Gobiernos dejarán de rescatar a los bancos
El Consejo de Estabilidad Financiera dio a conocer ayer las nuevas normas propuestas para evitar que los contribuyentes terminen pagando los platos rotos cuando colapsan las instituciones de crédito
POR:
Reuters
Última actualización 11 / Noviembre / 2014
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LONDRES,
11 de noviembre.- Los bancos podrían tener que descartar dividendos y
contener los bonos si se violan nuevas reglas diseñadas para asegurar
que los prestamistas, y no los contribuyentes, tengan que pagar la
"cuenta" cuando una gran compañía colapse.
Mark Carney, presidente del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) y gobernador del Banco de Inglaterra, dijo que las normas, propuestas ayer, marcan un hito para tratar de poner fin a los rescates de los contribuyentes a bancos considerados demasiado grandes para quebrar, argumento usado tradicionalmente para evitar la quiebra de grandes instituciones.
"Una vez implementados, estos acuerdos tendrán un papel importante para permitir que los bancos sistémicos a nivel mundial resuelvan sus problemas sin recurrir a la subvención pública y sin interrumpir el sistema financiero más amplio", dijo Carney a medios de información.
Un lustro de miedo
Tras la crisis financiera del 2007-2009, los gobiernos han gastado miles de millones de dólares de dinero de los contribuyentes para rescatar a bancos que cayeron en problemas y podrían haber amenazado el sistema financiero global si se permitía su quiebra.
Desde entonces, los reguladores del Grupo de los 20 (G-20) han intentado encontrar maneras de evitar que eso suceda nuevamente.
Los planes contemplan que bancos globales como Goldman Sachs y HSBC deberían tener un fondo de bonos o patrimonio equivalente a entre 16 y 20 por ciento de sus activos ponderados por riesgo a partir de enero de 2019.
Esos bonos serían convertidos en capital para ayudar a apuntalar a esos complicados bancos.
El colchón total de éstos incluiría el requerimiento de capital estructural mínimo exigido que las firmas financieras ya deben tener para impulsar sus defensas frente a crisis futuras.
La nueva norma se aplicará a 30 bancos que los reguladores han considerado "sistémicamente importantes", aunque inicialmente tres firmas de China de esa lista serían eximidos.
La propuesta sería respaldada por los líderes del G-2O a finales de esta semana en Australia.
Carney se manifestó confiado en que las nuevas reglas serían aplicadas ya que los bancos centrales y los gobiernos tenían que ver con su redacción.
"No es algo que cocinamos en la torre de Basilea y se lo presentamos a todos", aseguró Carney en rueda de prensa, en referencia a la sede de la FSB en Suiza.
Los candados
La mayoría de los bancos tendrían que ampliar su emisión de deuda para cumplir con la iniciativa, dijo el FSB. Algunos bonos, conocidos como deuda senior y que los bancos ya han vendido a los inversionistas, necesitarían ser reestructurados.
El nuevo colchón también debe ser al menos el doble de su ratio de apalancamiento, una medida separada del capital total para activos sin considerar el nivel de riesgo.
En el mundo ese criterio se ubicó provisionalmente en tres por ciento en septiembre, pero podría ser mayor cuando finalice 2015.
Analistas de Citi estimaron que las nuevas reglas podrían costarle a los bancos europeos hasta tres por ciento de sus utilidades en 2016.
Los bancos europeos deberían emitir la mayor parte de los bonos, incluyendo a BNP Paribas, Deutsche Bank, BBVA y UniCredit, con los bancos suizos y británicos siendo los menos afectados en la región.
Costoso riesgo sistémico
De acuerdo con el editor de negocios de la cadena británica de medios BBC, Kamal Ahmed, los analistas estiman que los nuevos requisitos de capital podrían costar 200 mil millones de euros (157 mil millones de libras) solamente para los bancos de Europa.
Se estima que el costo para los bancos de importancia mundial en Estados Unidos, Japón y China probablemente será mucho más alto.
No tan bien
Aunque los bancos del Reino Unido no están considerados entre los más afectados por las nuevas medidas, Barclays, Standard Chartered, HSBC y el Royal Bank of Scotland están en la lista dada a conocer ayer.
Lloyds Banking Group ha sido eliminado de la lista, debido a que su potencial impacto en los sistemas financieros ha disminuido en los últimos años.
El gobierno del Reino Unido gastó alrededor de 65 mil millones de libras (casi 104 mil millones de dólares) directamente en el rescate de RBS y Lloyds durante la crisis. El gobierno aún posee una participación de 80% en RBS y 25% de Lloyds.
Lehman Brothers fue el caso clásico de una institución financiera que era demasiado grande para caer –o al menos, que probablemente lo fue– de acuerdo con el anterior presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
Vista a la distancia, la crisis financiera entró en una nueva y más peligrosa fase después de que Lehman se declaró en quiebra en septiembre de 2008.
La lección inmediata que muchos responsables políticos dibujaron es que el gobierno debería haber rescatado al banco estadunidense. La debacle causada por la quiebra generó pánico en los gobiernos, que se dedicaron a evitar situaciones similares en otras firmas financieras grandes y el dinero de los contribuyentes fue a dar a los bancos de todo el mundo.
Hoy se busca cambiar las reglas de las finanzas para asegurarse de que los bancos quiebren de manera segura, sin poner en serias dificultades a todo el sistema, sin importar lo grande que sea.
Mark Carney, presidente del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) y gobernador del Banco de Inglaterra, dijo que las normas, propuestas ayer, marcan un hito para tratar de poner fin a los rescates de los contribuyentes a bancos considerados demasiado grandes para quebrar, argumento usado tradicionalmente para evitar la quiebra de grandes instituciones.
"Una vez implementados, estos acuerdos tendrán un papel importante para permitir que los bancos sistémicos a nivel mundial resuelvan sus problemas sin recurrir a la subvención pública y sin interrumpir el sistema financiero más amplio", dijo Carney a medios de información.
Un lustro de miedo
Tras la crisis financiera del 2007-2009, los gobiernos han gastado miles de millones de dólares de dinero de los contribuyentes para rescatar a bancos que cayeron en problemas y podrían haber amenazado el sistema financiero global si se permitía su quiebra.
Desde entonces, los reguladores del Grupo de los 20 (G-20) han intentado encontrar maneras de evitar que eso suceda nuevamente.
Los planes contemplan que bancos globales como Goldman Sachs y HSBC deberían tener un fondo de bonos o patrimonio equivalente a entre 16 y 20 por ciento de sus activos ponderados por riesgo a partir de enero de 2019.
Esos bonos serían convertidos en capital para ayudar a apuntalar a esos complicados bancos.
El colchón total de éstos incluiría el requerimiento de capital estructural mínimo exigido que las firmas financieras ya deben tener para impulsar sus defensas frente a crisis futuras.
La nueva norma se aplicará a 30 bancos que los reguladores han considerado "sistémicamente importantes", aunque inicialmente tres firmas de China de esa lista serían eximidos.
La propuesta sería respaldada por los líderes del G-2O a finales de esta semana en Australia.
Carney se manifestó confiado en que las nuevas reglas serían aplicadas ya que los bancos centrales y los gobiernos tenían que ver con su redacción.
"No es algo que cocinamos en la torre de Basilea y se lo presentamos a todos", aseguró Carney en rueda de prensa, en referencia a la sede de la FSB en Suiza.
Los candados
La mayoría de los bancos tendrían que ampliar su emisión de deuda para cumplir con la iniciativa, dijo el FSB. Algunos bonos, conocidos como deuda senior y que los bancos ya han vendido a los inversionistas, necesitarían ser reestructurados.
El nuevo colchón también debe ser al menos el doble de su ratio de apalancamiento, una medida separada del capital total para activos sin considerar el nivel de riesgo.
En el mundo ese criterio se ubicó provisionalmente en tres por ciento en septiembre, pero podría ser mayor cuando finalice 2015.
Analistas de Citi estimaron que las nuevas reglas podrían costarle a los bancos europeos hasta tres por ciento de sus utilidades en 2016.
Los bancos europeos deberían emitir la mayor parte de los bonos, incluyendo a BNP Paribas, Deutsche Bank, BBVA y UniCredit, con los bancos suizos y británicos siendo los menos afectados en la región.
Costoso riesgo sistémico
De acuerdo con el editor de negocios de la cadena británica de medios BBC, Kamal Ahmed, los analistas estiman que los nuevos requisitos de capital podrían costar 200 mil millones de euros (157 mil millones de libras) solamente para los bancos de Europa.
Se estima que el costo para los bancos de importancia mundial en Estados Unidos, Japón y China probablemente será mucho más alto.
No tan bien
Aunque los bancos del Reino Unido no están considerados entre los más afectados por las nuevas medidas, Barclays, Standard Chartered, HSBC y el Royal Bank of Scotland están en la lista dada a conocer ayer.
Lloyds Banking Group ha sido eliminado de la lista, debido a que su potencial impacto en los sistemas financieros ha disminuido en los últimos años.
El gobierno del Reino Unido gastó alrededor de 65 mil millones de libras (casi 104 mil millones de dólares) directamente en el rescate de RBS y Lloyds durante la crisis. El gobierno aún posee una participación de 80% en RBS y 25% de Lloyds.
Lehman Brothers fue el caso clásico de una institución financiera que era demasiado grande para caer –o al menos, que probablemente lo fue– de acuerdo con el anterior presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
Vista a la distancia, la crisis financiera entró en una nueva y más peligrosa fase después de que Lehman se declaró en quiebra en septiembre de 2008.
La lección inmediata que muchos responsables políticos dibujaron es que el gobierno debería haber rescatado al banco estadunidense. La debacle causada por la quiebra generó pánico en los gobiernos, que se dedicaron a evitar situaciones similares en otras firmas financieras grandes y el dinero de los contribuyentes fue a dar a los bancos de todo el mundo.
Hoy se busca cambiar las reglas de las finanzas para asegurarse de que los bancos quiebren de manera segura, sin poner en serias dificultades a todo el sistema, sin importar lo grande que sea.
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