Las dificultades de invertir de forma socialmente responsable en mercados emergentes
2014-10-10
RACHEL ROSENTHAL, The Wall Street Journal
Los mercados emergentes quizás no sean el entorno salvaje que fueron en algún momento para los inversionistas “socialmente responsables”.
La mayoría de los inversionistas atraídos por el destello del crecimiento en mercados como Brasil, Sudáfrica y China aceptan los mayores riesgos políticos, cambiarios y de liquidez en esos países, frente a otros más desarrollados. No obstante, los llamados inversionistas socialmente responsables —que buscan combinar resultados financieros competitivos a largo plazo con objetivos sociales— deben lidiar con otro riesgo más en las economías emergentes: la relativa falta de transparencia y de estándares de información universal, que podrían dificultar detectar un comportamiento corporativo no ético.
En los últimos años, los datos disponibles para evaluar inversiones en mercados en desarrollo se han vuelto más sofisticados y más extendidos. Muchos fondos llevan a cabo la diligencia debida y usan el activismo de los accionistas para presionar por más información y más prácticas empresariales éticas en los mercados emergentes.
En foros académicos y de inversionistas se ha generado mucho debate sobre si limitar las inversiones para que encajen con objetivos sociales afecta el desempeño. Sin embargo, a diferencia de la teoría moderna del portafolio —que sugiere que las limitaciones al portafolio restringirían el desempeño, los expertos no han encontrado evidencia clara que indique eso en el caso de fondos socialmente responsables a largo plazo.
La fórmula ‘ESG’
La inversión socialmente responsable —recientemente llamada inversión “ESG” (por las siglas en inglés de medioambiental, social y gobernanza— ha sido promocionada desde hace décadas. Los filtros comunes evitan las “acciones del pecado” como empresas de tabaco, alcohol y de juegos de aza. Un ejemplo con repercusión global fue la venta generalizada de activos en Sudáfrica en los años 80 para protestar contra el apartheid.
En agosto había 116 fondos que incorporaban criterios sociales, un aumento frente a 77 en 2003, según Morningstar Inc., firma que sigue el desempeño de fondos. Los activos totales crecieron de US$23.490 millones a US$61.460 millones en el mismo período. Un puñado de estos fondos tiene una exposición de 65% o más a los mercados emergentes, como DFA Emerging Markets Social Core Equities.
En tanto, empresas de mercados emergentes han comenzado a adoptar mejores prácticas de transparencia para atraer inversiones, y los proveedores de datos han centrado el foco en métricas sociales para verificar si las inversiones locales cumplen con los estándares ESG.
“Hace 10 años, ese nivel de transparencia no era suficiente para medir resultados o el desempeño”, dice David Harris, director de ESG en la firma de índices FTSE. Hace poco, FTSE y otro proveedor de índices, MSCI Inc., crearon índices más específicos sobre ESG para ayudar a medir el desempeño de empresas que incorporan prácticas de ESG.
Ambas firmas también han desarrollado relaciones con bolsas de mercados emergentes. Operadores bursátiles de países como Sudáfrica y Brasil han encabezado el cambio entre sus pares para usar índices ESG como un medio de atraer inversionistas.
Además, una iniciativa de empresas de mercados emergentes que apunta a brindar información integrada —que compagina informes en temas como sostenibilidad y gobernanza corporativa junto con contabilidad financiera tradicional— ha equipado mejor a inversionistas enfocados en ESG para evaluar sus opciones de inversión, dice Laura Berry, directora ejecutiva del Centro Interreligioso sobre Responsabilidad Corporativa. De todos modos, hace falta tener gente allí para tener una idea clara de todo, dice Berry.
Los desafíos también surgen “cuando estas empresas no cotizan en bolsas estadounidenses y sus informes no son en inglés”, dice Stephanie Cuttler Aument, analista de sostenibilidad de Calvert Investments.
Tarifas más altas
Ese trabajo extra a veces tiene un costo para los inversionistas. Las tarifas de los fondos ESG “tienden a estar en el extremo alto” de las comisiones de los fondos, aunque la muestra es pequeña, señala David Kathman, analista de Morningstar. El fondo de inversión sostenible y responsable promedio es más costoso que 60% de sus pares similares, según Morningstar.
El mayor temor para algunos es que restringir las opciones de inversión limite el desempeño de un fondo. Los expertos no han podido determinar si las pantallas sociales ayudan o dañan el desempeño dada la variedad de otros factores involucrados, como la capacidad de la gerencia, la sofisticación de los inversionistas y el pequeño tamaño de la muestra.
Gerardo Zamorano, director de inversión de Brandes Investment Partners, una subasesora de Timothy Plan Emerging Markets Fund, afirma que a pesar de las limitaciones se puede armar un portafolio sólido. En general, según Zamorano, los inversionistas deberían sentirse alentados por las mejoras en los mercados emergentes durante los últimos 15 años, como una menor relación de deuda-PIB y valoraciones bajas de acciones frente a las de mercados desarrollados.
Atraer empresas
De hecho, muchos inversionistas ESG ven una oportunidad a largo plazo en los países emergentes, al sostener que una mejor gobernanza mejorará el desempeño.
Algunos fondos que se centran en inquietudes éticas visitan las juntas directivas y las operaciones de las compañías, y forman alianzas con grupos locales compatibles para eliminar focos de conflicto y monitorear el progreso. Boston Common Asset Management ha trabajado para mejorar muchas prácticas empresariales, entre ellas la seguridad de los trabajadores en Bangladesh después del colapso de la fábrica de Rana Plaza que cobró la vida de 1.100 personas.
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