Por Miguel Lozano *
La
Habana (PL) La realidad concreta hace la búsqueda de consenso en las
relaciones de Cuba y Estados Unidos un ejercicio complicado, en opinión
de 16 académicos de ambos países, que aún así concuerdan en proponer a
sus gobiernos vías de acercamiento.
En opinión del doctor Carlos Alzugaray, uno de los ocho cubanos que
junto a ocho estadounidenses elaboraron algo más de 20 recomendaciones a
los dos gobiernos, el proyecto conocido como Talleres Académicos Cuba
Estados Unidos (TACE) es un aporte positivo al demostrar como fueron
capaces de sentarse sobre una base de confianza mutua.
Estas
recomendaciones, recogidas en un libro que abarca lo logrado en varios
encuentros desde 2009, serán presentadas el próximo 30 de mayo en
Washington, en el XXXI Congreso de la Asociación de Estudios
Latinoamericanos (LASA, por sus siglas en inglés).
El consenso
fue logrado más allá de las diferencias, a partir de la comprensión de
estas, lo cual saca un poco el tema de Cuba del ambiente confrontacional
de siempre: es así en la política estadounidenses y también en Cuba
donde existe, por sobradas razones, una desconfianza, apunta Alzugaray.
Para el exdiplomático, visto en una perspectiva de largo plazo Estados
Unidos debería estar pensando primero que en Cuba se está dando un
proceso de cambios muy importante sobre la base de la actualización del
modelo económico.
En su opinión, eso tiene una serie de
implicaciones políticas después de las medidas tomadas por el Congreso
del Partido Comunista y su Conferencia y los últimos análisis del
presidente Raúl Castro y del Consejo de Ministros pues, agrega, "es
obvio que en Cuba se va a dar una nueva generación de líderes cubanos".
Esa generación, recuerda, ha nacido y vivido prácticamente en una
relación de confrontación con Estados Unidos y obviamente es importante
que se superen los problemas producto de la desconfianza.
De
acuerdo con su opinión, las condiciones están dadas para trabajar con
temas nobles como la cooperación medioambiental y climatológica, sobre
los
cuales ya existen ejemplos como cuando hay un huracán en el Caribe y el
Instituto de Meteorología de Cuba y el Centro de Huracanes de Miami trabajan aunadamente para hacer los pronósticos.
Hay incluso ocasiones, dice, en que Estados Unidos debe reconocer la
cooperación cubana como la reciente devolución de una pareja que
secuestró unos niños o la posibilidad, luego no materializada, de
cooperar en la ayuda al pueblo haitiano después del terremoto, cuando la
epidemia de cólera.
Según el académico, una recomendación
importante de TACE es sacar a Cuba de la lista estadounidense de países
que cooperan con el terrorismo. "Es imprescindible una solución porque
la mayor parte de los observadores coincide en que la lista se
desprestigia por sí misma por la injusticia de incluir a Cuba".
Independiente de ello, agrega, personalmente me cuestiono si Estados
Unidos debe tener una lista de estados terroristas porque no creo que
unilateralmente ningún país tenga que decir quien es terrorista o no.
Otro elemento favorable apuntado por Alzugaray es el incremento de los
contactos entre ciudadanos cubanos y norteamericanos, el cual ya se está
dando de manera muy favorable.
En el caso de la nueva ley
migratoria cubana, afirma que favorece mayor apertura de intercambio y
parte de una base totalmente distinta.
"La ley migratoria cubana
no parte de una idea de fortaleza sitiada y protección de la frontera,
sino de facilitar los intercambios y por otra
parte todo hace indicar que la administración Obama seguirá con este
proceso de ampliación de los viajes de ciudadanos estadounidenses a
Cuba".
En una visita, un norteamericano bien intencionado comprueba que la
isla no es la terrible dictadura que se plantea y contribuye a que haya
más gente que diga: tenemos que hablar con nuestros congresistas para
cambiar la política hacia Cuba.
Esos son logros a los cuales
desde el punto de vista académico podemos hacer una modesta
contribución, pues podemos hallar fórmulas que los gobiernos después
encuentren viables y de alguna forma abrimos un camino de confianza
mutua y cooperación. Interrogada sobre las posiciones de la comunidad
académica estadounidense, la doctora Milagros Martínez recuerda que en
TACE participan republicanos y demócratasâ�� pero todos tenían como
punto de partida la necesidad de dar un cambio en las relaciones.
Yo no veo en ellos una evolución para más o para menos. Parto de que
estaban desde el principio a favor de un cambio en las relaciones. Ahora
creo que al hacerse una de las reuniones en Cuba, muchos de ellos
conocieron la realidad cubana.
Ver la rama de la Biotecnología,
el proceso de urbanización de la Habana Vieja o el capital humano les
hizo conocer cuan distinta es la Cuba real a la representación mediática
que hay en Estados Unidos.
Ese sería uno de los principales
aportes de este ejercicio académico. Cuando usted conoce mejor una
realidad, está en mejor posición para hacer una propuesta mucho más
atinada.
En opinión de Alzugaray, hay un elemento importante sobre todo en lo
referido al panorama económico cubano pues algunos norteamericanos llegaron con una disposición no negativa pero sí escéptica.
"Cuando vieron y constataron como marcha la actualización del modelo
económico,
la apertura al sector no estatal, el proyecto para construir en el
Mariel (oeste de Cuba) una super-terminal de contenedores, se fortaleció
en algunos de ellos la idea de la seriedad de la estrategia económica
nueva".
Apreciaron, como insisten los dirigentes cubanos, en que
se trata de lograr una sociedad próspera y sustentable, palabras
-precisa- que
usualmente no se usaban en el discurso político cubano.
Eso motivó, recuerda, un producto colateral del proyecto: el estudio
de
un académico muy respetado y serio que trabajó en la Casa Blanca acerca
del tema de como viabilizar el acceso de Cuba a las instituciones
financieras internacionales.
Algo muy importante en su opinión es que mientras hablábamos de la
importancia
de ampliar la libertad de viajes, el gobierno cubano dio a conocer la
nueva ley migratoria que descoloca a los de posición más dura con
argumentos de que Cuba no dejaba viajar libremente, algo no totalmente
así, aunque había limitantes.
Todo esto facilitó, añade, el
camino para que académicos sin una posición negativa, se movieran a otra
claramente positiva. Esperamos eventualmente esto se expanda a sectores
que no veían bien un cambio en la política hacia Cuba.
De
acuerdo con su criterio, de todas formas es un proceso largo, complejo,
con numerosos obstáculos pero considera que el mundo académico ha puesto
su granito de arena.
Para Alzugaray existe una masa crítica en
el mundo académico favorable a la normalización de las relaciones. El
mundo político es más complicado, menos dúctil hacia esta experiencia,
pero -pronostica- de alguna forma se va a ir ganando terreno.
En
relación con el congreso de LASA en Washington, donde se presentarán
las recomendaciones, recordó que estos encuentros llegaron a retirarse
de Estados Unidos por las dificultades de llevar a cabo intercambios
académicos entre cubanos y norteamericanos.
El último congreso
fue el de 2001 precisamente en Washington (hasta la realización de uno
en San Francisco en 2012) y ahora volvemos 12 años
después en condiciones distintas.
Aquel congreso de Washington tuvo lugar unos días antes de los
atentados terroristas a las Torres Gemelas y a partir de ahí las cosas
cambiaron, aunque la administración Bush venía con una marcada intención
de cortar todo contacto entre Cuba y Estados Unidos� Esa no es la
situación hoy. |
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