El secreto de Fátima que asustó al Vaticano
Uno
de los sucesos históricos de la iglesia católica más importantes,
además de la resurrección de Jesús, es sin duda el que se refiere al
tercer secreto que la virgen de Fátima reveló a tres pastorcitos en esa
población de Lisboa, cinco meses después del 13 de mayo de 1917, cuando
se apareció por primera vez, en plena Primera Guerra Mundial y
precisamente el mismo año en el que inició la Revolución Rusa.
En diferentes épocas, a partir de ese evento, hubo muchas especulaciones sobre el tema. Así, hubo quienes acusaron de anticomunista a la citada virgen por tener ese cariz el contenido de uno de los tres secretos que les fue revelado a miles de personas en Fátima en 1917, pues en el mismo se exigía que el Papa llevara a cabo la consagración de Rusia.
De no realizar la consagración de Rusia, este país “extendería sus terrores alrededor del mundo, fomentando la guerra y la persecución”. Al final, dado que Rusia no volvió a Jesús, el país de León Tolstoi, efectivamente, llegó a tener dominio sobre casi la mitad del mundo… pero después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuando se dio paso a la denominada Guerra Fría.
En base a esa premisa, el escritor australiano Cam Lavac escribió una novela con el sugerente título de Satán en la Iglesia (el nombre original en inglés es más preciso: La iglesia de Satán), donde el autor profundiza en lo relacionado con las intrigantes revelaciones hechas por la Virgen de Fátima a, primeramente, tres pastorcitos; más tarde, a unas 70 mil personas que presenciaron la última aparición en octubre del mismo año.
La novela también aborda el tema de los curas pedófilos (el protagonista es un cura decepcionado por ser testigo de la impunidad en la que se encuentran los que incurren en ese delito) y el del contubernio entre la mafia italiana y el Vaticano en el lavado de dinero de su banco, temas que no tienen nada de ficticios.
Vuelvo al tema central. Al ser México un país predominantemente católico, es obvio que hay muchos a los que les interesa saber lo que ocurre al interior de la milenaria institución. Uno de los grandes misterios durante muchos fue, a no dudarlo, el relacionado con las apariciones de la virgen a los tres niños de Fátima. ¿Qué es lo que pasó realmente esa vez?
La novela desentraña el misterio que tal vez a millones de católicos de todo el mundo los mantuvo en suspenso, aunque seguramente a muchos se les olvidó con el tiempo o murieron sin llegar a conocerlo. Claro, el esclarecimiento de los hechos ya se había dado de manera paulatina, de manera que lo que dice la novela no es tan novedoso, salvo por el hecho de que reconstruye muy bien los acontecimientos que dejan todo en claro.
La virgen de Fátima se apareció el 13 de mayo de 1917 a Lucía y sus primos Francisco y Jacinta, de diez, nueve y siete años, respectivamente. Durante las apariciones, que se dieron durante los siguientes cinco meses, cada día 13 siempre, la aparición hizo tres revelaciones y dio pruebas de su poder (cualquier fanático de la aparición de ovnis podría asegurar que más bien la presencia correspondía a extraterrestres).
Se supone que los dos primeros secretos fueron dados a conocer tiempo después, aunque en lo personal yo nunca me enteré de eso. El tercero es el más terrible y, por tanto, los papas a los que les correspondió darlo a conocer prefirieron hacer caso omiso al llamado, aun cuando la petición de revelarlo al mundo venía nada menos que de la madre de Dios en sus diversas presentaciones; en este caso, de virgen de Fátima.
Estos sucesos son verdaderos. La petición era que el tercer secreto se diera a conocer, a más tardar, en el año de 1960; sin embargo, los papas a los que les correspondió darlo a conocer: Juan XXIII (1958-1963) y Pablo VI (1963-1978), supuestamente horrorizados por el contenido, nunca lo hicieron, sino hasta el año 2000, ya con Juan Pablo II en el poder, aunque se estima que incompleto.
El breve reinado de Juan Pablo I descarta que se haya negado a dar a conocer el contenido del tercer secreto; es más, posiblemente haya sido envenenado porque estaba dispuesto a tomar medidas que cimbrarían a la milenaria institución desde sus cimientos.
El libro En el nombre de Dios, de David Yayop, menciona el envenenamiento como una de las varias conclusiones a las que llega la investigación del célebre escritor inglés, que tuvo una respuesta del propio Vaticano con el libro Como ladrón en la noche, en alusión a la frase de cierto santo.
El caso es que el autor de la novela Satán en la iglesia desvela una hipótesis muy interesante sobre el tercer secreto de Fátima, pues recuerda que en el 2000, en el papado de Juan Pablo II, el entonces cardenal Joseph Ratzinger lo dio a conocer sin que llegara a causar gran revuelo (como el que creó ahora que, como Benedicto XVI, renunció al cargo de representante de Jesús en la Tierra).
Casi sólo por conocer el tercer secreto de la virgen de Fátima vale la pena leer la novela del australiano Cam Lavac.
En diferentes épocas, a partir de ese evento, hubo muchas especulaciones sobre el tema. Así, hubo quienes acusaron de anticomunista a la citada virgen por tener ese cariz el contenido de uno de los tres secretos que les fue revelado a miles de personas en Fátima en 1917, pues en el mismo se exigía que el Papa llevara a cabo la consagración de Rusia.
De no realizar la consagración de Rusia, este país “extendería sus terrores alrededor del mundo, fomentando la guerra y la persecución”. Al final, dado que Rusia no volvió a Jesús, el país de León Tolstoi, efectivamente, llegó a tener dominio sobre casi la mitad del mundo… pero después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuando se dio paso a la denominada Guerra Fría.
En base a esa premisa, el escritor australiano Cam Lavac escribió una novela con el sugerente título de Satán en la Iglesia (el nombre original en inglés es más preciso: La iglesia de Satán), donde el autor profundiza en lo relacionado con las intrigantes revelaciones hechas por la Virgen de Fátima a, primeramente, tres pastorcitos; más tarde, a unas 70 mil personas que presenciaron la última aparición en octubre del mismo año.
La novela también aborda el tema de los curas pedófilos (el protagonista es un cura decepcionado por ser testigo de la impunidad en la que se encuentran los que incurren en ese delito) y el del contubernio entre la mafia italiana y el Vaticano en el lavado de dinero de su banco, temas que no tienen nada de ficticios.
Vuelvo al tema central. Al ser México un país predominantemente católico, es obvio que hay muchos a los que les interesa saber lo que ocurre al interior de la milenaria institución. Uno de los grandes misterios durante muchos fue, a no dudarlo, el relacionado con las apariciones de la virgen a los tres niños de Fátima. ¿Qué es lo que pasó realmente esa vez?
La novela desentraña el misterio que tal vez a millones de católicos de todo el mundo los mantuvo en suspenso, aunque seguramente a muchos se les olvidó con el tiempo o murieron sin llegar a conocerlo. Claro, el esclarecimiento de los hechos ya se había dado de manera paulatina, de manera que lo que dice la novela no es tan novedoso, salvo por el hecho de que reconstruye muy bien los acontecimientos que dejan todo en claro.
La virgen de Fátima se apareció el 13 de mayo de 1917 a Lucía y sus primos Francisco y Jacinta, de diez, nueve y siete años, respectivamente. Durante las apariciones, que se dieron durante los siguientes cinco meses, cada día 13 siempre, la aparición hizo tres revelaciones y dio pruebas de su poder (cualquier fanático de la aparición de ovnis podría asegurar que más bien la presencia correspondía a extraterrestres).
Se supone que los dos primeros secretos fueron dados a conocer tiempo después, aunque en lo personal yo nunca me enteré de eso. El tercero es el más terrible y, por tanto, los papas a los que les correspondió darlo a conocer prefirieron hacer caso omiso al llamado, aun cuando la petición de revelarlo al mundo venía nada menos que de la madre de Dios en sus diversas presentaciones; en este caso, de virgen de Fátima.
Estos sucesos son verdaderos. La petición era que el tercer secreto se diera a conocer, a más tardar, en el año de 1960; sin embargo, los papas a los que les correspondió darlo a conocer: Juan XXIII (1958-1963) y Pablo VI (1963-1978), supuestamente horrorizados por el contenido, nunca lo hicieron, sino hasta el año 2000, ya con Juan Pablo II en el poder, aunque se estima que incompleto.
El breve reinado de Juan Pablo I descarta que se haya negado a dar a conocer el contenido del tercer secreto; es más, posiblemente haya sido envenenado porque estaba dispuesto a tomar medidas que cimbrarían a la milenaria institución desde sus cimientos.
El libro En el nombre de Dios, de David Yayop, menciona el envenenamiento como una de las varias conclusiones a las que llega la investigación del célebre escritor inglés, que tuvo una respuesta del propio Vaticano con el libro Como ladrón en la noche, en alusión a la frase de cierto santo.
El caso es que el autor de la novela Satán en la iglesia desvela una hipótesis muy interesante sobre el tercer secreto de Fátima, pues recuerda que en el 2000, en el papado de Juan Pablo II, el entonces cardenal Joseph Ratzinger lo dio a conocer sin que llegara a causar gran revuelo (como el que creó ahora que, como Benedicto XVI, renunció al cargo de representante de Jesús en la Tierra).
Casi sólo por conocer el tercer secreto de la virgen de Fátima vale la pena leer la novela del australiano Cam Lavac.
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