Gibraltar: un conflicto impredecible
Fotо: RIA Novosti
Ígor Kudrin escribe sobre las causas del este brote inesperado.
Ya
durante tres siglos Gibraltar sigue siendo un lugar de conflictos en
las relaciones entre España y Gran Bretaña. La primera consecuencia de
las divergencias en torno la costa sur de la Península Ibérica que ocupa
seis kilómetros cuadrados y tiene una población de treinta mil
habitantes, es la diversa interpretación del derecho a la pesca.
Aproximadamente una vez al decenio, Madrid o Londres encuentran una
laguna en el acuerdo de hace trescientos años y la población de los dos
países se ve involuntariamente involucrada en esta polémica histórica.
Así ha comenzado también esta vez. La primera consecuencia del documento
trazado por Madrid son colas inverosímiles de coches entre el reino
ibérico y el enclave británico. El tránsito al instante se ha hecho el
más congestionado de Europa. Y no es difícil explicarlo, pues aquí pasan
a diario más de quince mil coches, motos y bicicletas. En lo esencial
este trayecto es para España (unas ocho mil personas), cuyos habitantes
trabajan en Gibraltar. Se trata de personas de profesiones sin las que
el territorio del reino británico no podría llevar una vida normal:
constructores, empleados hoteleros y de servicios sociales,
electricistas, así como los miembros de sus familias y los turistas. Una
parte de este torrente son habitantes de localidades aledañas que viven
a expensas de la reventa de mercancías españolas, en primer lugar los
cigarrillos. La inspección prolongada y la carencia de calzadas obligan a
las colas de coches que cruzan la frontera a esperar varias horas su
turno.
Cuando
yo trabajaba en Madrid como corresponsal, podía ver semejante tránsito
de la gente en ambas direcciones y sus sufrimientos, pues para ellos
este cruce es de hecho fuente de su existencia. A propósito, hace poco
este tema y los infortunios de los habitantes locales fueron comentados
por el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, que ha declarado más de una vez que Gibraltar no debe ser, en caso alguno, un punto de contrabando.
Llamo
a Gran Bretaña a sentarse un día a la mesa de conversaciones junto con
el Gobierno español para discutir la cuestión de Gibraltar. Nosotros no
podemos aplazar interminablemente este importante problema nacional.
De
las penas de sus connacionales ha hablado recientemente el titular del
Interior de su país Jorge Fernández Días. Sin embargo, en su opinión,
Gibraltar no puede prescindir de un estricto control del tránsito de
personas y mercancías, ya que tan solo el año pasado del Peñón fueron
introducidos ilegalmente en España ciento cuarenta millones de cajas de
cigarrillos. Ahora, ya durante más de cinco semanas en torno a Gibraltar
no cesan las disputas entre Madrid y Londres sobre otro tema.
Comenzaron después de que las autoridades de Gibraltar levantaron en
orden unilateral un arrecife artificial frente al Peñón. Madrid, en
respuesta, declaró que las autoridades están a punto de introducir un
pago por el cruce de la frontera: cincuenta euros. Se piensa que esta
medida debe ayudar a los pescadores españoles que sufren hoy por la
“innovación” de las autoridades británicas. Además, es una especie de
ayuda a los pescadores españoles que protestan contra la creación del
arrecife artificial que en breve plazo les causó daños por quince
millones de euros.
Parecía
que el conflicto entre Londres y Madrid no duraría mucho tiempo. Sin
embargo, tres buques de guerra de Gran Bretaña arribaron a la zona de
Gibraltar dizque para ejercicios navales, de los cuales no se había
informado a España. De modo que el conflicto por Gibraltar sigue
acentuándose. En el mismo se propone interceder la UE. En una palabra,
la lucha de la herencia del siglo XVIII se transfiere a nuestra
centuria. El próximo tiempo dirá en qué va a desembocar…
vs/kg/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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