ser generosos con este gran país al que todo debemos”, les convocó Robles durante la presentación del programa.
Luego, Peña Nieto calificó de épica la tarea de erradicar el hambre en el país, por lo que explicó que la cruzada no será un programa asistencialista, sino una estrategia integral cuyos resultados serán evaluados.
“Esta cruzada, y hay que decirlo de manera subrayada, no es una medida asistencialista, no se trata solo de repartir alimentos entre quienes carecen de él. Es una estrategia integral de inclusión y bienestar social. Es un cambio estructural en materia de combate a la pobreza. Los programas sociales tienen que evolucionar, lograr que a mayor inversión se den mayores resultados”, enfatizó el Presidente.
Pero el entusiasmo duró poco, 20 minutos después de haber finalizado su discurso, los más de 100 metros de montaje fueron abandonados en su totalidad. En los alrededores solo quedaron los puestos ambulantes de papas, esquites o tacos de los comerciantes que antes de esperar los resultados del programa federal prefirieron salir a calmar el hambre de los asistentes “y de paso ganarse unos pesitos”.
“Tengo 32 años y seis de vender papás a la francesa. Voy de feria en feria, y hoy vine porque me dijeron que aquí habría una”, dijo Araceli Alfaro al aceptar que la visita del Presidente ayudó a mejorar las ventas.
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