El dinosaurio de Pemex, condiciona la reforma energética de Peña Nieto: WP
Permitir la colaboración extranjera en la explotación
de los recursos nacionales pone en la mesa el debate sobre la
modernización o una privatización disfrazada
Uno de los aspectos prioritarios de la todavía joven
administración del presidente Enrique Peña Nieto es la consolidación de
una reforma energética, hecho que las grandes empresas internacionales
en el ramo esperan con ansia, en miras de la aparición de pequeñas
grietas que les permitan el acceso a la riqueza mexicana.
De acuerdo a un análisis del periódico estadunidense The Washington Post, la cuestión es si el presidente dará apertura a la colaboración de empresas extranjeras en la explotación de los recursos petroleros nacionales, como lo han hecho Brasil y Noruega y la delgada línea que eso supone ante la privatización.
“Pemex, que una vez fue orgullo nacional, ahora se ha convertido en un dinosaurio, atrapado por la deuda y caracterizado por su atrasado en tecnología”.
Estados Unidos calcula que los depósitos de gas de México son el cuarto más grande en el mundo, con el potencial de asegurar décadas de energía a bajo costo y ofrecer a los fabricantes un incentivo adicional para invertir en México en lugares como China, sin embargo, las exportaciones de petróleo de México a EU están cayendo debajo de la marca del millón de barriles por día, por primera vez desde 1994.
Los especialistas en la materia consideran que el bloqueo a la asociación de Petróleos Mexicanos con empresas extranjeras que plantea la Constitución significa un obstáculo en el avance de la economía nacional, hecho que ha alertado a la agenda de reformas que Peña Nieto ha previsto para su gestión.
El alfil del gobierno federal en Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya, tiene la difícil tarea de la “modernización” de la compañía, no su privatización, como los opositores alegan, asegura Peña Nieto.
“Se trata de una reforma práctica que permita la introducción de las nuevas tecnologías que nos falta, y acelerar el crecimiento de nuestros recursos energéticos con el fin de reducir los costos de la electricidad para las familias y las empresas mexicanas”, declaró el mandatario durante la conmemoración de la expropiación petrolera, el 18 de marzo pasado.
La modificación constitucional que permitiría la participación de empresas extranjeras en Pemex requieren la aprobación de dos terceras partes del Congreso, eso sin contar la negativa de parte del sindicato y los grupos de izquierda que se oponen a la reforma, afirma el rotativo, por lo que al gobierno de Enrique Peña Nieto, aún le queda un largo camino de negociaciones y acuerdos
Con información de The Washington Post
De acuerdo a un análisis del periódico estadunidense The Washington Post, la cuestión es si el presidente dará apertura a la colaboración de empresas extranjeras en la explotación de los recursos petroleros nacionales, como lo han hecho Brasil y Noruega y la delgada línea que eso supone ante la privatización.
“Pemex, que una vez fue orgullo nacional, ahora se ha convertido en un dinosaurio, atrapado por la deuda y caracterizado por su atrasado en tecnología”.
Estados Unidos calcula que los depósitos de gas de México son el cuarto más grande en el mundo, con el potencial de asegurar décadas de energía a bajo costo y ofrecer a los fabricantes un incentivo adicional para invertir en México en lugares como China, sin embargo, las exportaciones de petróleo de México a EU están cayendo debajo de la marca del millón de barriles por día, por primera vez desde 1994.
Los especialistas en la materia consideran que el bloqueo a la asociación de Petróleos Mexicanos con empresas extranjeras que plantea la Constitución significa un obstáculo en el avance de la economía nacional, hecho que ha alertado a la agenda de reformas que Peña Nieto ha previsto para su gestión.
El alfil del gobierno federal en Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya, tiene la difícil tarea de la “modernización” de la compañía, no su privatización, como los opositores alegan, asegura Peña Nieto.
“Se trata de una reforma práctica que permita la introducción de las nuevas tecnologías que nos falta, y acelerar el crecimiento de nuestros recursos energéticos con el fin de reducir los costos de la electricidad para las familias y las empresas mexicanas”, declaró el mandatario durante la conmemoración de la expropiación petrolera, el 18 de marzo pasado.
La modificación constitucional que permitiría la participación de empresas extranjeras en Pemex requieren la aprobación de dos terceras partes del Congreso, eso sin contar la negativa de parte del sindicato y los grupos de izquierda que se oponen a la reforma, afirma el rotativo, por lo que al gobierno de Enrique Peña Nieto, aún le queda un largo camino de negociaciones y acuerdos
Con información de The Washington Post
No hay comentarios.:
Publicar un comentario