Difícil saber si una prenda se fabricó con ética
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NUEVA YORK (AP) -- Alguien puede reciclar la basura, cultivar
sus propios alimentos y conducir un auto de bajas emisiones
contaminantes, pero ser socialmente responsable cuando se trata de la
ropa no es tan fácil.
El derrumbe de un
edificio en Bangladesh que mató a cientos de trabajadores de una fábrica
de ropa la semana pasada puso bajo los reflectores el hecho de que las
personas en países pobres a veces arriesgan sus vidas al trabajar en
talleres inseguros que producen las camisetas y ropa interior baratas
que consumen los occidentales.
El desastre,
que se suma a un incendio en otra fábrica de Bangladesh en la que
murieron 112 personas en noviembre, pone de relieve algo igual de
turbador para los compradores socialmente responsables: es casi
imposible asegurarse de que la ropa que uno compra se manufacturó en
talleres con condiciones seguras de trabajo.
Muy
pocas compañías venden ropa "hecha éticamente"; es decir, aquella que
se confeccionó en fábricas que mantienen condiciones seguras de trabajo.
De hecho, la ropa ética representa sólo una pequeña fracción de punto
porcentual de los 3.000 millones de dólares que mueve la industria
mundial del vestido.
Es aún más difícil
dilucidar si la ropa que uno compra está hecha en fábricas seguras si no
la compra en tiendas que no promueven sus productos como elaborados
éticamente.
Ello porque las grandes cadenas
por lo general usan una compleja red de proveedores en países como
Bangladesh, que con frecuencia delegan la producción a otras fábricas.
Eso significa que los comercios no siempre saben el origen de la ropa
cuando se fabrica en el extranjero.
"Para el
consumidor, es virtualmente imposible saber si el producto fue elaborado
en condiciones seguras", dijo Craig Johnson, presidente de la
consultoría Customer Growth Partners. "Para las marcas hechas en Estados
Unidos, tienes bastante certeza, pero entre más te alejes de Estados
Unidos, menos de ella hay".
La mayoría de las
tiendas de ropa mundiales tienen estándares de seguridad en las fábricas
que producen sus prendas de vestir. Y las compañías por lo general
requieren que contratistas y subcontratistas sigan dichas directrices,
pero supervisar su cumplimiento es un proceso costoso y tardado.
Y
algunos expertos dicen que las tiendas tienen pocos incentivos para ser
más enérgicas porque el público no los presiona a serlo.
America's
Research Group, que entrevista a entre 10.000 y 15.000 consumidores a
la semana a nombre de las cadenas minoristas, dijo que incluso después
de las dos tragedias en Bangladesh, los consumidores están más
preocupados por las tallas y el precio de la ropa que en si los obreros
que la hicieron recibieron un salario razonable y lo laboran en
condiciones seguras.
"No hemos visto reacción
del consumidor a las acusaciones de condiciones laborales peligrosas",
dijo C. Britt Beemer, presidente de la firma.
Sin
embargo, algunos comercios dicen que, tras los recientes desastres, las
cosas están empezando a cambiar. Dicen que más consumidores prestan
atención a las etiquetas y en dónde se fabrica la ropa.
Fair
Indigo es una tienda por internet que vende ropa y accesorios
certificados por Fair Trade U.S.A., una organización sin fines de lucro
que audita productos para asegurarse de que los trabajadores que los
crean fuera de Estados Unidos reciben un salario digno y trabajan en
condiciones seguras.
Rob Behnke, cofundador y
presidente de Fair Indigo, dijo que algunos compradores llaman y
mencionan las recientes tragedias de Bangladesh. La compañía, que genera
ventas anuales de menos de 10 millones de dólares, tuvo un incremento
interanual de 35% en sus ingresos luego del desastre. Ello es similar al
crecimiento de 38% en ingresos que tuvo en la temporada
noviembre-diciembre luego del incendio.
Behnke
dijo que las imágenes de algunos de los trabajadores en países como
Perú, que publican en su catálogo y su portal de internet, tienen
impacto en los compradores.
"Conectamos a los
consumidores con los trabajadores textiles a un nivel personal", dijo.
"Estamos mostrando que los trabajadores de la industria son como tú y
como yo".
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