martes, 20 de agosto de 2013

Destruyen discos duros de The Guardian

19 ago, 23:25 EDT

Destruyen discos duros de The Guardian

AP Photo
AP Photo/Raphael Satter

LONDRES (AP) -- Agentes británicos supervisaron la destrucción de un número no especificado de discos duros del periódico The Guardian, al parecer en un intento por impedir que contenidos de las filtraciones del ex analista Edward Snowden caigan en poder de espías chinos, anunció el lunes el director del medio.
Alan Rusbridger hizo la aseveración en un artículo de opinión publicado en la página digital del periódico. Dijo que un par de elementos de la agencia de espionaje británica, conocida como GCHQ, vigilaron el proceso en lo que él describió como "uno de los momentos más extraños en la larga historia de The Guardian".
Afirmó que los discos duros fueron destruidos en el sótano de la oficina del periódico en el norte de Londres "con la supervisión de dos expertos de seguridad de la GCHQ... para garantizar que no quedara nada en los fragmentos destrozados de metal que pudiera ser de algún interés para agentes chinos".
No quedó claro cuándo se efectuó exactamente la destrucción de los discos duros. Rusbridger mencionó una fecha vaga al dejar entrever que tuvo lugar en el último mes, más o menos.
Gennady Kolker, portavoz de The Guardian, declinó hacer mayores comentarios, y los mensajes enviados en horas inhábiles a la GCHQ para solicitar declaraciones al respecto no fueron respondidos. Una operadora en la agencia de espionaje indicó que no había nadie disponible sino hasta el martes.
Rusbridger dijo que la destrucción de los discos duros fue la culminación de semanas de presiones a The Guardian por parte de funcionarios británicos, que incluyeron la exigencia de agentes del gobierno de que se entregaran o destruyeran los materiales de Snowden, ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense.
Poco después de que su periódico comenzó a publicar reportes basados en información de Snowden, el director del medio dijo que fue contactado por un "muy alto funcionario del gobierno para manifestar los puntos de vista del primer ministro", quien demandó que se devolviera o destruyera el material filtrado por el ex analista estadounidense. Esto siguió a una serie de reuniones cada vez más duras donde las autoridades exigían que The Guardian cumpliera. Al final, dijo Rusbridger, los funcionarios amenazaron con emprender acción legal y ahí fue cuando el editor permitió a los agentes británicos entrar al sótano del periódico.
Un portavoz del primer ministro británico, David Cameron se negó a hablar al respecto.
Rusbridger dijo que la destrucción no evitará que The Guardian siga reportando, al sugerir que hay copias de los archivos de Snowden en otra parte y que las publicaciones continuarán fuera del Reino Unido. Agregó que la detención de David Miranda -pareja del reportero The Guardian, Glenn Greenwald- y la incautación de computadoras, teléfonos y otros dispositivos, tampoco afectarán el trabajo de Greenwald.
La difusión de los materiales que filtró Snowden -publicados por The Guardian, The Washington Post y otros medios- expuso la magnitud de la vigilancia electrónica interna y externa que efectúa Estados Unidos, y propició un debate internacional sobre los límites que deben tener ese tipo de prácticas.
Rusbridger dijo que los espías estaban acumulando tan poder que "tal vez no pase mucho tiempo para que a los periodistas les sea imposible tener fuentes confidenciales".
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Raphael Satter está en Twitter como: http://raphae.li/twitter
© 2013, La Prensa Asociada.

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