Pide obispo a políticos aprender del Papa y no aferrarse al poder
El obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi.
Foto: Eduardo Miranda
Foto: Eduardo Miranda
Arizmendi Esquivel dijo que a todos los católicos los tomó por sorpresa el anuncio de Benedicto XVI de dimitir a su ministerio como sucesor de Pedro.
Dijo que algunos, en vez de admirar y valorar la profunda madurez humana y cristiana de Joseph Ratzinger, “su clarividencia evangélica para decidir el momento oportuno; su generosidad espiritual al no estar aferrado a un puesto; su gran libertad para tomar decisiones tan trascendentes, y sobre todo su arraigado y sacrificado amor a la Iglesia”, de inmediato se dedicaron a las elucubraciones sobre quién podría ser elegido nuevo Papa o sobre si hay otras razones para que renunciara.
Señaló que algunos que se consideran especialistas en asuntos religiosos, de inmediato expresaron opiniones que confirman lo que ya había dicho Jesús: “quien tiene los ojos manchados, todo lo ve sucio”.
Pidió a sus feligreses “desconcertados” analizar el texto de renuncia pronunciado por Ratzinger.
Confió en que esta decisión del Papa sirva como una invitación a todos “a no aferrarnos nunca al ejercicio de una autoridad”.
“Un padre de familia, a tiempo distribuya las herencias y no retenga su poder sobre los bienes que pueda dejar a los hijos. Un catequista, un servidor de la Iglesia, presente su renuncia periódicamente, para que la comunidad crezca. Un líder sindical, un gobernante, no se empecine en su cargo, como si nadie más fuera capaz de ejercerlo”, indicó.
“Los obispos presentamos al Papa nuestra renuncia al cumplir 75 años, o cuando la salud u otras causas nos impiden presidir la diócesis. Esto es lo más sano para la Iglesia, a la que el Espíritu Santo no deja de asistir. La fe asegura que Jesús es el supremo pastor. Oremos por que se elija un buen sucesor y no nos impresionemos por opiniones sin fundamento real”, concluyó.
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