¿La
UE castigará a Washington con sanciones?
Actualizado:
29/10/2013 14:03 GMT
De
pura lógica es una reacción agresiva contra un expresunto aliado que ha
acabado convirtiéndose en un traidor tras décadas de mutua confianza.
En un acto de represalia ante el espionaje de EE. UU. a miles de ciudadanos europeos, en concreto numerosos líderes del bloque, la Unión Europea (UE) ha considerado la iniciativa de imponer posibles sanciones al Gobierno de Washington.
En este sentido, funcionarios alemanes revelaron el lunes que la UE está estudiando suspender un acuerdo de intercambio de datos entre el bloque y el Estado norteamericano.
Según el pacto, Washington tiene acceso al servicio de transferencia de datos bancarios SWIFT, con sede en Bélgica, utilizado por miles de bancos para enviar información de transacciones seguras de EE. UU.
“Esto sería una señal de que algo puede suceder y dejar claro a los estadounidenses que la política (de la UE) está cambiando”, dijo la ministra alemana de Justicia, Sabine Leutheusser - Schnarrenberger.
Una delegación de la UE también se reunió el lunes con legisladores estadounidenses en Washington D.C., capital estadounidense, para buscar respuestas a las revelaciones de que la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. (NSA, por sus siglas en inglés) ha espiado a ciudadanos y funcionarios europeos.
Tras la reunión, Elmar Brok, presidente de la Comisión del Parlamento Europeo sobre Asuntos Exteriores, dijo: “nuestra confianza se ha visto sacudida”, para después añadir que “no es aceptable que, por ejemplo, la canciller (alemana) Merkel y otros hayan sido espiados durante más de 10 años”.
Cuando salió a la luz por primera vez que EE. UU. estaba husmeando en la vida de millones de ciudadanos europeos, los Estados de la Unión Europea (UE) parecían reacios a reforzar las obsoletas normas de privacidad del bloque, preocupados por enemistarse con su aliado norteamericano.
Sin embargo, las últimas acusaciones de que espías estadounidenses han interceptado el teléfono móvil de la canciller alemana, Ángela Merkel, y la recopilación de datos de 70 millones de llamadas de ciudadanos franceses, han cambiado drásticamente el discurso de los líderes de la UE, que se reunieron el pasado jueves en Bruselas (Bélgica) para tratar la cuestión.
msh/aa/
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