Las entrevistas de los presidentes entre bastidores
Foto: AFP
–¿Qué les ha intentado enseñar a los
profesores y a los estudiantes de Piatigorsk? ¿Qué secretos de su
profesión ha compartido con ellos?
–En
mis clases magistrales siempre intento transmitir mi experiencia
personal en situaciones concretas. Los futuros intérpretes tienen que
saber cómo comportarse cuando surjan determinados problemas, cómo
reaccionar en ciertas situaciones. Como es sabido, de acuerdo con el
protocolo es necesaria la presencia de un intérprete incluso cuando las
personalidades implicadas conocen el idioma y son capaces de entenderse
solos. Por ejemplo, yo nunca tuve que traducir del ruso al búlgaro al
expresidente de Bulgaria Georgui Parvanov en sus entrevistas con el
entonces presidente Medvédev y con el primer ministro Putin.
Exactamente igual ocurre ahora cuando me toca trabajar para el
presidente Plevneliev en sus entrevistas con las autoridades rusas. Hace
poco pasó así cuando Plevneliev recibió al Patriarca de toda Rusia
Kiril, en el curso de su visita a Sofía. Los búlgaros, en general,
todavía no han olvidado el ruso.
Pero se dan
otras situaciones comprometidas. Por ejemplo, en Bakú no fue posible
encontrar buenos intérpretes capaces de traducir directamente de un
idioma a otro para el encuentro entre Ilham Aliev y Georgui Parvanov.
Entonces yo sugerí utilizar la lengua rusa. El presidente de Azerbaiyán
pronuncia sus palabras y el intérprete me susurra la traducción al ruso.
Yo tomo notas a toda velocidad e inmediatamente traduzco al búlgaro. Lo
mismo hubo que hacer cuando le tocó el turno al presidente búlgaro. Y
así la conferencia de prensa transcurrió sin problemas, sin ningún
retraso a la hora de traducir.
–¿Y puede un intérprete
suavizar los términos de una frase? Porque seguramente ocurren ese tipo
de situaciones un poco violentas también al más alto nivel…
–El
traductor tiene que saber cuál es su lugar y cumplir su tarea de
intermediario. Pero tengo que reconocer que, durante la crisis del gas
entre Rusia y Ucrania en 2009, tuve que valerme de todo mi saber hacer y
mi templanza para que las conversaciones no se echaran a perder. En
febrero, estábamos en Moscú con motivo del Año de Bulgaria en Rusia y
estaba previsto un encuentro de los dos presidentes. Parvanov insistía
en exigir una compensación por los daños causados por la crisis del gas.
Mientras, Dmitri Medvédev sugería que pidiera la compensación en Kiev.
Para no aumentar la tensión, me esforcé por traducir con la máxima
tranquilidad. Espero que, así, contribuyera a encontrar una salida a la
situación. ¿Sabe?, cuanto más contenido e inmutable es el traductor,
mejor suelen ir las negociaciones. Es una norma de oro que siempre trato
de transmitir a mis estudiantes.
Además, Borís
Naymushin enseña el arte de la traducción en el ámbito de las
competiciones deportivas. En Piatigorsk, dio clases a los voluntarios de
los Juegos Olímpicos que tendrán lugar próximamente en Sochi. Hay
muchos detalles que deben tenerse en cuenta a la hora de traducir cuando
se recibe a los deportistas, cuando se les lleva al hotel y cuando se
les conduce a las instalaciones deportivas o a los distintos lugares de
interés. Está en las manos del traductor hacer que los Juegos Olímpicos
de 2014 queden en la memoria de los participantes como un bonito
recuerdo para toda la vida.
ach/lj/sm
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